Destacar los dos nuevos espacios. El Palacio de los Olmedo y el Silo, además de los ya tradicionales, y la supresión de otros como fueron el Espacio Miguel Narros y La Veleta.
En esta segunda parte del festival, segunda porque nosotros lo hemos querido dividir así, el Corral de Comedias acogió el montaje de Mestiza, un texto de Julieta Soria dirigido por Yayo Cáceres, dramaturgia de Álvaro Tato, e interpretado por Gloria Muñoz y Julián Ortega. El Teatro Colón de Bogotá hizo una lectura dramatizada de El Carnero de Juan Rodríguez Freyle, dramaturgia de Guillermo Molina Morales y Leonardo Espitia, y dirección de Manuel José Álvarez Gaviria. El reparto estuvo compuesto por Christian Ballesteros, Felipe Botero, Andrés Estrada y Diego León Hoyos. El Ayuntamiento organizó la visita teatralizada al Corral de Comedias, titulada De versos y enredos, cuya creación, dirección y reparto estuvo compuesta por Javier Calzado, Beatriz Naranjo y Carmen Villaverde. También fue escenario del Homenaje a Juan Gómez-Cornejo, que contó con la presencia de la directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Helena Pimenta, la actriz Marta Poveda, el dramaturgo y director Alfonso Zurro, y la bailaora Carmen Cortés. Poetas y canciones de Oro fue el título elegido para el concierto que ofreció Mónica Monasterio y Horacio Lovecchio, patrocinado por la Once. El Ateneo de Almagro fue el encargado de celebrar con un acto académico el 390 aniversario de su construcción. La producción argentina La discreta enamorada fue la encargada de echar el telón al espacio más emblemático de la ciudad encajera. No obstante, y un día antes del final, se pudo ver en el mismo lugar la obra La Baltasara (de actriz barroca a santa anacoreta) de Inma Chacón y dirección de Chani Martín.
El Hospital de San Juan volvió a acoger la producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico La dama duende, que ya estuviera en la edición anterior, dirigida por Helena Pimenta, en versión de Álvaro Tato. El reparto estuvo encabezado por Rafael Castejón, Marta Poveda, Joaquín Notario, Nuria Gallardo y David Boceta. Señalar el gran éxito de público de la obra, ofreciendo llenos en todas sus funciones.
Dos producciones más entraron en el Patio de Fúcares. La dama boba, de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, en versión y dirección de Alfredo Sanzol, y Yo, la peor de todas (Sueño de monja) de la compañía suiza Teatro LaVox, inspirada en la vida y obra de Sor Juan Inés de la Cruz, de Jean-Michel Wissmer, con adaptación y dirección de Elizabeth Arciniega.
La Antigua Universidad Renacentista (AUREA), volvió a acoger una propuesta de fuera de nuestra fronteras. En esta ocasión, el turno fue para el Teatro Colón Bogotá y la Compañía Estable, de Colombia, con su visión particular de Macbeth, a partir de la obra de Shakespeare y dirección de Pedro Salazar. Nuevamente la Asociación Banda de Música de Almagro participó en el mismo espacio con Grandes hazañas bajo la batuta de Germán Huertas del Castillo. El espacio fue clausurado por Noviembre Compañía de Teatro con la obra El caballero de Olmedo, versión y dirección de Eduardo Vasco.
El Palacio de los Oviedo veía la producción de la bailaora Rafaela Carrasco Nacida sombra, con dramaturgia de Álvaro Tato, dirección de la propia bailaora, y sobre textos de Teresa de Jesús, Sor Juana Inés de la Cruz y María de Zayas. Más danza se apoderó del espacio con el espectáculo La danza de Céfalo y Procris, ¡Arden!, con dramaturgia de Chantl Lapeyre, dirección escénica de Susana Egea y dirección artística de Nick Nguyen. Vi la noche mezclarse con el día fue el último espectáculo del espacio, protagonizado por María José Alfonso y el arpa de dos órdenes y voz de Sara Águeda.
El Teatro Municipal ponía sobre las tablas una entretenida y divertida apuesta de la obra No hay burlas con el amor de Calderón de la Barca, con versión de JUan Polanco y Karmele Aramburu, y dirección del propio Polanco. Comedia Aquilana de Torres Naharro tambien pisaba las tablas del Municipal, con versión y dirección de Ana Zamora, y producción de Nao d’amores y Comapñía Nacional de Teatro Clásico. Orozú Teatro ponía en escena Don Volpone, la versión libre de Belén Pérez a partir de «Volpone, el Magnífico» de Ben Jonson, bajo la dirección de Andrés Alcántara Giménez. Esta función contó con la colaboración de la ONCE, y contó, entre su reparto, con actores invidentes. El público no consiguió saber quiénes eran los actores invidentes. El telón de la 41º edición del festival en el Teatro Municipal lo echó la compañía colombiana Tropa Teatro con su espectáculo Quijote, espejo del hombre bajo la dirección de José Alonso Mejía Román.
El Silo acogió la celebración del 8º Certamen Almagroff. A dicha cita acudieron los espectáculos Un musical barroco, de la compañia madrileña Proyecto Barroco; Guateque 69, de la compañía madrileña Sinsorgadas y Producciones; Leonor, de la compañía madrileña Teatro a7; La Gotomaquia, de la compañía madrileña La Coquèlicot; Lazarillo de Tormes, de la compañía madrileña 300 pistolas; La donna immobile, de la compañía madrileña La Intemerata; Trittico o Della Semplicità del Male, de la compañía italiana Esposti / Estro Teatro; Romeo y Julieta: obra atentado en homenaje a los que murieron luchando, de la compañía brasileña Heterônimos Colectivos de Teatro; Juana Inés: paráfrasis de sí misma, de la compañía mexicana Teatro Estudio (TEES) – Teatro Nómada; y Hamlet ilustrado, de la compañía brasileña Do Funil. Lazarillo de Tormes se alzó con el primer premio del certamen almagreño, y las producciones Romeo y Julieta: obra atentado en homenaje a los que murieron luchando y Juana Inés: paráfrasis de sí misma tuvieron una mención especial.
El Claustro del Museo Nacional del Teatro acogió las actividades gratuitas Murillo, el último viaje, película documental; y el Premio Lorenzo Luzuriaga a Petra Martínez organizado por FESP-UGT.
La Plaza Mayor acogió, en esta recta final, la actuación de la Asociación Folclórica Tierra Roja de Almagro, ofreciendo dos programas distintos de bailes regionales. La Ficción Sonora El Lindo Don Diego fue la elegida para clausurar la 41º edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, desde el balcón del Ayuntamiento.
Lope que te parió, de la compañía andaluza Malaje Sólo, fue la producción elegida para llenar el Pradillo de San Blas dentro de la acción Teatro en los Barrios que el festival lleva a cabo para acercar el siglo de oro a todos los públicos mediante teatro gratuíto y espacios populares.
Varias han sido las exposiciones que se han podido ver durante el festival, e incluso una vez terminado el mismo. Así, en la Iglesia de San Agustín puede contemplarse la exposición El arte de crear ilusiones: sonido, luz e ingeniería en el teatro barroco. El Espacio de Arte Contemporáneo alberga la exposición Los espacios de la luz. Legado de Simón Suárez. El Museo del Encaje y la Blonda custodió la exposición Autorretrato en tres jornadas con vestuario teatral diseñado por Lorenzo Caprile. La Artesanía tradicional de Colombia, país invitado de la presente edición del festival, también tiene su exposición en el Parador de Turismo. Por último, La Iglesia de San Blas acoge la ficción sonora La cueva de Don Quijote. Estas tres últimas, desmontadas el 29 de julio.
El Palacio de Valdeparaíso cerraba los encuentros, cursos, talleres, conferencias y mesas redondas, con Historia del teatro: la risa y la comicidad, organizado por FESP-UGT, bajo la dirección y coordinación de Elvira Novell Iglesias. Dentro del mismo apartado, los más jóvenes pudieron disfrutar del taller La cocina encuentada, impartido por Teresa Pérez Fernández, y TEATRONCE, 80 años en escena, organizado por la ONCE.
Un festival que ha dado una programación muy intensa y extensa durante el mes de julio. Con grandes apuestas, cercanas y accesibles. Un festival que ha superado con creces las espectativas de su nuevo equipo de gestión encabezado por Ignacio García.