El éxito respalda la madurez del proyecto pedagógico del Teatro de la Zarzuela, unidad dependiente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), que tiene como objetivo prioritario acercar la música a los más pequeños y a los jóvenes a través de montajes como los que se integran dentro del Proyecto Zarza.
«Perdida en el Bosco», una producción de la compañía Claroscuro, ha entusiasmado a niños y mayores tanto durante las funciones escolares de los días 5, 6, 7, 8 y 9 de febrero –en las que asistieron grupos de niños de entre 6 y 9 años (e incluso una clase de primero de la ESO)- como en las familiares del día 10. El ambigú de la Zarzuela se vistió para la ocasión con una gran alfombra roja y unos cojines desde los cuales los «pequeños» asistentes pudieron contemplar la obra y dejarse llevar por la historia y sus ritmos medievales. Los niños quedaron fascinados por los instrumentos musicales de otra época, la música en directo y la cuidada y atractiva escenografía. Como destaca Esther Blancas, profesora de teatro del CEIP Eloy Saavedra y una de las asistentes: «Se pudo ver que el teatro de títeres puede ser algo muy artístico y de un nivel exquisito». Una opinión que comparte con su colega del Colegio Montserrat, Pedro Izuzquiza: «Ha sido uno de los mejores espectáculos para niños que he visto nunca en más de quince años como profesor de música. La calidad ha sido extraordinaria en todos los aspectos», comenta. También la profesora Marcela Fernández, del Hastings School, asegura que la elección de visitar con sus alumnos «‘Perdida en el Bosco’ fue un acierto, ya que realmente se trató de una obra de arte».
El equipo del programa «Crescendo», de Radio Clásica –que también tiene como objetivo la divulgación de la música clásica entre los más pequeños-, asistió a una de las funciones de «Perdida en el Bosco» y definió la obra como «un espectáculo increíble», en palabras del periodista y presentador del espacio Daniel Quirós. «Que los teatros grandes se vayan acercando a los más pequeños es algo muy positivo. Los niños estaban encantados, se les veía en la cara. Hay que seguir aplicando este tipo de iniciativas», señala. El reportaje que nació de su visita está disponible en este enlace, a partir del minuto 38.
Calidad artística, charlas y cuadernos pedagógicos
Además de la posibilidad de poder asistir a un concierto de estas características, el Teatro de la Zarzuela edita también materiales de apoyo como los cuadernos pedagógicos, que los maestros pueden descargar para trabajar con los alumnos tras su visita al coliseo. Además, tras las representaciones, los asistentes pueden charlar con el equipo artísitico. En «Perdida en el Bosco», les explicaban, por ejemplo, en qué consistían cada uno de los instrumentos medievales que hacían sonar durante la obra. «El Teatro de la Zarzuela tiene un proyecto pedagógico excelente», asegura Izuzquiza, que había preparado previamente la visita con sus alumnos a través del cuaderno didáctico. «Iban expectantes y salieron entusiasmados, se portaron de maravilla, porque estuvieron con la boca abierta desde el primer instante», comenta.
La atención que se presta a los grupos escolares junto a la calidad interpretativa son dos de las claves que apunta Almudena Pedrero, Coordinadora de actividades pedagógicas del Teatro de la Zarzuela, para explicar el éxito de esta iniciativa: «Son espectáculos cuidados, con buenos músicos, voces líricas y artistas completos. Los niños aprenden que hay otro hecho escénico que no es sólo el cine. Descubren el trabajo colectivo que hay detrás de una obra de este tipo, sin música enlatada». Y la profesora Esther Blancas añade el respeto al público como otra de las claves: «Me gustó muchísimo este detalle de la alfombra tan acogedora y agradable y los cojines tan elegantes. Me hicieron sentir que los niños estaban siendo tratados con mucho respeto y cariño. Fue pura magia», concluye. Una opinión que respaldan otros maestros que asistieron a las representaciones: «Necesitamos que desde los colegios formemos gente cultivada, crítica, que llene las salas de conciertos y teatros el día de mañana, y que no se deje llevar por una ola de espectáculos comerciales mediocres que no aportan nada», asegura Pedro Izuzquiza.