Ni que decir tiene que la compañía goza de poca salud presupuestaria. Los actores hacen doblete, triplete, y alguno de ellos hasta tiene que encargarse de la parte técnica. Y es el mismo técnico, el que recuerda haber leído en algún lugar La cueva de Salamanca, pero no la famosa obra de Cervantes, sino la que escribiera Ruiz de Alarcón. A partir de ahí comienza la trama. ¿Conseguirán llegar al festival de Chinchilla en Albacete?
El espacio escénico está rodeado en todo momento por una magnífica colección de telones y cortinas aparentemente pintadas a mano. Un vestuario que evoluciona de menos a más según avanza la trama cierra la autoría de Alfonso Barajas y Suso33.
Poco que decir de la iluminación. Pero aunque haya poco que decir de ella resulta en todo momento agradable y correcta, sin grandes artificios.
Mención especial merece el reparto de lujo, cuyas féminas están protagonizadas por Eva Marciel y María Besant, quien ya visitara la 40º edición de Festival de Almagro con “Eco y Narciso” en el Espacio Miguel Narros, y “Don Gil de las Calzas Verdes”, en el Corral de Comedias. El reparto masculino estuvo compuesto por Daniel Ortiz, Juan Carlos Castillejo, Chema Pizarro y José Manuel Seda, un auténtico lujo de voces y saber estar en el escenario.
Pero todo ello orquestado por la sabia y experimentada batuta de Emilio Gutiérrez Caba, a quien imagino le habrá sido fácil trabajar con un joven abanico de profesionales de la escena.