El teatro del Siglo de Oro constituye uno de los capítulos más destacados del pasado cultural español y de la dramaturgia universal, por sus cualidades artísticas, sus imponentes cifras de autores y obras, su penetración en las distintas capas de la sociedad, así como por su capacidad de expandirse dentro y fuera de los territorios hispánicos, y de pervivir con vigor escénico hasta hoy en día. La Biblioteca Nacional de España es la institución fundamental para el conocimiento de este fenómeno, al custodiar el fondo más importante del mundo de manuscritos e impresos del teatro aurisecular. Un fondo que está a punto de ser digitalizado en su totalidad y puesto a disposición de la sociedad y de los investigadores de cualquier latitud. Esta iniciativa se ha acompañado en los últimos años de otras en las que también están implicadas las nuevas tecnologías, como la del reconocimiento automático de textos manuscritos, que desarrolla el grupo PRHLT (Universidad Politécnica de Valencia) con el apoyo de la BNE y el grupo PROLOPE (Universidad Autónoma de Barcelona).
La exposición, comisariada por Ramón Valdés Gázquez (PROLOPE, Universidad Autónoma de Barcelona) y Germán Vega García-Luengos (Universidad de Valladolid. Coordinador del Portal del Teatro del Siglo de Oro de la BNE), tiene como objetivos principales mostrar las claves de ese teatro en su época y su constitución en un patrimonio cultural de primer orden; su actualidad en los escenarios y los estudios; y el papel de las nuevas tecnologías para su difusión, investigación e incluso su puesta en escena.
Así, Lope y el Teatro del Siglo de Oro se articula sobre una base cronológica en cuatro secciones. La primera sección empieza prestando atención a los antecedentes literarios y las infraestructuras, como los corrales de comedias, que posibilitaron el nacimiento y desarrollo del fenómeno de la comedia nueva. Su éxito arrollador levantó pronto protestas entre los moralistas y quienes consideraban que el pueblo se abandonaba al ocio improductivo para ir al teatro, llegando rápidamente prohibiciones y regulación. Se centra luego en la figura de Lope, con su amplia producción teatral, del que se puede ver la imponente colección íntegra de manuscritos autógrafos que atesora la Biblioteca Nacional (única en el mundo; no ya por la concentración de manuscritos de Lope, sino por su singularidad en el teatro de la época: no se conservan autógrafos de Shakespeare o de Molière, por ejemplo), así como la impresionante colección de comedias impresas, que constituyeron un verdadero éxito editorial. En su vejez, cercano a su muerte, Lope seguía activo y escribiendo algunas de sus mejores obras, como El castigo sin venganza, pero ya empezaban a retarlo los nuevos ingenios, a los que él llamó “pájaros nuevos”, entre los que despuntaba Calderón. Se imponían también nuevas tendencias estéticas y un mayor protagonismo de la tramoya y el teatro de corte, o prácticas como la escritura de las comedias en colaboración.
La sección se cierra con un caso paradigmático que resume la vitalidad del teatro del Siglo de Oro: la comedia La dama boba. De ella se muestra el manuscrito autógrafo, pero también el de un “memorión” (alguien que, se decía, tomaba de memoria las comedias para traficar luego ilegalmente con sus textos), un impreso… Todo ello nos habla de la complejidad de la difusión de ese teatro y de la necesidad hoy de trabajos de edición y restauración textual. La obra siempre ha estado en los escenarios: encarnaron a su protagonista María Guerrero (inmortalizada por Joaquín Sorolla), o “la Xirgu”, para la que García Lorca escribió una adaptación que también se muestra en esta exposición con su expediente de censura. Las puestas en escena perviven hasta nuestros días, en que, por ejemplo, la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico la estará representando antes de acabar este año en el Teatro de la Comedia. También ha sido de las pocas obras del teatro clásico español de la que se ha hecho una versión infantil y que ha sido llevada al cine.
Esta vitalidad y pervivencia sigue siendo el centro de interés de la sección segunda a través de las ediciones, estudios y reelaboraciones que conoce el teatro del Siglo de Oro en los siglos XVIII, XIX, XX, en que se interesan por él figuras como Goethe, o que levanta pasiones en la Rusia prerrevolucionaria, desde 1876, o revolucionaria. Por otro lado, Calderón se convierte en autor de repertorio del siglo XX en la zona germanoparlante. El surgimiento del mito de don Juan es una de las mejores muestras de la repercusión del teatro español del Siglo de Oro: son innumerables las reescrituras que ha alcanzado, dentro del mundo del teatro y más allá en obras como las de Mozart. Otro aspecto sobre el que reflexiona esta exposición son las múltiples interpretaciones y apropiaciones de una obra como Fuenteovejuna, que ha conocido a la vez, paradójicamente, lecturas revolucionarias, nazis, contestatarias frente al Franquismo, o se ha aplicado al feminicidio en Ciudad Juárez.
La tercera sección se ocupa ya del vigor actual del teatro del Siglo de Oro. El camino tiene hitos previos importantes como La Barraca de García Lorca, Tamayo, Luca de Tena, José Luis Alonso… Y ya, con la democracia, la creación del Festival de Almagro o la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y a su calor otros festivales y compañías, han sido bazas muy importantes. Como lo fue, fundamental, la valiente, por respetuosa, adaptación de Pilar Miró al medio cinematográfico. Un vigor, en suma, que queda también reflejado en su estudio, ámbito en el que se han constituido importantes proyectos de investigación.
Por último, en una cuarta sección y una serie de puestos lab que jalonan la exposición, se explica cómo están llegando las tecnologías a las diferentes esferas del teatro del Siglo de Oro, desde la gestión bibliotecaria y digitalización de manuscritos e impresos, que nos permite consultarlos desde cualquier lugar del mundo, a nuevas herramientas de búsqueda y de transcripción automática, ediciones digitales, reconstrucciones virtuales de corrales de comedias, bases de datos, etc.
El fondo digitalizado de teatro del Siglo de Oro se pone a disposición del visitante con una utilidad que permite la búsqueda de texto sobre imágenes, sin necesidad de convertir esas imágenes en texto. Esa tecnología, que permite búsquedas, pero también transcripción infoasistida, ha sido desarrollada por el grupo PRHLT de la Universidad Politécnica de Valencia en colaboración con la BNE y el grupo PROLOPE, que respectivamente aportaban las imágenes de los textos y expertising filológico, en el marco del proyecto europeo READ. El paso es muy significativo, porque se podrán lanzar búsquedas sobre colecciones –que ya empiezan a ser significativas en bibliotecas y archivos- de manuscritos digitalizados.
Según Ramón Valdés, director del grupo de la Universidad Autónoma de Barcelona PROLOPE, “es un paso importantísimo, porque esto permitirá buscar al investigador que no tenga noticia exacta de la localización de su objeto de interés. Nos han proporcionado una herramienta que permite algo así como buscar agujas en pajares. Dada la importancia de la porción de textos teatrales y literarios perdidos, no podemos concebir qué puede salir de ello, pero cabe esperar hallazgos importantes”.
Congreso Lope
Otra novedad que ofrecerá la exposición, y se comentará en el congreso que comienza al día siguiente en la propia BNE, son los logros de la estilometría. La aplicación de la estadística infoasistida a la lengua que caracteriza el estilo de los autores permite detectar frecuencias léxicas o de combinaciones de palabras y giros estilísticos, y nos ayuda en el estudio de obras de autoría dudosa, para confirmar o descartar una determinada autoría.
Germán Vega, interesado hace años por cuestiones de atribución, ve las posibilidades que abre ahora la tecnología al investigador. “El uso de la tecnología en estudios de estilometría ofrece resultados realmente sorprendentes. Se nos ocurrió pasar la obra hallada por Alejandro García Reidy en 2014, Mujeres y criados, por el programa Stylo R, al lado de otras sesenta comedias de diferentes autores. Nosotros proporcionamos solo los textos sin los nombres de los autores, y el programa nos devuelve las obras agrupadas por autores, porque “reconoce” su estilo. Pues bien, Mujeres y criados cae de lleno dentro de la producción de Lope; y no solo eso: el programa la sitúa, por afinidad estilística, al lado de El perro del hortelano, que según estableció García Reidy pertenecía a la misma etapa de composición.”
Los comisarios concluyen -como la exposición- preguntándose si la tecnología ha implicado, como se dice, un cambio de paradigma en los objetos y en los métodos de estudio. “Sin duda, como se puede ver en la exposición, ha cambiado la forma de difundir, de investigar, incluso de representar el teatro del Siglo de Oro. Ahora hay en la red múltiples textos, ediciones digitales, documentos al alcance de todos; incluso en las representaciones se utiliza la tecnología digital. Si eso implica un cambio del objeto o del método de estudio y de paradigma o no, es más difícil de responder. Que decida el visitante. Pero de lo que no tenemos duda es de que la tecnología implica cambios muy importantes que no resultan ni deben resultar ajenos precisamente en nuestra manera de acercarnos, investigar y difundir los clásicos, aunque solo sea para ser más efectivos. Aunque lo más importante será siempre… seguir yendo al teatro”.