“Nuestro vestuario es clásico, los decorados corpóreos y la estética de época, pero las formas son diferentes. Los detalles en la verosimilitud de todos sus personajes, los movimientos corales y el tratamiento de los números coreográficos son los que dotan a nuestros trabajos de una apuesta diferente a las habituales compañías líricas”, añade Estrella Blanco, directora artística.
“Como concepto, la música es el resultado o el preámbulo del desarrollo de las escenas y tienen gran sentido unirlos en un todo a la hora de representar Zarzuela. Cada nota musical tiene un significado escénico y queremos que el público lo vea”, comenta Fran Fernández Benito.
“Mostramos las distintas disciplinas del arte, por ello no podemos prescindir de aquella que da vida y movimiento a la escena, la danza. El arte, el picareo y nuestra esencia deleitan a un público cautivado por la danza española y sus distintas fusiones. La viñeta de la zarzuela viste el movimiento dándole un ritmo que encaja con brillantez junto a las nuevas combinaciones que cada día nos sorprenden más de la danza española y sus distintas disciplinas”, incluye La coreógrafa Alejandra Rodríguez.
Mucho antes de que el público entre en el teatro, el hall se llenará de ambiente de corrala, para que el espectador pueda ir entrando en el Madrid castizo que este género tiene la magia de recuperar.