Se trata de una versión libre de la obra de Anton Chéjov
Esta gaviota es “una propuesta escénica que rompe las fronteras del arte y la vida en este espacio ágora que para mí debe ser el teatro” en palabras de su director.
Es un nuevo acercamiento al texto de uno de los autores más destacados de la literatura rusa y exponente del naturalismo moderno, para hablar sobre amor y teatro. Para ello, los actores y actrices hablan en el escenario sobre sus deseos y sobre su amor por el teatro. Los seis protagonistas aparecen en escena sin vestuario, con la misma ropa con la que llegan al teatro y sin ninguna voluntad de simular que son rusos del siglo XIX; pero manteniendo las tramas y los conflictos principales que propone el texto original.
El espectador encontrará en esta versión libre la estructura de ‘La gaviota’ dado que sigue el orden de la pieza original. Pero, en esta ocasión, sus protagonistas, se dedican al arte. Y así, nos hablarán del amor no correspondido y de la frustración de la búsqueda utópica del hecho artístico último. De la insoportable ligereza del ser: es decir, como todas las grandes obras de Chéjov, de remover el corazón y el cerebro entorno al existencialismo.
Los protagonistas nos hablan de sus deseos y de su amor por el teatro, o puede que de una madre y un hijo que a pesar de quererse no dejan de hacerse mal, o de la historia de lo que queremos y nunca conseguimos, o del amor entre personas de distintas generaciones, o del primer amor roto, o de la frustración de no quedar nunca satisfecho con nuestras creaciones, o de la lucha contra el deseo, o del miedo a hacernos mayores e irnos desconectando de lo que nos rodea, o de la historia de cómo destrozar un amor…