El único guión de cine escrito por Federico García Lorca, que permaneció oculto durante décadas, llega al escenario del teatro de Gràcia con un montaje sin palabras, cargado de simbolismo y erotismo
“Viaje a la Luna es una topografía vanguardista del imaginario lorquiano a través de sus símbolos más reconocibles, que el poeta acompaña de las influencias y estímulos que recibe al llegar a Nueva York en 1929”, explica Marta Pazos
En 1989, en Oklahoma, la viuda del pintor y director surrealista Emilio Amero descubre en una mesilla de noche un manuscrito inédito. Se trata de Viaje a la Luna, escrito por Lorca durante su estancia en Nueva York. En 1929, tras el estreno de El perro andaluz de Buñuel y Dalí, el poeta granadino escribe, como réplica, un guión con 72 secuencias a mano que entrega a Amero, quien nunca llega a rodarlas.
En Viaje a la Luna, Pazos propone la lectura contemporánea del guión de cine desde un punto de vista plástico, sin palabras, y exprime la poética de Lorca de forma exponencial, presentando “una topografía vanguardista de su imaginario”, en la que se reconocen símbolos de su universo como la luna, la sangre, las manos fragmentadas o el vómito. “Es una pieza que conecta con el interior y el mundo personal de Lorca en un momento en el que, recién llegado a Nueva York, rodeado de nuevos estímulos e influencias vanguardistas, trata de reinventarse y de buscar nuevas fórmulas para hacer surgir su arte, sus palabras, sus ideas”, explica Marta Pazos. La directora destaca también la conexión que se establece entre el autor y el contexto socioeconómico del momento de la escritura (crac del 29) y la situación actual de pandemia mundial. “El frenesí de ahora conecta en esencia con lo que podría estar viviendo él”, señala.
Marta Pazos propone con este montaje la materialización escénica de las imágenes que Lorca plantea en las 72 secuencias, “repletas de los símbolos más reconocibles de su universo” pero sin la utilización de elementos audiovisuales, “como si estuviéramos en un plató cinematográfico de los años 20 construyendo lo que la cámara vería durante el rodaje”. “Ha sido un trabajo con una intencionalidad muy clara sobre el oficio, la artesanía, la puesta en valor de las herramientas propias del teatro para conectar con lo cinematográfico”, explica Pazos, cuyo lenguaje escénico bebe fundamentalmente de la plástica, de la hibridación de disciplinas y de la investigación constante.
En Viaje a la Luna, Marta Pazos dirige el proyecto IT Teatre, un equipo conformado por el alumnado graduado del Institut del Teatre, lo que le ha permitido abrir el proceso creativo con el grupo en un momento en el que la propia artista se encuentra, “como Lorca en la escritura del guión, en un proceso de transformación”. “Esta experiencia me ha removido. Llegué con la nada pero con el cuerpo situado para permitir que lo extraordinario aconteciese. Y reconozco que ha sido un proceso que me ha cuestionado, de forma constante, mi papel como artista”, afirma la directora.
El espectáculo, una coproducción del Teatre Lliure y del Institut del Teatre de la Diputació de Barcelona, nace de la voluntad compartida de ambas instituciones por promover el contacto de los graduados del Institut con las expresiones escénicas más innovadoras de Europa. En esta ocasión, la dirección artística ha recaído en Marta Pazos. “Poder trabajar con este equipo ha sido maravilloso. No solo por su preparación o rigor técnico, que son artistas muy completos, sino por su implicación y planteamiento. Este montaje ha sido un aprendizaje personal y artístico enorme para mí”, señala la directora de Voadora, que ha estado acompañada en el proceso por dos miembros de la compañía: Hugo Torres y Montse Triola.
Viaje a la Luna podrá verse sobre las tablas del recinto de Gràcia desde el próximo miércoles 3 hasta el domingo 14 de febrero. Para más información sobre horarios, funciones y venta de entradas, se puede visitar la página web del propio Teatre Lliure, www.teatrelliure.com