En sus más de setenta años de profesión se ganó un discreto lugar en el parnaso de su tiempo y fue afortunado; disfrutó de una vejez dentro del propio oficio, acogido y respetado por los que en aquel momento gozaban del aplauso del público. Esos cómicos que seguramente se iniciaron en las tablas a su lado tuvieron la decencia de arropar sus últimas intervenciones, de darle un sentido a sus últimos años de profesión con papeles discretos de carácter anciano.
Su figura fue el punto de partida para esta comedia que reflexiona sobre el teatro como un arte en continua transformación. Sobre la fugacidad de todo lo que rodea al escenario y la frustración que genera no asumirlo. Y finalmente sobre la ambición y esa sensación de nacer cada día que Talía nos dejó como herencia y que es la peor y la mejor parte del oficio.
Carsi pretende ser un divertido grito a favor del tiempo y del susurro, y en contra de la velocidad, del fuego de artificio, de la devaluación de la palabra y del grito. Necesitamos comenzar a entender la diferencia entre información y discurso, entre cultura y entretenimiento. En forma de comedia, la historia de Carsi pretende situarnos en un contexto en el que no nos queda más remedio que tomar partido para decidir dónde queremos estar.
«Nuestra forma habitual de trabajo es partir de un texto. Casi siempre de una obra dramática de la que hemos quedado prendados o que creemos necesaria y que nos consideramos capaces de abordar. Otras veces hemos utilizado nuestras inquietudes para inducir la escritura de textos o para, partiendo de una narración, de una noticia o de documentos llevar a las tablas aquello que nos preocupaba o que queríamos —necesitábamos— transmitir. En este caso vamos a hacer comedia, y a partir de varias cosas a la vez: un texto escrito, un archivo sonoro y gráfico excepcional de nuestro pasado escénico, narraciones y nuestra necesidad de reflexionar sobre el oficio y nuestra circunstancia; sobre el deseo de cambio y sobre el terror ante ese mismo cambio continuo. Sobre lo maravilloso que es dedicarse al teatro».
Sinopsis
Cinco actores preparan un montaje para salir del difícil momento profesional que viven. Tienen una obra estupenda; una obra clásica de éxito innegable, pero necesitan una cabeza de cartel. Carsi, el anciano actor, es el único que puede servir como estimulo comercial al proyecto. Todos han conocido a Carsi en algún momento de sus carreras y contar con él no es una idea atractiva pero no hay más opciones. Tras hacer la propuesta a Carsi, su contratación les conduce a un callejón sin salida. Esto les lleva a tomar una decisión radical: obligarle a memorizar, ensayar y estrenar. Todo parece ir bien hasta que las fuerzas de Carsi comienzan a flaquear. Entonces deciden medicar al veterano actor por su cuenta y comienzan a tener problemas que van desde la aceleración a las alucinaciones. Finalmente el actor revienta, muere, se deshacen del cadáver y los “compañeros” ensalzan al fallecido. Paradójicamente la función sobre los hechos les proporciona los ingresos que el proyecto original les había negado.
Reparto
Mariano: Mariano Llorente
Juchín: José Ramón Iglesias
Elena: Elena Rayos
Rafa: Rafael Ortíz
Decós: Antonio de Cos