Dirigida por la actriz, productora y directora Pilar Massa, aborda la situación que atraviesa el mundo con un salvaje discurso que reafirma que "lo suficiente nunca es suficiente"
¿Qué estarías dispuesto a hacer para conseguir la casa de tus sueños? Partiendo de esta premisa, Alimañas (brillantes) aborda la voracidad del capitalismo con un cóctel explosivo de sorpresa, morbo, brillo y oscuridad, mostrando de forma mordaz el momento que atraviesa el mundo en muchos niveles, poniendo de relieve que lo suficiente nunca es suficiente.
Alimañas (brillantes) -(Radiant Vermin)-, narra durante una hora y media la inquietante historia de la joven pareja Lili y Oli, educada en la moral católica y que, en perfecta sincronización -tanto que incluso uno termina las frases del otro- y con un bebé en camino, explica al público con todo lujo de detalles por qué y cómo renovaron su hogar. Han sido seleccionados para participar en un nuevo programa de revalorización urbana promovido por el gobierno y podrán trasladarse a un buen vecindario. El único inconveniente es que la nueva casa carece de elementos básicos como agua y electricidad… Pero la primera noche Oli mata -accidentalmente- a un vagabundo que se cuela en la destartalada cocina. De pronto, la casa adquiere milagrosamente una cocina perfectamente equipada… Parecen haber descubierto un método increíble y único de reformar su hogar y convertirlo en un palacio doméstico…
En un momento donde se acentúa la crisis de la vivienda, Pilar Massa dirige una obra oscuramente divertida y brillante, que bien podría recordar a Game de Mike Bartlett, sobre el precio que el ser humano está dispuesto a pagar para llegar a la propiedad perfecta, con una crítica directa a la moralidad, la hipocresía y la sociedad de consumo en un mundo materialista e implacable.
Un texto salvaje con un sagaz humor negro sobre cómo la desesperación y el ansia del “aún quiero más” impulsa a las personas, incluso a las aparentemente más “decentes”, a justificar sus conciencias y lograr lo que desean a costa de que algo material valga una vida humana. Teatro macabro para tiempos actuales que parte de una premisa a primera vista absurda pero con una lógica tan sutil como voraz.
Todo ello desde la fórmula teatral del “te cuento lo que pasó” y en una dramaturgia llena de peculiaridades que cuenta con la traducción de Manuel Benito, la iluminación de Paco Ariza, la escenografía y vestuario de Rafael Garrigós y la música de Raquel Jiménez. “Es un ambicioso reto en el que, además, convertiremos al espectador en confesor y juez, como si de un ritual litúrgico se tratara, gracias a un juego escénico que le implica directamente, atrapando y arrastrándole a ese frío mundo de tentaciones consumistas donde todo está calculado; un mundo de capitalismo, catálogos de muebles, cocinas de ensueño y promesas interminables. Mientras, se delibera ácidamente sobre los matices del materialismo y los sueños sin fin del ser humano moderno”, desvela Pilar Massa que, como mujer de teatro, cuenta con más de una treintena de obras como actriz con los directores más destacados de la escena y el cine, además de su faceta de directora y productora de obras como Contraacciones, El notario o La flauta mágica en el Teatro Real, entre otras.