En una nueva producción en la que Bárbara Lluch asume la dirección de escena y el maestro Iván López Reynoso la dirección musical
Los repartos contarán con la participación de Enrique Ferrer, Jorge Rodríguez-Norton, Rocío Ignacio, Sofía Esparza, María José Suárez, Rubén Amoretti, Miguel Sola, José Manuel Zapata, Carlos Cosías, Igor Peral, José Julián Frontal, Alberto Frías, Sandro Cordero, Pep Molina, Ruth González y Antonio Buendía
Completan el equipo artístico Juan Guillermo Nova, responsable de la escenografía, la diseñadora de vestuario Clara Peluffo Valentini y el iluminador Vinicio Cheli
La función del jueves 17 de junio será emitida en directo a través de YouTube, Facebook y la página web del Teatro
Ya se puede disfrutar en YouTube y Facebook de la conferencia impartida por la mediática musicóloga Eva Sandoval y también está disponible un nuevo capítulo de la serie ‘Viaje por la zarzuela’, con el maestro López Reynoso y Bárbara Lluch como protagonistas
‘El Rey que rabió’, verdadera zarzuela grande, fue creada por Carrión, Aza y Chapí en 1891, y hoy por hoy es un hito del teatro lírico y, por supuesto, de la historia única y particular del Teatro donde nació con el propio maestro alicantino en el podio. Porque pocos reyes, ni los más populares de la Historia, ni los más queridos de sus pueblos, habrán sido más aclamados, aplaudidos y vitoreados que nuestro Rey en este reino exclusivo que es el Teatro de la Zarzuela.
Y si este título es ya de por sí una obra maestra, comprobar el equipo artístico y los repartos responsables de armarla de nuevo hace que sea mayúsculo el interés de este estreno de junio que cerrará la temporada lírica 2020/2021 del coliseo.
Música y escena. Excelencia y luminosidad
La dirección musical correrá a cargo del maestro Iván López Reynoso, una de las más importantes batutas jóvenes de México, recién nombrado director artístico de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes y partenaire musical del tenor Javier Camarena en tantos conciertos –incluido el ofrecido en el Teatro de la Zarzuela hace varias temporadas–. También violinista, pianista y contratenor de éxito, como director de orquesta es especialista en muy diversas disciplinas –ópera, ballet, danza moderna, música antigua y música contemporánea–, ocupará el foso al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, ORCAM –Titular del Teatro–, del Coro Titular del Teatro de la Zarzuela –que en esta ocasión tiene como desafío la interpretación de algunos de los números corales más emblemáticos del género– y de dos espléndidos y más que equilibrados repartos.
La propuesta escénica de esta nueva producción de ‘El rey que rabió’ es en verdad sorprendente. La dinámica e inteligente directora Bárbara Lluch –responsable de rotundos éxitos como el de la premiada ópera de la Zarzuela ‘La casa de Bernarda Alba’ de Miquel Ortega– ha puesto en marcha un luminoso planteamiento muy acorde con el espíritu original de la obra: “Se trata de dar la máxima libertad posible al público”, explica la regista, cuya intención es “que cada espectador sienta, empatice e interprete los personajes, el lugar y las relaciones entre ellos desde su propio punto de vista. Desde su propia y única perspectiva.” Y advierte al respecto que es por esa razón por la que los libretistas no dieron nombre ni al Rey, ni al General, ni al Gobernador, ni al Almirante, ni al Intendente… “Porque podría haber tantos reyes, generales, almirantes, gobernadores e intendentes diferentes como espectadores haya en la sala”, reflexiona Lluch.
Repartos a medida
Y en este punto llegamos a quienes tendrán que llenar de intenciones y buena voz a esos disparatados prototipos surgidos del talento intelectual, irónico y divertido del dramaturgo, periodista y humorista Miguel Ramos Carrión –creador también de los libretos de ‘Los sobrinos del capitán Grant’, ‘La tempestad’, ‘La bruja’ o ‘Agua, azucarillos y aguardiente’–, y del poeta, comediógrafo y también humorista Vital Aza, que, como dato interesante, fue junto al propio Chapí uno de los fundadores de la Sociedad de Autores y su primer presidente.
Esta hilarante historia de un rey a quien el profundo aburrimiento en el que está sumido le lleva a emprender un viaje de incógnito por el país; la de sus poderosos y más próximos consejeros que sin éxito tratan de impedirlo para que el soberano no descubra la triste realidad en la que sus súbditos habitan, y poder así seguir mangoneándole a su gusto y manera; la de todos los estrambóticos personajes que el monarca va encontrando en el camino; este cuento divertido (mucho) en el que también el amor, cómo no, juega su crucial papel, será defendido por dos elencos que sin duda harán levantar al público literalmente de sus butacas. Llenarán la sala de la mejor música, risas (cuando no carcajadas) y alegría.
Los tenores Enrique Ferrer y Jorge Rodríguez- Norton darán vida al Rey –un papel que en sus orígenes era femenino, interpretado por una mezzosoprano o una soprano central; y es que al ser el monarca joven se presentaba en forma de papel travestido, algo que, como recordaría Luis Gracia Iberni, uno de los más reconocidos expertos en la obra de Ruperto Chapí, más allá de la histórica tradición de este recurso en el teatro musical, en aquella época se hacía obligatorio por la falta de tenores líricos dedicados a la zarzuela. El papel de Rosa, la joven de la que el Rey por sorpresa se enamora con la suerte de ser correspondido, lo interpretarán las sopranos Rocío Ignacio y Sofía Esparza; el de María, la mujer del Labrador, lo hará María José Suárez, y el General será el bajo Rubén Amoretti y el bajo-barítono Miguel Sola; Jeremías, ese sobrino del alcalde enamorado sin premio de su prima Rosa y a quien suceden todas las peripecias imaginables, lo encarnará José Manuel Zapata; Carlos Cosías, Igor Peral y José Julián Frontal se meterán a su vez en la piel del Almirante, el Intendente y el Gobernador, respectivamente; Alberto Frías –surgido de esa fructífera cantera de cantantes-actores que es el Proyecto Zarza del Teatro de la Zarzuela– recreará las chispeantes idas y venidas del Capitán; y Sandro Cordero, Pep Molina, Ruth González y Antonio Buendía, harán las veces del Labrador, el Alcalde, el Paje y el Corneta. Y a todos ellos habrá que sumar tres actores y tres figurantes.
En cuanto al equipo artístico, lo componen Juan Guillermo Nova, responsable de la onírica y especialmente bella escenografía, la diseñadora del fantástico y genial vestuario Clara Peluffo Valentini y el maestro de la iluminación Vinicio Cheli.
Obra maestra del repertorio. Música teatral
El maestro López Reynoso considera que la partitura de ‘El rey que rabió’ “es indudablemente una de las obras maestras del repertorio lírico español. Ágil, expresiva, refinada y llena de colores”, a lo que hay que sumar “el atinado uso de la teatralidad en la escritura musical que hace que la acción dramática corresponda de una manera notable con el discurso musical”. Por eso, el director opina que se trata de “una obra redonda, completa, contrastante y divertida que, gracias a todas las características anteriores, logra siempre convertirse en un éxito muy querido por el público.”
Y es precisamente en esa conciliación entre la música y la palabra en la que incide la musicóloga mediática Eva Sandoval, quien recuerda que Chapí y sus libretistas fueron figuras clave en el desarrollo del estilo musical y dramático de la zarzuela desde la década de 1880. Sandoval rescata asimismo una afirmación contenida en la crónica que con motivo del estreno escribió el crítico de la época Joaquín Arimón quien viene a subrayar esta crucial característica: “La música se adapta perfectamente a las condiciones del poema y toda ella es hermosa e inspirada”.
Eva Sandoval sostiene al respecto que esa adecuación e interrelación de ambos códigos, el lingüístico y el musical, se puede apreciar a lo largo de los diecinueve números de los que consta la obra. “La brevedad de todos ellos también ayuda a procurar dinamismo y agilidad y favorece la dramatúrgica, de tal forma que la música acompaña la acción: ni la fuerza, ni la obliga, ni la condiciona”. El autor, de acuerdo con las palabras de la experta, “consigue impregnar cada pasaje del color musical y la atmósfera que la trama requiere, como, por ejemplo, en el sencillo pero efectivo preludio. Escrito en forma de marcha de corte militar, podría ejercer perfectamente como himno nacional del país imaginario en el que se sitúa la acción.”
También es especialmente reseñable para la musicóloga el hecho de que ‘El rey que rabió’ utilice “la misma táctica teatral y pedagógica que la opereta: la del «mundo al revés”, incorporando a nuestra lírica recursos y lenguajes de la opereta centroeuropea.
Rey imperecedero y online
Como ya es habitual, una de las funciones de ‘El rey que rabió’ se emitirá en directo en streaming a través del canal de YouTube, el perfil de Facebook y la página web del Teatro. La fecha elegida en esta ocasión es el jueves 17 de junio a las 20h00 (hora peninsular española).
Asimismo, se pueden ya disfrutar en YouTube y Facebook la conferencia impartida por Eva Sandoval y un nuevo capítulo de la serie ‘Viaje por la zarzuela’, con el maestro López Reynoso y Bárbara Lluch como protagonistas.
‘El Rey que rabió’ se mantuvo ininterrumpidamente en escena desde el 20 de abril de 1891, cuando se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid con el propio Chapí a la batuta, hasta el 15 de junio de ese mismo año. Además, se repuso en este mismo escenario en diciembre de ese año y enero de 1892, y poco después se presentaría en otros teatros capitalinos y de provincias. Mención especial merece su estreno en México con la Compañía de Zarzuela Española a mediados de julio del mismo 1891, solo unos meses después de su estreno en España. El eco que la obra de Chapí obtuvo en los medios de comunicación de la época fue extraordinario, hasta el punto de que el compositor de Villena se afianzó como autor de zarzuela grande.
Y es que nuestro Rey llegó para quedarse con nosotros, de generación en generación, y así desde hace 130 años. Ya lo advirtió el cronista tras asistir al estreno –en un artículo que tras la enigmática firma de K. es muy posible que estuviera el notorio periodista José Gutiérrez Abascal–: “’El Rey que rabió’ está asegurado por mucho tiempo en su trono de La Zarzuela”. Y se añadía con cierto retintín: “No hay peligro de que sea destronado.” (El Heraldo de Madrid, 21 de abril de 1891).