El motivo de esta interrupción, a pesar de su vibrante vitalidad como proyecto, era la disfuncionalidad, en mayor o menor grado, de las instituciones que lo apoyaban -Ayuntamiento de Sevilla, Junta de Andalucía y Ministerio de Cultura- que lo hacían insostenible. Pero no quiero volver sobre estos puntos ya que expliqué las razones de manera clara en el comunicado sobre ese barbecho. Lo que motivó entonces el comunicado de un paréntesis en la actividad, en lugar de un cierre definitivo, fue la confianza en que la clara voluntad política de estas tres instituciones se viese traducida en una reconducción del proyecto, de modo que MES DE DANZA se hiciera viable sin poner en riesgo la salud y el patrimonio personal de quien lo organiza y produce.
Si bien, tras reuniones mantenidas tanto con el Instituto de Cultura y de las Artes del Ayuntamiento de Sevilla, como con la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, no parece que esta fórmula exista, dejando patente el poco margen político frente a la maquinaria administrativa o quizás, quizás, la falta de una voluntad política firme respecto a la continuidad de este proyecto…
Coincidiendo con el periodo en que tocaría celebrar una edición más, llega hoy el día de anunciar que MES DE DANZA es una larga y rica historia de la danza contemporánea que se cierra definitivamente.
Quiero confiar en que la desaparición de este festival haya dejado una huella suficiente en sus enfoques y en sus direcciones de trabajo, en su relación con sus creadores, sus públicos y sus contextos en los que se han desarrollado estas 26 ediciones, para que estos se retomen desde otras entidades, sean públicas o privadas. Es necesario que así sea porque la danza es sanadora, es creatividad, es poesía, es imaginación sin límites ni fronteras. Es necesario porque quienes le dan vida, los coreógrafos, los bailarines, los gestores y otros muchos agentes necesitan que se siga apoyando y visibilizando, legitimándola en todas las capas de la sociedad. Quiero confiar en que proyectos como la sala Calatrava dedicada a las artes del movimiento, iniciativa del Ayuntamiento de Sevilla, o la creación de un verdadero Centro Coreográfico Andaluz, en manos de la Junta de Andalucía, puedan ser una realidad muy cercana. Quiero confiar en que la desaparición de MES DE DANZA de pie a nuevos proyectos de iniciativa privada que contribuyan a consolidar el tejido andaluz de la danza.
MES DE DANZA ha sido una bella aventura de 26 años. Ha sido una muestra de muchos botones de la que me despido con una enorme satisfacción y solo un poco de nostalgia. Todos esos botones han dejado un poso en el sector de la danza y en la ciudad de Sevilla y han creado una memoria y un imaginario colectivo, así como incontables emociones. También han generado una enorme base de datos con un valioso material sobre la historia de la danza contemporánea, almacenado en la web www.mesdedanza.es, que está previsto sea cedido al Centro de Investigación y Recursos de las Artes Escénicas de Andalucía para su acceso libre a toda persona que lo quiera consultar.
Para finalizar quiero dar las gracias a los numerosos colaboradores y cómplices que han confiado y apoyado este proyecto y en especial a los seres humanos maravillosos que lo iniciaron conmigo y a los que me han acompañado con entusiasmo y tesón edición tras edición».