Camps se mueve por llevar al público las historias que enseñan, que emocionan en definitiva las historias que deben ser contadas, las que marcan lo que importa, las que producen cambios sociales. Ese ha sido el motivo de vender un anillo de compromiso para llevar al teatro una historia que tenia en su cabeza desde que empezó a dar sus primeros pasos en la escuela de interpretación. Hoy, lo ha hecho realidad.
Ha reunido a un equipo maravilloso con su compañero Juan Dávila en un dúo interpretativo que nadie se puede perder, Federica Ghio responsable del diseño de la escenografíaycon quien mantiene una amistad fuerte desde que coincidieron en la serie de Atresmediaycon Taxa Guijarro quien ha realizado el diseño de luces.
Su trabajo se podrá ver a partir del 13 de enero en el Teatro Quique San Francisco. Masescena tampoco ha querido perder la oportunidad de poder hablar con ella para que nos cuente algo más de su nueva producción.
¿Qué nos cuenta la función de Dani y Roberta?
Habla de la soledad de dos personas. No sabemos si es un tema mental, o simplemente lo que les ha pasado en su vida es lo que les ha llevado a este punto de querer estar solos y no querer estar cerca de la gente. En el caso de Roberta es más claro. Roberta ha tenido un problema con su padre, un encuentro que no fue deseado… Ahí se ve claramente que ella no cree en el hombre, no cree en el ser humano en general. Y en el caso de Dani, podría ser un problema mental, o podría ser cualquier otra cosa, porque también tiene un problema, en general, con la sociedad. Se siente todo el tiempo completamente juzgado.
¿La sociedad les ha dado la espalda y eso es lo que les une?
Son dos personajes que no los entiende nadie. Hasta para un actor es complicado meterse dentro del papel. Al final es cierto que hay que entender al personaje, no juzgarlo… porque si lo juzgas no puedes interpretarlo. Efectivamente son dos personajes que están apartados de la sociedad porque son diferentes, porque tienen otra manera de pensar, distinta al resto, y porque hacen cosas que no son bien vistas desde la sociedad, como son la violencia. Usan la violencia para hablar porque tampoco tienen otras herramientas para comunicarse. Esa es la manera que tienen de comunicarse el uno con el otro, y con la sociedad en general.
¿Cómo definiría Victoria Camps a Roberta?
Es una mujer muy dura. Como le han pasado tantas cosas, emocionalmente hablando, es una mujer dura. No quiere querer. Creo que le duele querer. Estoy completamente segura de que le duele querer, por todo lo que ha pasado, por todo lo que ha vivido. Le da miedo sentirse feliz porque cree que no se lo merece.
¿Cómo definiría a Dani?
A Dani le pasa un poco lo mismo. En su caso, creo que su madre no le ha dado el amor que debería haberle dado. En este caso hay un motivo un poquito más claro de que no quiere amar porque no le han amado, porque no han sabido amarle. Tampoco sabe cómo hacerlo. Me imagino una madre muy fría con él. No quiere que lo quieran, pero no porque no crea que no se lo merece.
Un anillo de compromiso para producir Dani y Roberta…
Esta historia estaba dudando si contarla o no, es muy íntima. Pero es la verdad. Creo que se debe ver el esfuerzo que se ha hecho para poder llegar a la obra y cómo se ha podido producir. Se compraron los derechos con ese anillo. Un anillo de compromiso que me regaló mi ex. Él no se portó como debiera y no llegamos a nada. No llegó a ningún sitio la relación, y era lo que tenía de más valor para poder producir la obra. Hubo también gente que me estuvo ayudando mediante otros métodos, pero los derechos de autor están comprados con ese dinero. Por el anillo me dieron mil doscientos euros y mis padres pusieron un poquito más hasta alcanzar la cifra necesaria.
¿Por qué apuesta Victoria Camps por este texto?
Yo tenía muchísimas ganas de hacer algo. Tenía ganas de trabajar. Había montado otra obra muy chiquitita en sala Off. Pero tenía ganas de hacer algo bueno. Pensé en un ejercicio que había hecho de Nancy Tuñón en la escuela, y me dije, es que este texto es muy bueno. Empecé a leerlo otra vez, aunque sólo aparecía en inglés. Lo traduje e intenté buscar quién tenía los derechos de la obra. Leía el texto en inglés y me ponía a llorar por el horror que estaban viviendo. Qué bonito lo que se dicen. Realmente el texto es tan bueno que por mucho que no hayas vivido una situación similar a esta, te llega sola la emoción leyendo sólo el texto. No sé cómo lo hace, pero cualquier persona que lo leyese estoy segura de que llegaría a la emoción tanto como yo. Sin ser actor, sólo siendo mínimamente sensible y empático con las personas llegas a esa emoción, es increíble.
Ha sido uno de los rostros conocidos de la serie televisiva “El secreto de Puente Viejo”. ¿Qué le da el teatro y la televisión a usted?
Me encanta también hacer audiovisual, el ritmo frenético… Es cierto que cuando era más joven, siendo más inmadura, la televisión alimentaba mi ego. Pero ahora me lo tomaría de una manera más madura. Tengo treinta y dos años y estoy deseando que me llamen para hacer tele. Me encanta trabajar. Pero lo que me atrapa del teatro es que la historia sigue hasta el final, y hay un proceso, con una historia que empieza y acaba. Vas pasando por esa evolución del personaje y llegas a todas las emociones. Nunca estás al cien por cien, pero es verdad que pasas por esa montaña rusa de emociones. En cambio, en tele sabes que se va cortando. Aunque en Puente Viejo se hacían las escenas hasta el final.
Otra cosa nada común es la participación de Juan Dávila en la producción. Un humorista que lo está “petando” en redes sociales y en el teatro con una particular forma de hacer humor. ¿Por qué decides que Juan sea Dani en esta función?
Encontrar a alguien que encarnara a Dani fue un proceso muy duro. No encontraba actores. Los que encontré luego se cayeron. Fue difícil. Hay una cosa que Juan tiene cuando hace sus monólogos que es el punto “chuleta” bueno. Cuando lo ves en sus monólogos con las burradas que dice luego le miras a los ojos y le ves que es bueno, que hay buen fondo. Y Dani también lo es. Necesitaba ese punto chulesco con un corazón de oro. Realmente no fui yo quien lo encontré. Fue Cristina Rojas. Al final Juan Dávila es un actorazo. Es un actor que te lo hace todo. Yo lo he visto en sus espectáculos. Pero cuando lo vi hacer de Dani aluciné porque se emocionaba, sentía todo lo que le pasaba a Dani. Lo hacía de una manera dramática completamente distinta a lo que hace en sus monólogos. Es increíble lo que hace Juan.
¿Cómo ha sido el trabajo con Juan Dávila?
Es tan bueno… Yo lo quiero mucho a Juan. Nos queremos mutuamente, y lo sé porque nos lo hemos dicho. Es una persona increíble. Es generoso, buen actor, es compresivo, siempre está ahí para apoyarte. Es muy positivo y un encanto de persona. Como persona y como actor es un 10. Estoy muy contenta de que Juan sea Dani y espero que lo sea hasta que acabe todo.
¿Cuál es el recorrido que le espera a Dani y Roberta?
De momento estaremos en el Teatro Quique San Francisco de Madrid. Allí estaremos un mes. Y después tienen pensado llevarnos a los teatros Luchana. De momento no hay una gira planteada por España. En principio se quedará en Madrid y lo dejamos abierto para ir a teatros preciosos que hay en España.
¿Cuáles son los proyectos más inmediatos de Victoria Camps?
Primero está Dani y Roberta. También me he puesto a escribir. Este verano pasado falleció mi hermana de una enfermedad degenerativa. Leucodistrofia. Quiero escribir esta historia. Moncho Armendáriz me ha ayudado mucho a escribir esta historia. Me ha enseñado cómo hacer un guion. Desde hace un tiempo más o menos sé cómo escribir. No quiero contar la realidad, pero sí la enfermedad y cómo acaban estas personas con este tipo de enfermedades.
¿Qué le pide al mundo de la interpretación? ¿Qué le gustaría hacer?
Yo sólo quiero trabajar. Quiero trabajar. Me encantaría hacer cine, me encantaría hacer tele… Pido que me salga mucho trabajo y que esté muy ocupada trabajando, haciendo teatro, cine o televisión. Y no me veo haciendo otra cosa que no sea como actriz. Sólo pido eso. Sencillo.
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