Alicia y Héctor, una ex pareja divorciada desde hace tiempo, se encuentran para hablar de los desajustes emocionales de su hija. De fondo el Jueves Santo de una Semana Santa sevillana, en primer plano el relato de la vida familiar de un matrimonio repleto de altibajos, en el que la profesión de ambos ocupó la mayor parte del tiempo compartido. Los dos protagonistas disimulan su sentido de culpa en un tira y afloja de reproches que culmina con el descubrimiento de un hecho que nunca se debería haber producido.
Un día decidí escribir sobre las contradicciones del ser humano. Esas que nos llevan a decir una cosa y hacer la contraria, esa necesidad imperiosa que tenemos de aparentar justamente lo contrario de lo que somos. Eso, llevado a extremos donde la falta de empatía ocupa el lugar que en el alma (cerebro) debería ocupar la compasión, pueda dar como resultado la más aberrante de las situaciones. Cuando estos caracteres se desarrollan en un ambiente liberal, artístico y aparentemente amplio de miras, adquieren tintes grotescos. Y este es el ambiente en el que desarrollo esta obra que pone sobre la mesa una lacra social universal y cómo conviven verdugo, víctima y espectador.
Ignasi Vidal