Antonio Najarro se ha desnudado en cuerpo y alma frente a la cámara y los micrófonos de Masescena. Quién es Toñín, como le llamaban de pequeño y le siguen llamando en círculos más privados, y qué queda de aquél niño curioso. Reconoce que su éxito y las cámaras los utiliza, sobre todo, para dar visibilidad a la danza. Una entrevista donde se habla de amor, joven responsabilidad, emoción, en qué momento personal y profesional se encuentra el artista, con qué es capaz de llorar, y lo mejor que ha hecho hasta el momento.
Una pieza imprescindible para conocer en profundidad a la persona y al artista, en una entrevista donde se ha conversado sin prisas, dejando espacio a la palabra y al diálogo, algo impensable en otros medios de comunicación.
La mañana es la mejor hora del día para Antonio Najarro. De pequeño quería ser artista. El juguete de la infancia que recuerda con más cariño es una peonza. La primera oportunidad profesional se la dio Rafael Aguilar. En una fiesta de carnaval se disfrazaría de cualquier cosa que no se le reconociera. Cuando se encuentra solo delante de un espejo no puede evitar moverse. Sus ojos es el rasgo físico del que se siente más orgulloso. Los momentos en los que ha tenido que cantar en público ha sentido mucha vergüenza. Su canción preferida es Flame del grupo The Bangles. Antonio Najarro tiene miedo a perder la ilusión, y confiesa no ser capaz de mentir. Los nervios los puede perder muy rara vez. Al otro sexo le envidia la capacidad que tiene para crear estrategias. El hecho de la historia de la humanidad que le produce más admiración es cualquier lucha por defender los valores de un país o de una región, y el que le produce más rechazo es la intolerancia, cualquier hecho histórico que se haya basado en la intolerancia. Rara vez utiliza los refranes, aunque cree que a quien madruga Dios le ayuda. El hecho tecnológico que más le cuesta comprender es el diseño de armas, misiles… todo lo que potencie una guerra. El infierno particular de Antonio Najarro es la continua insatisfacción al ver un producto creado por él mismo. Le hubiera gustado ser el protagonista de Cristal oscuro. Por último, afirma que pasaría una noche con cualquier persona que le pudiera aportar algo nuevo a su vida.