La directora británica adapta la novela de Virginia Woolf en un montaje que combina la interpretación en escena con la grabación en vídeo en directo
La obra, que se representa en alemán con sobretítulos en español, está acogida al sello Creación Canal y recorre cuatro siglos de la historia patriarcal de la humanidad
Afincada hace años en la Schaubühne de Thomas Ostermeier de Berlín, la directora británica desarrolla su teatro característico en este Orlando estrenado en 2019 en la capital alemana y que este año se representará en Madrid y Lisboa: exhibe en una gran pantalla de cine una película que va rodándose en el escenario e inserta otras ya filmadas. Mientras tanto, los intérpretes, rodeados de cámaras, personal de vestuario y maquilladores, se desempeñan en ese escenario con el texto escrito por Alice Birch, conservando su tono satírico, a partir de la novela de Woolf, publicada en 1928. Mitchell ha basado gran parte de su estilo teatral en esta suerte de cine expandido y a tiempo a real, que explora lo mejor de ambas vías estéticas.
La versión de Birch comprime las 300 páginas de Orlando en un montaje de menos de dos horas, en el que sobre el texto original esparce el lenguaje de hoy (exabruptos, música tecno, consumo de sustancias) y abundantes referencias sexuales. De esta manera los límites entre las épocas se desdibujan; aunque sigue el orden cronológico del relato escrito por la novelista británica: un recorrido por cuatro siglos de historia humana en Gran Bretaña y Europa. En ellos, el personaje de Orlando vive en la corte de Isabel I; se enamora de una princesa rusa durante el reinado de Jacobo I; escribe; se convierte en embajador de Carlos II en Constantinopla. Vuelve a Gran Bretaña siendo mujer, sigue escribiendo, organiza fiestas en el ilustrado siglo XVIII, ama a hombres y mujeres, tanto prostitutas como nobles y, en la conservadora época victoriana, se casa con un hombre.
A lo largo de este periplo, el personaje de Orlando es testigo del constante cambio que experimentan las personas, la naturaleza, los sistemas y los reinados. Asiste a la modificación de costumbres, hábitos e ideas sobre el comportamiento de hombres y mujeres, de la moral, de lo que debe escribir un artista y lo que se le permite pensar a una mujer. Experimenta cómo cambia el tiempo y el clima político, cómo se desarrollan el deseo y los roles de género.
Inspirado en la historia de amor de Virginia Woolf con la escritora Vita Sackville-West, la directora de este montaje ve Orlando como la primera novela del cambio de sexo en inglés, y es su segunda adaptación, tras Las olas en 2006, de la novelística de la autora británica, una de las grandes renovadoras de la literatura del siglo XX. Según Mitchell, “su pensamiento no solo sobre el feminismo y la fluidez de género sino también sobre la violencia es pionero”.