Una historia de intolerancias que toca la fibra e invita a la reflexión. La Monstrua, a través de un texto de enorme altura dramática, estructurado en un único personaje, va contando fragmentos de su vida y profundiza en sus sentimientos y emociones para desvelar que esta mujer es un ser humano más. Que, si bien al principio de la obra se muestra como un personaje ajeno y extraño, se va a acercando cada vez más a lo que nos hace humano, el sentir de nuestras miserias y nuestros confusos pensamientos con un toque de humor negro.
En los momentos de mayor simpleza, desborda intensidad y se engrandece con un extraordinario dominio en la actuación.
Gledys Ibarra
Gledys Ibarra es una actriz venezolana con más de 40 años de sólida trayectoria artística en teatro, cine y televisión.
Ha participado en innumerables producciones televisivas internacionales como “La Mujer de Judas” (RCTV), “Amores de Fin de Siglo” (RCTV), “Piel Salvaje” (RCTV), “Cosita Rica” (Venevisión), “La Bruja” (Caracol Televisión), “La Sucursal del Cielo”, (Caracol Televisión), “Rosario” (Univisión), “El Amor las Vuelve Locas” (Venevisión), “Santa Diabla” (Telemundo), “Grachi” (Nickelodeon), “Por Estas Calles” (RCTV), y “Tomasa Tequiero” (Venevisión).
En cine, ha trabajado en largometrajes como “Cyrano Fernández”, bajo la dirección de Alberto Arvelo, y en “Sicario” dirigida por José Ramón Novoa, filme que la hizo ganadora del Premio a la Mejor Actriz de Reparto, en el Festival Internacional de Cine de Tokio. Entre sus más recientes trabajos tenemos “True Things About Me”, dirigido por Harry Wootliff, y producido por BBC Films y el cortometraje “Pigeon”, escrito por Catalina Curbishley y dirigido por Tulsi Behl.
Sus obras teatrales más recientes son “Yerma” y “Bodas de Sangre” de Federico García Lorca en el Cervantes Theatre London, dirigida por Jorge de Juan así como “La Tortuga de Darwin” del dramaturgo Juan Mayorga, que la hace merecedora del Lukas Award como Mejor Latin Performance en Londres 2017. Le preceden obras conocidas como “Monólogos de la Vagina” de Eve Ensler, “Un Tranvía Llamado Deseo” de Tennessee Williams, “Brujas” de Gustavo Moncada, “Lo que el Mayordomo vio” de Joe Orton, “Una Vida Americana” de Lucía Carballal, y “Verano en Diciembre” de Carolina África en el Cervantes Theatre London.
Actualmente, la podemos ver con “La Mounstrua”, monólogo Teatral y ha participado en “Thursdays” short film protagonizado a cuatro manos con Sian Phillips en Inglaterra, “Ruby Speaking” show de comedia para ItvX Inglaterra.
Hoy lleva a las tablas del Teatro Amaya de Madrid, una producción que se llama La monstrua. ¿De qué nos habla La monstrua?
Es un texto muy interesante, hermoso, muy rico para cualquier actor, porque además ha sido montado por algunos actores y algunas actrices, también. Es un texto que ha sido muy buscado. Cayó en mis manos por casualidad hace tres años y desde entonces comencé a manosearlo, a estudiarlo, hasta que finalmente llegó el momento de hacer el montaje. Un montaje pensado, creo que con la riqueza visual, porque el texto es muy poderoso, pero el texto también requería de una meticulosidad, digamos, dentro de los hacedores teatrales para ser montado y terminar de configurar esa locura y el lugar donde es creada la pieza. Se desarrolla en un circo. Es la historia de Cornelia de Longue, La monstrua, que es la mujer barbuda del circo. ¿De qué habla La monstrua? Habla de la desilusión, de lo difícil que es ser distinto, de lo doloroso que puede llegar a ser diferente, de cómo la gente diferente o con algunas, digamos, deformidades que no entran dentro de los cánones de belleza normales, son sacados de la sociedad. Y hay una reflexión que está dentro del texto, que yo siempre le agarro como un hilo del plot que tiene la historia, y es que esa no es la característica más repugnante que tiene un ser humano, una deformidad física. Entonces es ¿Cornelia la monstrua por qué? Porque es peluda, porque es distinta. ¿Realmente por qué? Ahí hay una pregunta que voy a dejar en el aire porque solamente puede ser desvelada cuando estás sentado en la butaca, pues. Es viendo la historia que tú vas a descubrir por qué realmente esta mujer es la monstrua.
¿Qué destacaría de este personaje? ¿Cuál es el momento, digamos, que a usted personalmente le llama más la atención de la monstrua y si tiene algo que ver con usted a nivel personal?
Fíjate que particularmente pienso que la mayoría de los personajes terminan teniendo mucho del actor que lo interpreta. Mucho o algo. Así sea poco, pero realmente es tu piel, son tus ojos, es tu voz a través del cual va a hablar el personaje. Y siempre hay unos puntos de encuentro, y eso es lo que más me gusta. Particularmente Cornelia ejerció en mí una fascinación que yo no sabía de dónde venía. Ese tipo de cosas que sucede, sabes, que de repente cae un texto en tus manos y se comienza a dar como una relación allí que tú dices, pero ¿por qué navegar estas páginas me está cautivando de esta manera? ¿Qué es lo que pasa con este personaje, con su oscuridad, que me está cautivando tanto, que es una especie de fascinación? Y una de las cosas que más me cautiva es que Cornelia tiene un candor que es difícil de encontrar. Tiene unos temores que es difícil de encontrar, pero a la vez, si tú te pones, digamos, en los zapatos, no solamente de mí misma como actriz o como ser humano, sino cualquier otro, creo que tiene que ver mucho con cualquier temor y con cualquier candor que se va perdiendo a través de las experiencias de la vida. O sea, creo que Cornelia tiene una inocencia y unas ganas de ser querida, unas ganas de ser aceptada.
Fíjate que este es un texto tan interesante, que es joven, porque esto es un texto elativamente joven. Esto es un texto que Mastandrea escribe en el 2000, o sea, esto tiene 23 años, esto es un texto muy joven, pero mágicamente esa inteligencia del dramaturgo tiene un tufo al pasado, que es justamente la magia que tiene esto, que él lo lleva a esa época en la que los monstruos del siglo pasado, cuando el circo, el mayor atractivo era lo perverso de los humanos buscando las deformidades de otros humanos. Entonces se lo lleva un siglo, dos siglos quizás atrás y hay una obra que se siente como desvencijada, porque ya el circo tiene, digamos, el circo de nuestros días, es una cosa totalmente distinta y él la toca, dentro de la pieza él la toca una especie de nostalgia que tiene Cornelia por cómo han cambiado las cosas en el mundo del circo.
Además, es un paralelismo hermoso con nuestros días. Lo que le pasa a Cornelia es lo que le pasa hoy en día a una joven que no logra encajar dentro de lo que ve en las redes sociales, no logra encajar dentro de la belleza y la felicidad que ve en las redes sociales, o alguien que es molestado o hecho bullying en los trabajos o en las escuelas… Yo creo que tiene una carga actual, porque es una obra actual y que mágicamente Mastandrea inteligentísimamente se lo lleva a un contexto de circo cuando estamos hablando de cosas absolutamente cotidianas y actuales.
¿Es la primera vez que toma un texto de Ariel Mastandrea?
Sí, es la primera vez y estoy encantadísima porque es un autor muy particular, un hombre muy inteligente, bueno, de hecho la dramaturgia uruguaya es una dramaturgia muy interesante en términos generales, pero particularmente este texto. Estoy muy, muy feliz de haberme encontrado con él y finalmente después de tanto pasearme por cada una de esas hojas de ese libreto, digo las hojas porque yo estudio a lo antiguo, después de pasearme por esas hojas, haber decidido que efectivamente quería darle voz a Cornelia, feliz de interpretarla, feliz.
¿Por qué solo un día de función en Madrid?
Solo un día por cuestiones laborales. Estoy ocupada, tengo otros compromisos y los días que pudimos conseguir eran fechas que no coincidían con mi tiempo. Entonces decidimos hacer una.
Es también un poco como tomarle el pulso a la ciudad porque no es fácil, la gama teatral que ofrece Madrid es muy variada, de mucha calidad, hermosa. Hace unos días fui a ver una cosa maravillosa que es de una gran amiga mía. Y es que Madrid tiene una cartelera teatral tan atractiva, de una calidad tan buena, que cuando se piensa en traer un espectáculo para Madrid, sobre todo siendo extranjero, es un riesgo también grande, obviamente por ser una actriz venezolana le apuesto al público y a la comunidad venezolana, pero la verdad es que no es mi primera vez presentándome acá. Yo vengo de estar con el Centro Dramático Nacional, antes de eso también en el Teatro Amaya presenté hace cuatro años con un gran éxito, un monólogo también, La inmigrante. Cuando el auge del microteatro traje tres micros durante cinco días, que fue un éxito también, pero en esta oportunidad creo que lo mejor es tantear el terreno porque para ser extranjero hay mucho, el riesgo que se corre es inmenso, porque los alquileres de la sala son costosos y todos esos detalles hay que tener en cuenta, los pagos de impuestos, los permisos, todo eso, son muchos detalles a tomar en consideración y al hacer más de una función pudiera ser un riesgo en el caso de que de repente no vieran los números. Mejor ir tanteando el terreno, presentamos esto, yo lo pongo a disposición del público que es tan agudo en su visión teatral del público madrileño, les invito a todos los españoles amantes del teatro, amantes del arte escénico a que vayan a ver La Monstrua, estoy segura que van a salir con un gran gusto, un buen gusto en la boca.
Gledys, ¿cuál es la escenografía de la función? ¿Qué elementos aparecen en escena?
Esto aparece como en un camerino, está recreado en un pequeño espacio donde ella se está preparando antes de salir a escena, pero el director escénico, el director escenográfico que tuvimos en Caracas, un joven muy creativo, igual mi directora maravillosa, Rosané Hernández, que no quiero dejar de mencionarlos porque han hecho un trabajo artístico maravilloso, recrean esto sí en un camerino, pero como en una tienda que está detrás de la tienda. Visualmente vamos a tener la carpa del circo, vamos a tener todos los elementos donde ella ensaya previo, esa especie de banco central donde el elefantico estamos acostumbrados a verlo montando una patica, hay mucho elemento que es atrezzo, pero es más que atrezzo, son cosas que hasta sentándote en la butaca vas a decir, esto lo reconozco del circo, recuerdo esto, esto me trae memoria y es una carpa hermosamente diseñada y fácilmente reconocible, es muy hermoso.
He podido leer en su biografía que es una actriz todoterreno, tanto de teatro, como de cine, como de televisión, pero sí que me gustaría preguntarle qué le aporta el teatro en directo, qué le aportan las artes escénicas en directo.
Todo aporta, absolutamente todo aporta, lo que pasa es que esto es una prueba a hierro y fuego. El teatro no tiene la posibilidad de corta, vamos a hacerlo de nuevo, ahí hay un rigor que los actores amamos, que nos hace crecer inmensamente, que nos nutre actoralmente y yo diría que, fíjate, que más que el hecho teatral como te aporta, yo creo que cada personaje que vas interpretando va trayendo, va trayendo a tu vida de intérprete unas nuevas exigencias, habrá cosas efectivamente que ya tú has manoseado y que a lo mejor está tratado por ti, pero como siempre hay elementos nuevos que urgan y esto me pasó también con Cornelia, me pasó que había pasajes de su vida que me hacían sentir incómoda, que yo decía no puedo, no puedo con esto de esta manera porque es como si me rajara por dentro algo que no me permite decirlo porque me parece que estuviera abusando, quizás no, no de ella, no del texto. Yo no juzgo el texto como no podemos hacerlo ninguno de los actores, ni el texto, ni el personaje ni nada, pero hay algunas zonas de incomodidad que te cuesta transitar y que cuando vences el centro, cuando transitas eso dices mira alcancé aquí, he avanzado un paso dentro de lo que pueden ser las propias limitaciones que tengamos los actores.