González expresó la gran emoción que siente de poder programar este espectáculo: «Se trata de una gran obra de teatro, con tres grandes artistas y que resulta, además, muy necesaria. Lleva 10 meses de gira acumulando críticas magníficas y ya se está convirtiendo en todo un clásico. Es una historia sobre la solidaridad que te toca la fibra».
Originalmente publicada en 1976 en Buenos Aires, Argentina, El beso de la mujer araña fue una novela revolucionaria y recibida como una fuerte crítica contra la dictadura imperante en el país en los años 70. Prohibida por el régimen, narra la historia de dos presos, un disidente político y una persona transgénero en una historia que es un auténtico canto a la empatía, la libertad, el amor y la esperanza sobrevolada por una serie de referencias cinematográficas y clásicas del cine.
Aunque la novela ya había sido llevada al escenario en varias ocasiones (con una adaptación dramática del propio Puig), Carlota Ferrer, directora del espectáculo, ha preferido una aproximación más universal del material y, mediante la versión de Diego Sabanés, se ha extraído la historia del contexto original de Argentina para convertirla en una propuesta más universal.
«El Teatro – explicó la directora – siempre es político y esta obra resuena mucho con las preguntas que nos hacemos hoy en día como sociedad. El autor se pregunta, por ejemplo, ¿qué es ser un hombre? En un momento en el que, precisamente, estamos intentando definir las nuevas masculinidades cuya pregunta no puede ser más actual. Además, se trata de una historia atemporal, capaz de remover las conciencias de los espectadores sea cual sea la ideología o el momento político imperantes.»
Una aproximación nueva a un clásico moderno
Eusebio Poncela, que interpreta a Molina, el preso transgénero acusado de perversión de menores, confesó que es el proyecto teatral con el que más ha disfrutado: «Es todo un lujo formar parte de este espectáculo. Carlota Ferrer ha propuesto una visión muy inteligente de la obra. Es una tragicomedia, ya que, aunque se presenta una historia muy dura, también tiene grandes momentos. Además, – continuó Poncela – Carlota ha planteado los 9 cuadros en los que se subdivide el espectáculo utilizando lenguajes escénicos diferentes, desde el naturalismo hasta el simbolismo o el teatro del absurdo, para evocar los diferentes recursos que los personajes utilizan para evadirse de su confinamiento. Llevamos muchas funciones en muchas ciudades del país, y la respuesta siempre ha sido muy entusiasta y positiva».
Por su parte, Igor Yebra, que interpreta a Valentín, el disidente político encarcelado con Molina, también se hace eco de la visión escénica del espectáculo: «En un momento se acusó a Manuel Puig de ser un autor pop. Y sí, creo que lo es en el mejor sentido del término. En el espectáculo se mezclan una multitud de lenguajes escénicos, la música, el audiovisual, el movimiento, la palabra, el silencio… Es un espectáculo muy completo que, creo, capta muy bien la intención original del autor».
Jordi González terminó exponiendo que «cuando una obra perdura en el tiempo, es porque tiene algo que vale la pena explicar en cualquier sociedad y momento, independientemente del contexto histórico. Es una pieza importante y que merece ser representada y contemplada».
El beso de la mujer araña se representará a partir del martes 6 de junio de 2023 en el Teatro Goya de Barcelona, y estará en cartel hasta el 18 de junio de 2023.
Sinopsis
¿Qué es ser hombre?
En prisión, Molina y Valentín son compañeros de celda. Molina es una mujer en un cuerpo de hombre, encerrado para seducir a un menor. Valentín es un activista político, que quiere cambiar el mundo torturado durante los interrogatorios. Para escapar a la realidad, Molina evoca películas antiguas, a través de las cuales en un proceso de identificación con sus protagonistas y secundarios, reflexionan sobre la propia vida y la identidad política y sexual. Un combate interior con muchas heridas abiertas y una pantera que no deja de rugir.
Una historia prohibida que saca a relucir la necesidad de amar al ser humano. Valentín y Molina durante el encierro son compañeros de un viaje existencial, un viaje de liberación. Se trata de un casi thriller que huele a bolero. Mientras fuera de su aislamiento reinan la muerte y la tortura, sueñan con un mundo que sigue esperando una revolución. La liberación política pasa por la liberación de los cuerpos.