Ahora se ha montado en el carro del teatro y junto a otras dos compañeras que tampoco son actrices, Irene Junquera y Amagoia Eizaguirre, hacen reír al público que las visita en su espectáculo Mujeres: la Dramedia. La Forte (@soylaforte), Irene Junquera (@irenejunquera) y Amagoia Eizaguirre (@habituatea) nos invitan a esta exclusiva fiesta de amigas. No hay dress code ni flotadores de unicornios. Tampoco hay desayunos instagrameables, ni rutinas de skin care carísimas. Durante 85 minutos, hablarán sobre el amor, sobre ser (o no…) una superwoman, sobre el (fuckin) precio de los aguacates, sobre reinventarse, la autoestima, la culpa y muchas cosas más. Al fin y al cabo… no son Rosalía, Nathy Peluso y Karol G… ¿o sí?
Mujeres: La Dramedia es un show teatral con espíritu de programa de televisión. Una macrofiesta de pijamas en la que se canta, se baila y se arregla el mundo. No sólo te vas a reír, también te podrás desahogar. Un espectáculo mejor que cualquier pool party, barbacue o partyboat en la que hayas estado jamás.
¿Qué nos cuenta “Mujeres: la Dramedia?
Mujeres: la Dramedia cuenta un poco lo que nos pasa a todas las mujeres, que solo por nacer en esta condición, en este género, en este sexo, ya… tenemos una tendencia a compaginar tanto el drama como la comedia en nuestro día a día. El drama, evidentemente, en temas más serios que a lo mejor plantea Amagoia, el personaje de Amagoia, como una reinvención laboral, como una necesidad de demostrarte y de demostrarle tanto a los tuyos como a tu profesión que eres tan válida como un hombre. O incluso el personaje de Irene que ha trabajado siempre en un mundo deportivo. Casi mayoritario o prácticamente mayoritario cubierto por hombres. Esa es la parte del drama. Y luego la parte de comedia, pues que a todo le ponemos una sonrisa, todo lo hiperbolizamos, todo lo llevamos al extremo, hacemos muchas comparaciones entre hombres y mujeres. Al final cuenta la historia de tres personajes que podemos ser nosotras o no, hay parte de ficción, hay parte de teatro, hay parte de hipérbole, pero hay parte de realidad, evidentemente. Así que se van a encontrar una historia que podrían contarle sus amigas una noche entre dos vinos.
Es como una reunión de estas americanas al uso, como una fiesta de pijamas, podemos definirlo, donde coinciden tres amigas y ponen encima de la mesa ¿qué temas?
Pues le llamamos fiesta de pijama porque es una manera como, bueno, un tanto adolescente, ¿no? Como dices tú, un tanto fiesta americana, como en Grease. Una reunión de amigas donde estás cómoda, donde se te suelta la lengua, donde puedes decir barbaridades, donde tienes un espacio seguro donde… compartir tus inquietudes y por eso decimos todo el tiempo que es un plan de amigas para que las personas que vengan a vernos, no solo mujeres, pero se van a sentir muchísimo más identificadas, pues cojan a sus amigas, hermanas, cuñadas, jefas, madres, hijas y vengan en grupo y van a escuchar temas, por ejemplo… ¿quién tiene más sexo? Si las que están casadas o las que están solteras. O noticias que hemos ido encontrando que son absolutamente reales. Pues, por ejemplo, como una mujer a los 45 años decide que va a iniciar una relación erótica con un árbol porque está ya harta y dice que su rollo va a ser ya estar con un árbol. Entonces, pues imagínate la sátira y la comedia que podemos sacar de todo eso.
Alma, yo creo que al final, no sé si estás de acuerdo conmigo, el ser humano tiende a mitificar un poco todo, cualquier tema. Yo creo que están un poco mitificadas las relaciones perfectas, está un poco mitificado la maternidad, también. Todo es bello y es maravilloso y luego cuando te enfrentas a ello, la verdad es que es una putada en tu día a día. ¿Todo este tipo de temas salen en esta reunión?
Sí, por ejemplo, el personaje de Amagoia, que ya trabajaba en una multinacional, viene de trabajar siempre en empresas grandes, con un puesto… vamos a decir, fijo donde cada día 31 cobra, ¿no? Vamos a decirlo así un poco a groso modo. Y de repente pues desmitifica esto que estás diciendo. “No. Emprende, móntatelo tú por tu cuenta, que estarás en Bali con un ordenador nómada digital y facturarás 200.000 euros al mes. Y Amagoia dice, mira chica, no, a mí no me ha salido así, es que no ha sido así. O incluso, pues eso, yo en mi monólogo hablo mucho de… de conocer a gente hoy en día. Yo pongo un poco el punto de la soltería. A nuestra edad, pues eso, vienen a vernos casi entre 35, 50 años, 30, 50 años. Y qué panorama te encuentras incluso en las aplicaciones de citas. Cómo mientes al principio, cómo hay ese halo de va a ser todo maravilloso y te voy a desplegar mis alas y luego todos somos absolutamente iguales y como dices tú, pues se cae el velo.
Fuera de nuestras fronteras, digamos, hay países donde tienen verdaderos problemas las mujeres, el sexo femenino. Simplemente para vivir en su día a día o para enfrentarse a su día a día. ¿Cuál crees que es la situación de las mujeres en general en nuestro país?
Nosotras aquí en Occidente, en esa comparativa, por supuesto, una mujer española puede sentirse privilegiada, pero… Es que no se puede generalizar, porque igual te digo privilegiada y me pones una foto de una mujer que está siendo víctima de violencia de género. Entonces, pues es que generalizar es tan complicado, desde luego nosotras en el show sí hablamos como de ciertas minorías, por ejemplo, también una minoría absolutamente dilapidada fuera de Occidente sería la comunidad LGTBI, por supuesto y sí que damos alguna pinceladita. Pero estamos hablando todo el tiempo de problemas del primer mundo y estamos hablando, para que se entienda en el show de “se me ha roto mi labial favorito”, quiero decir, estamos pasando por una superficialidad amable por una superficialidad totalmente teñida de humor y sí se ven algunas pinceladitas de problemas en mayúscula.
¿Esa es la preocupación de las chicas más jóvenes de nuestra sociedad?
No, es una de ellas. Yo creo que tanto los medios de comunicación… Cuando tú estudias periodismo, los medios de comunicación te explican que forman, informan y entretienen. Y yo creo que el entretenimiento, la cultura, también puede formar, informar y o entretener. En este caso, nosotras, con Mujeres: la Dramedia, desde luego estamos haciendo entretenimiento puro. Entonces, de la misma manera que una persona ve un partido de fútbol y no está esperando solucionar ningún tipo de problema del hombre en nuestra sociedad. Entonces, ¿es el problema que gana el Barça o el Madrid del hombre en nuestra sociedad? No, pero está teniendo entretenimiento. Entonces, para nosotras… con el show, estamos cubriendo esa necesidad de cultura, de entretenimiento, de humor, igual que cuando uno ve una comedia en el cine.
¿Cómo definirías a los tres personajes femeninos que aparecen en el espectáculo?
Tienen en común, evidentemente, esa problemática general, estamos diciendo solo por ser mujeres. Irene, por ejemplo, en un bloque de texto sí que apela mucho a la tendencia general femenina es a saber si queda o no queda mantequilla en la nevera. Lo saben. Otra cosa es que luego ejecute y compre ella o ejecute y compre la otra persona de la pareja. Pero generalizando, por Dios, que ya llevo toda la entrevista diciendo que es súper injusto, pero generalizando, es muy condición femenina. Entonces, las tres tienen en común eso, pero luego también son muy diferentes porque… pues eso, por cómo han decidido vivir sus vidas, pues Amagoia tiene un personaje muchísimo más cándido, muchísimo más risueño, muchísimo más… políticamente correcto. Irene al venir de un mundo muy masculino está más cansada, está más reivindicativa. Y La Forte, como en este momento se ha encontrado en una reciente soltería, está un poco deslenguada, es la más descarada, la que más palabrotas dice, las otras la tienen que rebajar un poco. Ordinaria, ¿por qué no? Si. Al final intentan representar un poco a las mujeres que están sentadas en el patio de butacas.
¿Cómo surge este proyecto? ¿Cómo surge la idea de reunirse tres mujeres y poner encima de la mesa su día a día, lo más común, lo que pasa en sus horas vitales?
Surge porque soy una kamikaze y entonces un día desayunando con… Sí, por totalmente inconsciente, porque ahora a medida que van pasando los meses, evidentemente no puedo respetar y admirar más el oficio del actor, del que se pone arriba de unas tablas y de un escenario y tiene al público soplando en la nuca cada semana. Pero surge un poco por desayunos reiterados con Amagoia y con otras mujeres, como Mara Mate, Mónica Galán, Katia Rocha, Paloma Abad, que son mujeres que tenemos alrededor una red de amigas, por supuesto no las he podido nombrar a todas, pero que dices, hostia qué interesante eres, como me gusta tu forma de ver la vida, tu forma de pensar. Siempre que intercambio contigo un café y una tostada me abres ventanitas nuevas de pensamiento y desde luego te lo agradezco como si fueras mi psicóloga y al final dijimos “Esto a lo mejor si lo ponemos en común, a lo mejor hay a más gente que le pasa”. Y viene un poco por ahí. Ya empezamos a crear la estructura, hablamos con guionistas, hablamos con la productora. La verdad que a todos les gustó el proyecto y viene un poco por ahí.
Alma, ¿qué mujer pondrías como referente en tu vida?
Pues mira, profesionalmente, esto lo llevo diciendo desde que era prácticamente pequeña, profesionalmente yo siempre he admirado mucho a María Teresa Campos. Porque ella empezó en el periodismo cuando era prácticamente un mundo de hombres. Fue ya un referente en la tele cuando prácticamente las caras eran siempre hombres, varones. Y a medida que ha ido pasando el tiempo, la seguía viendo, que siempre encontraba un proyecto nuevo que hacer, un formato nuevo que presentar o en el que colaborar o en el que participar. Te podrá gustar más o menos los últimos pasos que dio, profesionalmente hablando, pero siempre pensé… joder, lleva pagando el alquiler, pagando su casa, su hipoteca, su letra del coche o lo que sea, su vida, con minutos y minutos y minutos de directo. Y para mí siempre ha sido encomiable decir, wow. Y luego también, aunque no nos dediquemos a lo mismo, pero siempre he admirado mucho, y va por la misma estela, pues a personajes como Rocío Jurado o como Lola Flores, decir, ¡Qué valentía! O sea, lo que yo admiro siempre es la valentía, es el decir, aquí estoy yo con mi arrojo en un escenario delante de todos vosotros y me va a dar igual lo que digáis porque soy Rocío Jurado o soy Lola Flores. Y si nos venimos hoy en día, pues ese equivalente podría ser una Rosalía o una Beyoncé.
Para los que no entendemos la discriminación por razón de sexo, ¿qué crees que nos queda por hacer para conseguir una igualdad efectiva, real?
Más visibilidad. Todo lo que se visibiliza, todo lo que se pone encima de la mesa, todo lo que genera debate, todo lo que genera comunicación, incluso todo lo que genera confrontación, va a ser para avanzar. El otro día veía en Twitter a un chico que tiene parálisis facial, no recuerdo exactamente qué tipo de enfermedad rara tiene, que dijo “voy a hacer un podcast”. Dijo, voy a hacer un podcast y lo voy a hacer hablando de cosas normales, como el que puede tener La Forte, pero tengo esta discapacidad, tengo parálisis facial, no puedo mover bien la boca, trago bien, como bien. Pero no tengo los ojos expresivos, no puedo levantar una ceja, tal y cual. Y él insistía en todo el rato en las preguntas y las respuestas que le hacían en Twitter. Decía, es que tiene que visibilizarse mi cara. Para que se vea la normalidad, para que se vea la diversidad. Entonces, en esa discriminación por género que tú me mencionas, creo que es súper importante que cada vez más las personas que lo estén sufriendo lo hagan saber, que no se callen. Yo sé que muchísimas de las víctimas han alegado que sienten vergüenza, pero gracias a que cada vez se hable más sobre ello, entiendo que ven que hay una comunidad de personas iguales. Y eso hace que al final no sean tan diferentes al resto.
¿Dónde se reúnen estas tres amigas? ¿Cómo es la puesta en escena?
Empieza como una fiesta de pijama donde la soltera tenía muchas ganas de casarse y como ya ve que eso no va a llegar, pues las amigas le han hecho una broma y entonces la visten de novia. Y haciendo una pequeña referencia a Friends, que las tres somos muy fans y creo que ha sido la serie de nuestra generación, una de tantas, pues se reúnen en casa de una de ellas. Lo que pasa… es que luego se va explicando, que además está justificado, se va explicando cómo vamos comentando noticias. Porque es un show que está rompiendo la cuarta pared todo el rato. O sea, no es una ficción al uso, donde el espectador no tiene nada que ver. De hecho, hace poco en Aranjuez, que fue un bolo espectacular e hicimos un sold out maravilloso, nos encantó que el público viniera como hooligans. Era un circo romano, eran las salvajes que estaban allí totalmente metidas en el discurso del show y fue muy guay, la verdad.
¿Qué esperáis del público que visite Mujeres: La Dramedia?
Mira, sobre todo lo que se rían, eso es lo más importante. Ayer, por ejemplo, en mis stories, en mi perfil personal de Instagram, estuve compartiendo una receta de cocina que me salió mal, como siempre, y había gente que me escribía y me decía, joder tía, vengo de la psicóloga, tenía un día terrible y me he reído mucho con tus historias. Por eso, recupero un poco lo que decías antes, ¿es la problemática la que queréis enseñar? No, yo quiero que la gente se ría, yo quiero que la gente salga más contenta de lo que ha entrado. Y la participación y el salvajismo que digo yo por parte del público nos encanta. Y allí se cree una comunidad. Hay un momento que estamos hablando de la importancia de las amigas, de la solidaridad de las amigas, de cómo te soportan, te sostienen en muchos momentos de tu vida. Y cuando empieza a haber alboroto en el público es que lo están entendiendo. Así que nos encanta que participen, por supuesto.
¿Cuál es la Dramedia de Alma Andreu?
Madre mía. Pues mira, yo creo que tener mucha seguridad en lo profesional, sin arrogancia. Sé que lo hago bien, pero igual que sé que cuando luego suba al metro el conductor del metro lo va a hacer bien porque estoy confiando en él. Pero en la parte personal, pues como todo el mundo, tengo mis inseguridades y tengo mis inquietudes. Y tengo mis miedos que tengo que convivir con ellos, tratar de apaciguarlos muchas veces y supongo que entre esas dos aguas me muevo.
Quiero que me resuelvas una curiosidad. ¿Por qué La Forte?
Uy, es mucho menos glamuroso de lo que te puedes imaginar. Te vas a defraudar un poco (risas). Cuando me abrí el perfil de Instagram, yo qué sé, pues como en 2011 o 2012, típico que no te ponías tu nombre real, no querías que te encontrara tu jefe, que te encontrara no sé quién. Y entonces como a mí me hacían mucho la broma de Alma, Almax Forte, me puse Almax Forte, pero cuando saqué mi primer libro, vino la editorial y evidentemente me dijo, mira, no es serio que saques un libro con el nombre de un antiácido. Así que haz el favor de quedarte solo con el apellido y me quedé solo con La Forte.
Bueno, tiene su punto romántico…
Si. Yo siempre digo que igual que la Jurado se quedó solo con el apellido… Aquí cada uno se lo monta como quiere.
¿Qué esperas del espectáculo y qué va a pasar cuando acabe la producción de La Dramedia?
Una persona tan controladora como a mí, eso me gustaría saber. Si yo querría tener una bola de cristal, ¿qué va a pasar? ¿Dónde vamos a acabar? La verdad es que no lo sé. Yo, desde que saqué el primer libro y luego estuve en la cadena SER también con Roberto en La ventana y hacía las secciones de La Forte viviendo, a mí lo que me gusta es ponerle un punto de ficción a La Forte, siempre, ficcionarla. Y ahora con La Dramedia también lo he conseguido, porque evidentemente ni todo lo que se cuenta es verdad, ni cuento toda la verdad. Entonces, a mí me gustaría llevar más a la ficción a La Forte, más todavía. Pues como Aída, la serie. ¿Dónde vamos a acabar? Pues no lo sé. Hay muchas veces que estamos merendando o cenando, depende de la hora del bolo, y maquillándonos juntas y tal, y estamos muy conscientes diciendo esto es lo que nos vamos a quedar. ¿Dónde acabaremos luego? Pues no lo sé.
Si quieres lo dejamos aquí, pero si tuvieras que poner en una balanza las cosas buenas y malas que le han sucedido a La Forte a lo largo de su trayectoria, ¿hacia dónde se inclinaría?
Hacia la buena, hacia la buena, pero si yo pienso en La Forte, te voy a decir de hace dos años, pero de hace un año. Ni tenía el proyecto teatral que tengo ahora, ni tenía el podcast que tengo ahora. ¿Qué va? No, no, buenas. Siempre ha ido mejor. Pero es que yo también tengo ahí una tendencia a confiar en el proceso. Pero de verdad que si miro hacia atrás, siempre ha sido mejor el 2 que el 1, el 3 que el 2. O sea, siempre va a ser así. Así que no, en ese punto soy bastante optimista.
¿Y cuál es el mejor consejo para ser feliz? Feliz, optimista, para levantarte con una sonrisa todos los días.
Poner el foco en lo que sí, en todo lo positivo. O sea, yo tengo una amiga que, mi amiga Alba, le sale casi de forma innata. Es maravillosa porque la tía a lo mejor te dice, me invento, pues “me voy a ir a desayunar a un sitio, el café no estaba del todo bueno, pero ha sido un rato agradable, el camarero ha sido majísimo, no había mucha gente. y estaba en silencio, la música me ha encantado, luego me he encontrado no sé quién..”, ¿sabes? Es consciente de lo que no. Pero pone todo el tiempo. Ahí yo creo que de verdad te cambia la vida. O sea, te cambia realmente. Cuando empiezas a pensar en todo lo que sí.