El escritor gallego, muerto el pasado año, no llegó a ver el estreno de su debut escénico sobre el bloqueo literario de un novelista, una situación que él padeció durante años
Villar había accedido al pequeño olimpo de autores policiacos españoles con tan solo tres novelas y la creación de uno de los detectives más populares de la narrativa negra hispana, Leo Caldas. Ambientadas en Galicia, de donde era Villar, aunque llevaba treinta años viviendo en Madrid, el ambiente socarrón, irónico de sus tramas lo trasladó a Síbaris.
Esta comedia, para la que su autor pensó el popular actor gallego Carlos Blanco e incluso consideró reservarse un pequeño papel como agente literario, muestra en su argumento un trasfondo biográfico del propio Villar: la historia de un escritor bloqueado e incapaz de escribir una nueva novela fue la propia del novelista gallego tras la publicación de su segunda ficción, La playa de los ahogados. Pasaron diez años antes de publicar la siguiente, El último barco.
A partir de esta circunstancia personal, Villar imaginó en Síbaris que su protagonista recibe una invitación de la Universidad de la Sorbona, dispuesta a pagar generosamente por una lección magistral del célebre autor, pero la primera aparición pública del escritor en años acaba en un ataque de pánico y una huida. Cuando la vida del autor y su esposa parece hundirse, ella encuentra una salida.
A Carlos Blanco, popular por series como Fariña, donde interpretaba al contrabandista y narcotraficante gallego Laureano Oubiña, y La unidad, le acompañan en escena Belén Constenla, Oswaldo Digón, y Pablo Novoa.
Esta producción de la compañía gallega Condetrespés, en la que también hay un asesinato y una investigación, se exhibe en Teatros del Canal con el sello Creación Canal y es estreno en la Comunidad de Madrid. Tras la función del 21 de junio habrá un encuentro con el público.