La obra del joven dramaturgo y director, una historia familiar de secretos y manipulación, es un alegato a favor de la ficción como el mejor aliciente para soportar la realidad
Xoán Fórneas, César Vicente y Javier Ruesga completan el elenco
La actriz de personalidad poliédrica, que ha trabajado con directores como Pedro Almodóvar, Fernando Trueba, Manuel Gutiérrez Aragón y Álex de la Iglesia, protagoniza en La Señora a una actriz retirada de los escenarios a los 70 años, a la que sus hijos, aspirantes a directores, quieren convencer para que vuelva a actuar. Ella vive marcada por una obra que nunca llegó a representarse: Las criadas, de Jean Genet. Un estreno que se vio frustrado en los años 70 y del que ella no ha podido olvidarse, porque cree que la censura la privó de ser una artista con mayúsculas, dejándola sumida en una carrera banal.
Esta alusión al montaje de Genet remite a una de las obsesiones de Pablo Quijano, quien recuerda el montaje que hizo en 1969 Nuria Espert de Las criadas de la mano del director argentino Víctor García, un hito del teatro español que estuvo a punto de no estrenarse a causa de la censura.
Según Quijano, el montaje que iba a ser un binomio de un texto corto de Arrabal y del texto de Genet, pero los censores solo vieron la primera parte, el texto de Arrabal, y se fueron antes de ver el de Genet. Por ello, la nota de la censura no incluía el texto inédito del francés y pudieron abrirse las puertas del teatro. Estableciendo un paralelismo entre aquel hito y el presente, en La Señora, los hijos de la actriz, que la han escuchado desde niños interpretar el texto de Genet en casa, quieren crear un espectáculo de radical contemporaneidad con su madre como protagonista. Pero los tres acabarán enredándose en un hilo de secretos y manipulación.
A Bibiana Fernández, que ha mostrado sus dotes teatrales en montajes como El amor está en el aire, La gran depresión o La última tourné, de Félix Sabroso, le acompañan en escena, dos jóvenes actores: Xoán Fórneas y César Vicente, versátiles por su capacidad para pasar del teatro, a la televisión y de la televisión al cine. Y en el diseño de iluminación figura otro nombre señero del teatro español, el dramaturgo Ernesto Caballero, quien dirigió el Centro Dramático Nacional, y con el que Pablo Quijano ha trabajado como ayudante en montajes como Esta noche se improvisa la comedia, El proceso, Hannah Arendt en tiempos de oscuridad y Yerma.
El propio Quijano acredita una versatilidad sorprendente en su juventud. Palentino de 1996, en su formación como actor recibió enseñanzas de directores como Ernesto Caballero y Juan Mayorga, y enseguida comenzó a interesarse por la dirección y la escritura. Desde los 20 años empieza a rodar cortometrajes y piezas con su móvil, indagando así en un lenguaje cinematográfico propio. De esta manera rueda Los hijos de, una película underground hecha íntegramente con su móvil. En 2020 filma Marinera de luces, la historia de una chica trans en un pueblo de Palencia y en 2021 funda su propia compañía de teatro, Los hijos de, con la que estrena como director y dramaturgo La gaviota o los hijos de, una indagación en los límites entre el cine y el teatro hablando de los reality shows y la corrupción de la juventud con La gaviota de Chéjov como marco. Posteriormente estrenó el corto Rubio cobrizo y escribe su primer largometraje, Marinera de luces, que nace del corto homónimo.