Jarana es la tercera parte de la trilogía de la compañía, donde las prácticas colectivas tradicionales son el principal objeto de investigación, a la par que exploran nuevas formas de expresión en un mundo cada vez más cambiante y tecnológico
La danza contemporánea como vehículo de expresión, dialoga en todo momento con la música electrónica en vivo
Se deriva que la participación en prácticas colectivas encuentra su raíz en la necesidad humana fundamental de conexión y pertenencia. La participación en grupos proporciona una vía para satisfacer la necesidad innata de afiliación, afecto y apoyo emocional, además de una búsqueda de identidad compartida.
Culturalmente, la ejecución de las prácticas colectivas se manifiesta en rituales o tradiciones, celebraciones y eventos que refuerzan la cohesión social y transmiten valores a través de generaciones.
De esta manera, Jarana, que podrá verde en la Sala Negra de los Teatros del Canal el 19 y 20 de este mes, investiga sobre aquellas prácticas tradicionales que están desaparecidas o bien en peligro de desaparecer a través del uso de la danza contemporánea como vehículo de expresión en diálogo constante con la música electrónica en vivo. A la par exploran nuevas formas de expresión colectiva en un mundo cada vez más cambiante y tecnológico.
El sábado 19, tras finalizar la función, habrá un encuentro con el público.