Una vez más, el invierno madrileño se llena de magia con la llegada de “Circlassica, La Historia Mundial Continúa”, la nueva propuesta de los consagrados Productores de Sonrisas. Presentado en la gran carpa blanca de IFEMA, bajo la dirección de Manuel González Villanueva, este espectáculo combina tradición e innovación, reafirmando la dificultad de reinventar año tras año un género que, aunque atemporal, exige frescura para cautivar al público moderno.
La gran virtud de “Circlassica” radica en su capacidad para sorprender incluso a quienes han seguido fielmente sus entregas anteriores. En esta ocasión, el énfasis puesto en el género musical es un acierto rotundo: las canciones en vivo además de deleitar, son el alma narrativa del espectáculo, transmitiendo valores inherentes en el arte circense: constancia, sacrificio y, por encima de todo, compañerismo. Dicho de otro modo, esta propuesta de Producciones de Sonrisas (“Circlassica, Leyendas de Asia”, “Circo Mágico” o “Navidad Circo Price”) no se limita a ofrecer un espectáculo circense, se presenta como una experiencia educativa y emocional. Mérito atribuible a Nicolás Marchena, responsable del diseño musical, acompañado de Sam Gómez, a cargo de las letras y los arreglos musicales. Su narrativa celebra la historia del circo mundial, rindiendo homenaje a sus raíces y actualizando sus códigos para nuevas generaciones. La Orquesta Circlassica acompaña cada número con maestría, imprimiendo un dramatismo único que eleva las acrobacias y actuaciones a un nivel sublime. Las canciones, interpretadas en directo por los jóvenes Blanca y Manu, son el eje vertebrador que convierte la experiencia en algo más profundo y conmovedor.
Resulta probable que muchos de los asistentes hayan visto ya, bien en directo o por televisión, números genéricos de las disciplinas presentadas, pero estoy convencido de que muy pocos han presenciado propuestas tan concretas y asombrosas como las llevadas a cabo en este espectáculo. Más de 50 artistas internacionales despliegan su talento en el escenario, ofreciendo momentos que dejan al público sin aliento. Desde las vertiginosas acrobacias de la Troupe Chongqing (China), tanto con elementos voladores como desafiando la gravedad en bicicleta, hasta el elegante vuelo de la Troupe Skokov (Rusia), con números aéreos de extrema dificultad, cada acto demuestra un nivel técnico y artístico que roza la perfección. El Dúo Nikulin y Due to Be (Bielorrusia y Ucrania) redefinen los límites del arte aéreo, mientras que Leosvel y Diosmani, maestros del mástil chino, imponen su fuerza y precisión.
En el ámbito nacional, Justin Marco Monteiro Vassallo deslumbra con su elegancia en equilibrio y contorsión, demostrando que España está a la altura de las mejores tradiciones circenses. Destacan también Leo & Ursula (España y Rusia) como los patinadores suicidas capaces de girar y girar en perfecta armonía sobre una pequeña plataforma circular. Y, como no podía faltar, Johnny Rico, el clown que ya conquistó corazones el año pasado, vuelve con su inigualable carisma, acompañado en esta ocasión por Blanca y Manu, dos jóvenes talentos que añaden frescura y emoción a la narrativa. El humor de Johnny es el contrapunto perfecto al drama y la tensión de los números acrobáticos, recordándonos que la esencia del circo es también la emoción y el disfrute compartidos.
La iluminación ha sido diseñada para transformar cada escena en una experiencia visual única, gracias a la genialidad de Juanjo Llorens, galardonado con cuatro premios Max. Junto a Anna Calvo, directora de escenografía con amplia trayectoria en cine y videoclips, se ha logrado crear un entorno mágico que complementa a la perfección los números circenses. Los más de 300 trajes, diseñados bajo la dirección de María González, destacan por su detalle y complejidad, convirtiendo el vestuario en un espectáculo propio. Sandra Rodríguez, por su parte, aporta su talento en maquillaje para completar esta deslumbrante propuesta.
Los precios de las entradas varían entre 20 y 80 euros según el día y la hora, siendo diciembre el mes de mayor demanda. Durante noviembre y enero, las entradas son más económicas. Además, en la web oficial se ofrecen descuentos, con precios especiales para grupos según la fecha y el volumen de entradas adquiridas. El espectáculo dura dos horas, incluyendo un descanso de 20 minutos donde los niños pueden interactuar con juegos circenses, escribir cartas a Papá Noel o los Reyes Magos, y sacarse fotos para llevarse de recuerdo.
En definitiva, Con actuaciones espectaculares, música cautivadora y una puesta en escena impecable, “Circlassica” es, sin duda, el evento imprescindible de esta Navidad en Madrid. Más que un espectáculo, es un homenaje al arte circense y a los lazos humanos que lo hacen posible. Hasta el 12 de enero, esta joya se mantiene como un faro de magia en la capital, prometiendo dejar una huella imborrable en quienes atraviesen las puertas de la gran carpa blanca.