El miércoles 24 habrá una previa en el Centro Cívico del Puerto de Sagunto con Voluta Circo
Voluta Circo es una compañía emergente de Andalucía bajo la dirección de Pablo Portabella y coproducida por la escuela de circo y teatro CAE de Granada. ‘Más allá del zaguán’ es una fusión de circo, teatro y música, que utiliza un instrumento tradicional del País Vasco, la txalaparta, de una manera innovadora y experimental y que apuesta por nuevos lenguajes dentro del nuevo circo, al alcance de todo tipo de público.
Ambas actuaciones son parte de la programación del Off Romano, actuaciones fuera del teatro romano, la mayoría de estas gratuitas y para todos los públicos, y que se representan en diferentes espacios de la ciudad.
La Ventana Nuevo Circo nace a mediados de 2012 con la unión de cuatro profesionales de largo recorrido en el nuevo circo de Valencia, con el objeto de desarrollar proyectos sociales, formativos y culturales en torno al circo, con una propuesta estética innovadora y dirigida a públicos de todas las edades. Hasta ahora han producido varios espectáculos como este. ‘Memphis rock & circo’ es un espectáculo que nos propone un viaje al Memphis, mítico bar de rock de los 50 donde un camarero y músico carismático recibe cada noche un peculiar grupo de amigos. Música en directo, malabares, acrobacias y humor en una frenética y divertida historia de encuentros y desencuentros al ritmo de ‘rock & roll’.
Después de la actuación en la Glorieta de La Ventana Nuevo Circo, se inaugurará en la calle del Castillo de Sagunto la exposición ‘Sueños de una noche de verano’, del colectivo de mujeres artistas La Tira de Mujeres, que colabora desde hace años con el festival.
Para cerrar esta jornada de inauguración, a las 21.30 horas en la Subida al Castillo, Luis Sanz nos ofrecerá el concierto ‘Notas a la ciudad’ con dulzaina y piano en la calle. Hasta ahora, las calles de nuestras ciudades son el escenario habitual de la dulzaina, pero, y si vemos un piano en ellos? La potencia sonora de la dulzaina juega con la delicada pero, al mismo tiempo, imponente presencia de las maravillosas teclas de un piano, que baja a la calle para acompañar con ritmos y melodías el sonido tradicional de la dulzaina.