Angélica Liddell, Dimitris Papaioannou, Mal Pelo, Romeo Castellucci, Guy Cassiers o Pablo Messiez son algunos de los nombres destacados de esta edición
Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura, Turismo y Deporte, asistió el pasado martes a la presentación del festival, en compañía de Alberto Conejero, director artístico del mismo.
La enorme bandada de pájaros sobre un cielo gris que recoge la fotografía de Javier Campano elegida para ilustrar el cartel del festival expresa, según el director del festival, Alberto Conejero, la idea de estar unidos en torno al teatro que mostró la pasada edición, “emocionante e inolvidable”, marcada por la pandemia. Ese Festival de Otoño fue un ”ejemplo de la voluntad conjunta -la de la ciudadanía y los creadores- por permanecer juntos, por proteger, aun en las circunstancias más adversas, un arte tan frágil y poderoso como es el teatro”.
Este año y con esta 39ª edición, en una situación como la actual aún marcada por la pandemia, el teatro volverá a estar “para acompañarnos”, subraya Conejero. Y lo hará con una amplia muestra de diversas manifestaciones escénicas que presentarán 29 compañías, 21 de ellas de España y 8 internacionales, de Bélgica, Grecia, Argentina, Italia, Líbano, Chile, Francia y Reino Unido.
Diecinueve escenarios dentro y fuera de Madrid capital
Respondiendo a la voluntad de la Comunidad de Madrid de ahondar en la descentralización del festival, sus propuestas se expanden por la capital y a siete municipios de la región, en un total de 19 espacios. Once en la capital: Teatros del Canal, el Teatro de la Abadía, la Sala Cuarta Pared, el Teatro Pradillo, Réplika Teatro, la Sala Mirador, Teatro del Barrio, la Nave 73, el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, la Casa Encendida y el Centro Cultural Paco Rabal.
En el resto de la región, los espacios escénicos serán el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, el Teatro Carlos III de Aranjuez, el Teatro Municipal de Coslada, el Centro Comarcal de Humanidades Sierra Norte de La Cabrera, el Teatro Mira de Pozuelo de Alarcón, el Teatro Jaime Salom de Parla y el Teatro Auditorio y el Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial.
En su segundo año al frente del Festival de Otoño, Alberto Conejero pretende además afirmar la presencia de espectáculos internacionales (especialmente latinoamericanos) y la atención a la última escena nacional con cuatro estrenos absolutos, siete estrenos en Madrid, un estreno en Europa y cuatro coproducciones del festival.
De la indagación que plantean creadores y compañías de esta edición se suscita, destaca Conejero, una pregunta sobre “cómo y desde dónde vamos a construir” un porvenir compartido. “En otras palabras, quiénes somos y quiénes podemos llegar a ser al poner de nuevo unos cuerpos junto a otros”.
Así, el cuerpo, “como signo central de la existencia”, es la materia de una parte de los espectáculos de esta edición, que desde el teatro físico, la danza o la performance, exploran sus posibilidades poéticas, filosóficas y estéticas, como en Tríptico de Peeping Tom, realizada en colaboración con los Teatros del Canal; Higlands de Mal Pelo (coproducción de Festival); Larcen C. de Christos Papadópulos; Cuerpo de baile de Pablo Messiez, Piano Works Debussy de Lisbeth Gruwez y Claire Chevalier; After all spring ville de Miet Warlopen colaboración con La Casa Encendida; El hermoso misterio que nos une (coproducción del Festival) de Jesús Rubio Gamo; Pinocchio de Babilonia Teatri, Criaturas del desordende Elena Córdoba o en Los inescapables Alpes de La Chachi.
Otra de las cuestiones que se desprenden de esta programación es la de la “importancia de la herencia y del vínculo. Nos preguntamos qué es lo que debemos salvar a cada instante del incendio al que llamamos tiempo”, afirma el director del Festival de Otoño. Así, del diálogo entre la contemporaneidad y la tradición se presentan obras como Transverse Orientation de Dimitris Papaioannou (coproducción del Festival), Terebrante de Angélica Liddell, Antigone in Molenbeek y Tiresias de Guy Cassiers, Imprenteros de Lorena Vega o Fedeli d´amor de Teatro delle Albe.
El festival ahonda también en las amenazas y retos del mañana pospandémico —crisis climática, precariedad laboral, ascenso de los totalitarismos, etc.—, de lo que emerge una pregunta inevitable: ¿quiénes seremos allí donde nos dirigimos? De este interrogante nacen propuestas como Bros de Romeo Castellucci, Paraguay de Lucía Marciel y Paula Grinszpan, Fairfly de La Calórica, Tú amarás de Bonobo, ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? de Andrea Jiménez y Jinete último reino de María Salgado y Fran Cabeza de Vaca.
Vínculos con otros festivales
De nuevo en esta edición ha habido un trabajo de diálogo permanente con otros Festivales e instituciones, de modo que se presenta en colaboración con el Teatro de la Abadía lo mejor de los diez años del Be Festival: creaciones de Claudia Catarzi, Hannah de Meyer y Bertrand Lesca y Nasi Voutsas; y en colaboración con el programa Ágora de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales llegan a Madrid algunos de los más sobresalientes ejemplos de la creación contemporánea andaluza: trabajos de Alberto Cortés y Laura Morales.
Esta edición cuenta además con dos espectáculos de teatro de objetos para todos los públicos y especialmente el público familiar: Geólogie d´une fable del Colectivo Kahraba(Líbano) —a partir de seis años—, que utiliza el material de arcilla para contar el origen de las fábulas, y Ma biche et mon lapin de Aïe Aïe Aïe Collectif (Francia), -—a partir de los nueve años—, que narra historias de amor a ritmo de vodevil.
Y más allá de lo escénico, el Festival de Otoño, que está dedicado a la memoria de Ariel Goldenberg, su director durante quince años, recupera, en el apartado Otras experiencias, Pictura Fulgens, un encuentro de poesía, pintura y cuerpo en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, que reúne a los jóvenes poetas Berta García Faet, Raquel Vázquez, Juan Gallego Benot, Mario Obrero, Cristian Alcaraz y Carla Nyman.