El paraíso en Cuenca
El día de la inauguración de este longevo festival, la CND presentará en la sala Sinfónica del Teatro Auditorio de la ciudad una pieza creada expresamente para la compañía en 2020 por Ruz. Este Premio Nacional de Danza 2018 propone en «In Paradisum» un diálogo entre la música sacra y la popular, entre lo sagrado y lo mundano. Plantea así una reflexión humanista sobre el concepto y la búsqueda de espiritualidad en la sociedad de nuestro tiempo, en la que los macroconciertos y las raves tal vez sustituyan a las misas, los cultos, las peregrinaciones y las celebraciones paganas en su función de mecanismos colectivos para que el individuo trascienda y satisfaga su necesidad de sentirse parte de un todo.
Un ritual escénico lleno de emoción, contraste, pulsación y energía, en el que las polifonías corales de Tomás Luis de Victoria, grabadas por La Grande Chapelle, constituyen el punto de partida de la banda sonora, producida por Pablo Martín Caminero. Con carácter previo a la exhibición, actuará la cantautora María Rodés.
La OCNE más bachiana
El 10 de abril, la OCNE toma el relevo en el mismo espacio municipal. Allí, bajo la batuta de su titular, tocarán una obra monumental de la música religiosa, la Misa en si menor de Bach, con la que regresan al festival conquense doce años después. Lo hacen con el que se considera uno de los principales testamentos musicales del compositor, quien jamás lo vio intepretado en vida y que no pudo albergar ninguna esperanza de que fuera a salir a la luz póstumamente, ya que su contenido doctrinal no encajaba ni en la liturgia católica ni en la luterana. Sin embargo, es susceptible de calificarse como la obra de toda una vida, dado su dilatado y complejo proceso creativo, en el que fue incorporando y adaptando obras vocales compuestas en circunstancias y con contenidos muy diversos, hasta conformar una excepcional síntesis del estilo coral y los valores retóricos de una época que ya tocaba a su fin. En el concierto intervendrán como solistas las sopranos Robin Johannsen y Sophie Harmsenmezzo, el tenor Yeremy Ovenden, y el bajo Konstantin Wolff.
La Semana de Música Religiosa de Cuenca, en cuyo patronato está el INAEM, se lleva a cabo desde 1962, coincidiendo con la Semana Santa, lo que la convierte en el cuarto festival musical más antiguo de España. Se caracteriza por su propuesta de músicas litúrgicas, sagradas, místicas, espirituales y trascendentales, en un arco temporal que abarca más de diez siglos. Una singularidad por la que fue reconocida como Fiesta de Interés Turístico Internacional en 1979. A lo largo de sus 58 ediciones, se han llevado a cabo más de 900 conciertos, que han congregado a un público total de 300.000 personas.
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