El galardón tiene el objetivo de apoyar a los autores dramáticos e impulsar la creación de nuevos textos que contribuyan al enriquecimiento del panorama teatral
Hoy (19.30 horas) la Sala Berlanga de Madrid acoge la lectura dramatizada de 'Sandra' de Daniela Freixas, obra ganadora en su edición anterior
Josep Julien expresa sentirse «muy afortunado por saber que mi nombre se incluirá a la lista de dramaturgues que ya han obtenido este premio de dramaturgia contemporánea de ámbito estatal. Es, además, un galardón muy especial porque Jardiel Poncela fue un revolucionario y un innovador del teatro». Bonobo es una road movie en clave de thriller, «una pieza escrita en dos etapas. La primera capa, la referente a la identidad de los protagonistas y su posible peripecia, la empecé en el verano de 2019. La segunda, más centrada en el estilo, el barniz literario, la completé entre los meses de marzo y abril de 2020, durante el momento más crudo de la pandemia».
Escrita en catalán, la historia de Bonobo transcurre en un espacio que puede evocar la sala de interrogatorios de una comisaría. Fadi, un joven de 20 años nacido en Sant Joan, un pueblo ficticio del Ripollés (Girona), narra por qué y cómo ha llegado hasta allí a Magda, aparentemente una agente de una indeterminada unidad antiterrorista. El protagonista desgrana en su relato los mecanismos que lo abocaron, en su momento, a un proceso de radicalización en el marco del yihadismo, el cual ha estado a punto de culminar en una tragedia. Un acontecimiento imprevisto en una gasolinera, a partir del encuentro con una joven trabajadora sexual rumana, trastoca los planes del joven y aboca la inusitada pareja en una huida hacia delante que tendrá consecuencias imprevisibles tanto para los protagonistas como para el espectador.
La obra parte de una intensa vivencia personal de Josep Julien. El autor explica que vive “en un pueblo del Penedés a poca distancia donde, en el año 2017, se abatió a Youneses Abouyaaqoub, el conductor de la furgoneta que provocó el espantoso episodio de Las Ramblas. La angustia de ese día me generó una mirada hacia ese chaval postadolescente que, si en ningún caso podía ser empática, sí que contiene una buena dosis de compasión y de doloroso desconcierto. A partir de aquí, me amparé en el enorme poder de la ficción para hacer transitar un personaje de características socioculturales homologables a aquel chico por caminos alternativos a los que escogió él. Unos caminos que, si rodean en todo momento varios y terribles precipicios, también conducen a través de una road movie iniciática que debe acabar teniendo un efecto sanador tanto sobre él como sobre el espectador que lo acompaña”. En Bonobo, Josep Julien reflexiona y hace reflexionar al entorno del concepto de la redención y de la demasiado frágil, y casi siempre rompible, consistencia de la condición humana.
Para escribir Bonobo, Julien ha conectado con «una voz que viene de dentro, cargada de toda la inocencia propia de un niño y que intento cuidar todo lo que puedo, como un tesoro, ya que sólo desde ese candor me puedo permitir abordar temas tan absolutamente adultos como los que se explican en esta obra. Una reflexión solamente mental no serviría, cuando se escribe, igual que cuando se intenta vivir en dignidad, es necesario ponerse desde las entrañas».
Preguntándole sobre lo que espera del recorrido del texto de Bonobo ahora, el autor confía en «que el texto suba a un escenario. Espero también que se traduzca al castellano y esto amplíe su recorrido. Estrenar en condiciones en mi país lo es todo menos fácil». Mientras tanto, Josep Julien es un habitual de la pequeña pantalla y de los teatros. Actualmente trabaja en una colaboración con TV3, está a punto de estrenar la obra Avinguda Nacional de Jaroslav Rudiš en la Sala Beckett y también, muy pronto, comenzará los ensayos de otra obra.
Este año han sido 340 los originales que han concurrido al Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2020, en 2019 fueron 167, esto demuestra que el confinamiento de los meses de marzo y abril, durante la primera ola y etapa más dura del COVID-19, el sector cultural estuvo muy activo creando y pronto veremos más frutos de este talento imparable.
El jurado del Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2020 estaba presidido por Juan Luis Mira, dramaturgo y director institucional de Artes Escénicas de la Fundación SGAE, e integrado por los dramaturgos Olatz Beobide, Lola Blasco, Ánxeles Cuña, Juana Escabias, Pep Antón Gómez, Aizpea Goenaga, Eva Mir y Juan Alberto Salvatierra.
Acerca del autor: Josep Julien
Josep Joaquim Julien i Ros (Barcelona, 1966) es dramaturgo, guionista, actor y docente. Graduado en Interpretación en el Institut del Teatre, Julien se ha formado como autor en escritura dramática en L’Obrador de la Sala Beckett con autores como Martín Crimp y Biljana Srbljanović, y en dirección y dramaturgia con Neil Labute. Como actor, ha trabajado con directores como Claudio Tolcachir, Xicu Masó, Àlex Rigola, Lurdes Barba, Sílvia Munt, David Selvas, Joan Lluís Bozzo y Javier Daulte, entre muchos otros.
Julien ha publicado cuatro textos teatrales que, además, han sido premiados en diversos certámenes y concursos teatrales: Absolutament lluny, finalista del Premio Ignasi Iglesias de textos teatrales, y editado con la editorial de la Asociación de Actores y Directores Profesionales de Catalunya (AADPC); Aitta Split, Premio 50 aniversario del Crédito Andorrano y publicado con Arola Editores; Sex N’ Drugs N’ Johan Cruyff, Premio Octubre y publicado con 3 y 4 Ediciones, y Hong Kong Haddock, IV Premio Fundación Romea y publicado con Arola Editores.
Como actor de teatro ha participado en numerosas producciones como Tot esperant Godot, Benefactors, La gavina, Aloma, El bon lladre, Dogville… Y también en numerosas series de televisión como Hache, Com si fos ahir, El Ministerio del Tiempo, Cites, Amar es para siempre, Cuéntame como pasó, La Riera, El cor de la ciutat, Laberint d’ombres, Estació d’enllaç y un largo etcétera.
También el cine ocupa una parte importante de su carrera actoral y ha formado parte de Born, de Claudio Zulian; La mosquitera, de Agustí Vila; Los Totenwackers, de Ibón Cormenzana, y Anita no pierde el tren, de Ventura Pons, entre muchos otros largometrajes.
Acerca del Premio SGAE de Teatro ‘Jardiel Poncela’
La Fundación SGAE convoca este premio desde hace 29 años con el objetivo de fomentar la creación de nuevos textos dramáticos, que, tanto por la buena calidad y originalidad de sus diálogos, como por su visión escénica, contribuyen al desarrollo del teatro. Desde la edición de 2014, el premio se llama Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela por reivindicar la figura del dramaturgo, con un estilo que ha tenido una gran influencia en la cultura iberoamericana contemporánea. Desde el año 2000, el premio ha reconocido a autores como: Daniela Feixas (2019), Pablo Remón y Roberto Martín Maiztegui (2017), Pedro Martín Cedillo (2016), Raúl Dans (2015), Fernando Epelde (2014), Antonio Morcillo (2013), Fernando Epelde (2012), Carlos Contreras (2011), Irma Correa (2010), José Manuel Mora (2009), Gracia Morales (2008), Antonio Morcillo (2007), Álex Mañas (2006), Juan Carlos Rubio (2005), Angélica Liddell (2004), Julio Escalada (2003), Alberto Miralles (2002), Antonio Morcillo (2001), y Antonio Jesús González (2000).
‘Sandra’ de Daniela Feixas, en el XXIV Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas en la Sala Berlanga
Hoy martes, 24 de noviembre, a las 19.30 horas, la Sala Berlanga de la Fundación SGAE en Madrid (C/Andrés Mellado, 53. Entrada: 3,50 euros. Entradas disponibles en taquilla y en entradas.com) organiza la lectura dramatizada de la obra ganadora del Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2019, Sandra, de la catalana Daniela Feixas, dramaturga, escritora, guionista, actriz, ayudante de dirección y docente. Escrita originalmente en catalán, Sandra ha sido traducida para la ocasión y cuenta con la dirección de Denise Despeyroux, y las interpretaciones de Irene Pozo y Antonio Romero. Además, la propia dramaturga asistirá a la lectura de su obra. Más información aquí.
En Sandra, un escritor de éxito que lleva una vida voluntariamente solitaria recibe la inesperada visita de una desconocida. Es evidente que Sandra huye de algo o de alguien; busca un sitio donde dormir y pide al hombre que la deje refugiarse en la casita del jardín. Fascinado por esa figura misteriosa que parece salida de una de sus novelas, el hombre accedí. Sandra regresa un día tres otro, y poco a poco se forja entre ambos un vínculo tan firme como irracional. Una noche, la menor aparece visiblemente alterada: confiesa que cree haber matado a alguien. Su confidencia sitúa al hombre frente a un dilema moral decisivo: avisar a la policía y desentenderse de todo o dejarse llevar por el extraño instinto de protección que lo ata a esa criatura herida.