El acto contó con la presencia del Ministro de Cultura, y sirvió como pistoletazo de salida a la 45ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro
Además de palabras de agradecimiento al homenajeado, Lluís Pasqual, por aceptar recibir el premio, Ignacio García no quiso dejar pasar la oportunidad de expresar su inmensa gratitud al país que visita el festival en esta edición, Uruguay, y a la comunidad autónoma representada este año por Galicia. También el agradecimiento al responsable del diseño del cartel de este año, Horacio Guerriero (HOGUE), la ONCE por hacer del festival un lugar inclusivo, a las actuaciones musicales de la noche, autoridades, público en general, y muy especialmente a todos aquellos que aportan su granito de arena en la organización del festival.
A continuación fue el turno para una gran dama del teatro, Nuria Espert. Ella fue la encargada de la laudatio a Lluís Pasqual. Según contó la propia Espert conoció a Lluís cuando era casi un niño, cuando puso en marcha el Teatre Lliure de Barcelona. La actriz afirmó que “la pasión de Lluís por el teatro no ha parado de crecer. Ha hecho teatro para el público”. Sólo ha coincidido últimamente con Pasqual en dos de sus últimos montajes, El rey Lear y Romancero Gitano, y reconoce que el fuerte de él es la dirección de actores. Los conoce, conoce la profesión, los quiera y saca lo mejor de ellos. Por último, destacó la relación de Lluís Pasqual con García Lorca. Finalizó Nuria Espert su intervención reconociendo que ha caminado con Lluís de la mano de Federico.
El acto contó con la participación de la periodista Rosana Torres. Como viene siendo habitual desde hace años, y desde la tribuna que el tiempo y su profesión le han otorgado, la conocida periodista alabó la figura de Lluís Pasqual. Relató como un joven Pasqual llegó a Madrid con mucho talento, cosa que en la capital de España ya había, pero les abrió los ojos a todos cuando les mostró, en producciones españolas, lo que se hacía en otros países desde hacía años. Un verdadero revolucionario del teatro que marcó un antes y un después, y según la propia Torres, “nos mostró un teatro al que no estábamos acostumbrados”.
La parte institucional del acto estuvo representada por el alcalde de Almagro, Daniel Reina, el diputado de Cultura de la provincia de Ciudad Real, David Triguero, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y, por último, el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. En sus discursos hubo, como en botica, de todo, pero yo me quedaría con la frase del ministro hacia Lluís Pasqual: “Lluís, has tenido el don de tocar el cielo y la tierra a la vez. Y eso muy pocos lo pueden hacer”.
Por último, Ignacio García leyó el acta de concesión del premio Corral de Comedias, otorgado por unanimidad del Patronato del Festival de Almagro.
Tras recibir el galardón de manos del presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, el Ministro de Cultura, y el alcalde de Almagro, Lluís Pasqual se dirigió a los allí presentes realmente abrumado por todos los elogios dedicados. También lo hacía “ruborizado por subirme a las tablas de un teatro a celebrar algo con lo que está pasando en el mundo”. Aunque espetó que “es mejor celebrar a tener que aguantar las locuras de alguien del este o el oeste y que nos lo impida”. Su discurso comenzó agradeciendo a dos mujeres que le acercaran a los clásicos. La primera, una monja, Madre Paz, que le leía versos de Zorrilla y Santa Teresa, e incluso obras de Lope de Vega, y la otra, una profesora de literatura muy valiente en aquella época oscura del franquismo. Lluís fue feliz en su cajita del Lliure, hasta que Nuria Espert y otros lo sacaron de allí para dirigir.
Pasqual recordó con cariño, y cierta gracia, el montaje de La hija del aire protagonizado por Ana Belén, Carlos Lemos, y un joven Antonio Banderas que se estrenaba en esa producción como profesional. Su estreno en teatro Lope de Vega de Sevilla en plena feria de abril fue una caja de divertidas anécdotas. El montaje finalizó gira en Almagro y después pasó a Madrid.
El director reconoció ser un ferviente amante y admirador de los actores. Para finalizar, quiso dedicar el premio a una gran actriz, que interpretó su último gran personaje en Almagro, la Fabia de El caballero de Olmedo. La última fotografía que el protagonista tiene con ella es precisamente en Almagro, en el Corral de Comedias, donde ella admira con entusiasmo el espacio. Lluís Pasqual dedicó su premio muy emocionado a Rosa María Sardá.
Tras una larga ovación, Ignacio García dio por inaugurada la 45ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.