«El público ha valorado la alta calidad del cartel de este año y lo ha acogido de forma muy positiva», ha señalado Ignacio Javier de Miguel Gallo, técnico de Cultura de la Gerencia Municipal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Burgos y codirector de Escena Abierta, que también ha destacado el «arraigo» del festival en la ciudad y la recepción de una tipología de obras «que rara vez pueden verse más allá de Madrid o Barcelona». Esta defensa de las artes en vivo más alternativas la ha compartido otro de los responsables de la cita, Carlos Lozano, al frente también de la actividad cultural de la Universidad de Burgos. «Esta edición ha vuelto a demostrar que Escena Abierta tiene un público asentado y fiel y las cifras de asistencia así lo respaldan», ha señalado el codirector del festival, para quien «llenar un espacio como el Fórum Evolución con propuestas de carácter abiertamente transgresor es un éxito fruto del trabajo de estos 25 años y una demostración de la buena acogida y la confianza de los ciudadanos en el festival». Un diagnóstico similar ha llevado a cabo Beatriz Rodríguez Unamuno, responsable del Área de Cultura e Innovación Educativa de la Fundación Caja de Burgos, que ha defendido el «dinamismo y potencial artístico» de la ciudad como un «impulso para seguir trabajando en reforzar su oferta cultural, porque estas cifras avalan que hay un público receptivo y participativo».
Escena Abierta 2024 se ha desarrollado entre el 12 y el 21 de enero. Fue la burgalesa María Velasco la que, junto a Miren Iza, del grupo Tulsa, abrió la cita con Amadora, un homenaje musicado a la generación de sus madres con producción de Teatro Kamikaze y que llenó las butacas del Fórum Evolución. En Cultural Cordón recaló el polifacético David Fernández con {function-body}; error, una atrevida pieza sobre la relación entre la inteligencia artificial y la construcción de la identidad a través de un doble juego narrativo, mientras que el Teatro Principal fue el escenario en el los «payasos metafísicos» Óscar Gómez Mata y Juan Loriente, de la compañía L’Alakran presentaron Inactuales, reflexión sobre lo sensible a través de su particular y poético estilo. La misma ubicación acogió El coro. ¿Para qué sirve la tragedia?, última creación de Juan Navarro en la que reinterpreta la Novena sinfonía de Beethoven y que contó con la participación de la Coral del Camino de Hornillos del Camino.
También en el Teatro Principal presentó Alessandra García Mujer en cinta de correr sobre fondo negro, monólogo sobre la vida de un barrio con el que se alzó con el Max al mejor espectáculo revelación y en el que, a través del humor, desgrana asuntos como la pobreza, la gentrificación, la conciencia de clase, la industria textil, la del entretenimiento y el oficio del creador. A Cultural Cordón llegaron Andrea Rodríguez de Liébana y Sergio González, de la compañía Palimsesta y creadores de Masha, obra de circo performativo basada en la repetición de movimientos sobre un linóleo cubierto de aceite corporal, mientras que al Auditorio Rafael Frühbeck del Fórum Evolución se subió la burgalesa Lara Brown junto a Jonás de Murias con Lo imposible es desaparecer, exploración sobre la pervivencia de los bailes populares con la participación del Grupo de Danzas Tierra de Lara. Brown, además, presentó en el vestíbulo del Fórum, como actuación previa a Amadora, la pieza de pequeño formato Bailar o lo salvaje.
Además de estas obras, que han sumado un total de doce funciones, esta edición ha contado también con otras actividades como la mesa redonda «En los márgenes», sobre los veinticinco años del festival, la presentación del proyecto Aquí duermen ciervos de la compañía Arawake y la fiesta de aniversario con el espectáculo Burgos Zro Gravity Xtra-Ordinario, a cargo de Juan Loriente y Óscar Gómez Mata.
Escena Abierta está organizado por la Gerencia de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Burgos, el Vicerrectorado de Responsabilidad Social, Cultura y Deporte de la Universidad de Burgos (a través de su Aula de Teatro) y la Fundación Caja de Burgos.