Icono del sitio Masescena

Temporada Alta cierra edición superando las adversidades generadas por la pandemia, habiendo podido ofrecer prácticamente toda la programación prevista e incorporando nuevos formatos A Distancia que tendrán continuidad en las próximas ediciones

Imagen de archivo de la producción "Prostitución" dirigida por Andrés Lima

Imagen de archivo de la producción "Prostitución" dirigida por Andrés Lima

La nueva línea de programación online ha acogido 55 espectáculos con un total de 70.286 visualizaciones y se ha convertido en un banco de pruebas que también ha permitido reprogramar 10 espectáculos que no han podido realizar las funciones presencialmente
A pesar de las restricciones horarias, de movilidad, de aforo y cierre de salas, solo 4 de los espectáculos se han tenido que suspender y 3 se han reprogramado para verse en los próximos meses, en una edición que se ha alargado dos semanas más de lo previsto

A pesar de todo y la complejidad de organización y gestión, el festival cierra (con datos a 15/12/20) con un 88,8% de ocupación mediana, una cifra solo medio punto inferior a la de la anterior edición que parte, está claro, de una limitación de aforo del 50% marcado por las autoridades de Cataluña. El público total del festival ha sido de 88.876 personas, sumando los espectadores de sala (12.991 personas), las visualizaciones del festival A Distancia (70.286 visualizaciones –8.756 de espectáculos de pago y 61.530 de contenidos gratuitos–), los asistentes a las actividades complementarias (1.600 personas) y los participantes del proyecto educativo A Tempo (3.999).

 

Adaptarse a la situación

En el festival se habrán visto 111 espectáculos, 55 en la programación A Distancia y 56 en la presencial (12 de los cuales, en doble formato, presencial y online).

La organización ya había construido la programación teniendo en cuenta los diversos escenarios que podrían afectar el desarrollo del festival. Es por eso por lo que, a pesar de las medidas y restricciones de movilidad y aforo, de los 120 espectáculos programados inicialmente, solo 4 se han tenido que suspender (Fairfly, La lluna en un pot, Il Terzo Reich y La consagración de la primavera) y 3 más se han reprogramado para verse en los próximos meses o en la próxima edición de Temporada Alta (Llibràlegs, Te y Els gossos). Solo prorrogando dos semanas el calendario de funciones, se ha podido reprogramar y asumir la mayor parte del programa, además de los espectáculos que han cambiado de presenciales a A Distancia.

Las medidas para frenar la pandemia propuestas por el gobierno de Cataluña obligaron a parar los espectáculos presenciales durante dos semanas. Ante esto se decidió alargar el festival, finalizando el 22 de diciembre, y optar por reprogramar el máximo de espectáculos posibles, presencialmente en otras fechas o en formato digital dentro de la programación A Distancia. De este modo, la plataforma virtual también ha aumentado los espectáculos previstos inicialmente, con 10 espectáculos añadidos.

 

Programación presencial

El festival optó desde el primer momento por intentar mantener la programación y poder garantizar el trabajo a los actores y equipos técnicos de las compañías, un sector fuertemente castigado por las medidas derivadas de la crisis. De este modo se han podido ver propuestas de alto nivel ya sean del país o internacionales como por ejemplo Molly Bloom de Needcompany, La Gioia de Pippo Delbono o Tiburón de Lagartijas tiradas al sol. De las propuestas presenciales, los espectáculos más vistos han sido T’estimo si he begut, 53 diumenges, Els Brugarol, Eva contra Eva y Prostitución.

Temporada Alta ha tenido un cuidado especial en cuanto a las producciones y coproducciones para mantener el compromiso de colaboración económica con las compañías. Todas las coproducciones se han llevado a cabo y esperamos que pronto, algunas ya lo han hecho, puedan iniciar sus giras. Entre otros La gavina de Àlex Rigola o Història d’un senglar (o alguna cosa de Ricard) de Gabriel Calderón. Por primera vez el festival ha dedicado una línea de coproducciones para propuestas A Distancia como por ejemplo el proyecto audiovisual En mis manos de David Selvas y Taida Martínez, o La first case blid date, de Francesc Cuéllar.

 

Programación A Distancia

Con el objetivo de mantener el compromiso con la cultura, la creación y el público, Temporada Alta ha aprovechado esta edición excepcional para reinventarse e incorporar una nueva línea de programación A Distancia. El proyecto ha tenido una respuesta del público muy positiva y ha permitido experimentar con otros formatos y mantener la programación en el caso de espectáculos que no se han podido representar presencialmente. Así, esta nueva oportunidad generada por la pandemia ha resultado ser una apuesta de futuro que tendrá una parte fija dentro de las próximas ediciones.

De entre los montajes que se han podido ver dentro de la programación A Distancia, el espectador ha podido escoger entre varios tipos de propuestas organizadas en 7 canales: un catálogo de grabaciones de obras contemporáneas destacadas de la historia del teatro europeo y del país; Emisiones en directo de espectáculos de la programación presencial (como Bouvetoya o el Torneo de Dramaturgia); espectáculos que no ha sido posible verlos de forma presencial (Sonoma, Hidden, Explore el jardín de los Cárpatos…); Nuevos formatos con propuestas experimentales pensadas expresamente para un soporte virtual, como Audioguía para supermercados en tiempos de pandemia; el Espacio Zoom con montajes de aforo reducido para ver en directo a través de una videollamada conjunta, como Psicosis de las 4:48 de Anna Alarcon; las Cápsulas con contenidos audiovisuales breves o el canal Audiovisual TA, una compilación de los spots y piezas artísticas que ha generado el festival en los últimos años.

Ha habido varias propuestas que se han visto en doble formato: presencial y digital. Es el caso del Torneig de Dramatúrgia, que gracias a esta dualidad se ha podido continuar celebrando durante el periodo de cierre de teatros. También se han visto en doble formato las dos producciones ejecutivas del festival: Bouvetoya, dirigida por Julio Manrique e Història d’un senglar (o alguna cosa Ricard) de Gabriel Calderón.

 

Internacionalitzación de las propuestas del país

Una de las tareas que año tras año ocupa el festival es la internacionalización de las compañías del país, ya sea participando en coproducciones internacionales de artistas del país –como Sonoma de La Veronal o Hidden de Lali Ayguadé– como en la organización de la Semana de Programadores, que cada año acoge a más de un centenar de profesionales.

Este año, la pandemia también ha imposibilitado la celebración de forma presencial de este acontecimiento. Parte de la programación prevista durante esa semana se ha reprogramado y se ha podido ver de forma presencial por parte de algunos programadores locales y del sur de Francia. Cuando no ha sido posible, las propuestas se han trasladado a la programación A Distancia, y se ha hecho accesible a todos los programadores invitados para mantener la relación entre los artistas del país y los profesionales internacionales, superando las 300 visualizaciones de los espectáculos propuestos.

 

Trabajando en nuevo proyectos

El 2021 será un año de consolidación de nuevos modelos y de nuevas propuestas. Uno de los proyectos con el cual Temporada Alta ya está trabajando es People Power Partnership, una propuesta de profesionalización e internacionalización de jóvenes artistas que cuenta con el apoyo del programa Europa Creativa de la Comisión Europea y que está liderado por la compañía alemana PanOptikum. Este proyecto verá sus primeros frutos artísticos en Temporada Alta 2021.

Pyrenart, el proyecto incluido en el programa europeo Interreg, se ha alargado hasta diciembre de 2021 y se ha adaptado a las medidas derivadas de la pandemia. Algunos de los espectáculos que se tenían que presentar presencialmente, como That’s the story of my life de Macarena Recuerda o Hidden de Lali Ayguadé, se han tenido que presentar en formato online dentro de la programación A Distancia.

Finalmente, Temporada Alta Iberoamérica también se ha visto afectado por la situación actual. Las tres ediciones, en Buenos Aires, Montevideo y Lima, tendrán continuidad el próximo mes de febrero en un formato adaptado a la pandemia condicionado por las medidas de movilidad internacional. Las propuestas de esta nueva edición combinarán la presencialidad con la virtualidad.

 

Cultura segura

Temporada Alta ha trabajado desde el primer momento para garantizar la seguridad de los espectadores, el personal de sala y los artistas siguiendo las restricciones marcadas por las autoridades. El festival ha limitado el aforo al 50% de ocupación (con una silla libre a ambos lados de una silla ocupada) y ha aplicado los protocolos de distancia e higiene respiratoria.

El festival se ha tenido que ir adaptando a la normativa cambiante y tuvo que cerrar las puertas de teatros y salas durante dos semanas como medidas temporales para evitar la propagación del virus. También se han tenido que avanzar los horarios de los espectáculos para facilitar el retorno de los espectadores a sus domicilios antes del confinamiento nocturno y, en muchos casos, se han reprogramado espectáculos entre semana para respetar el cierre perimetral.

En cuanto al aforo, a pesar de que cuando se pusieron las entradas a la venta se permitía una ocupación del 70% de los teatros, el festival solo puso a la venta el 50% del aforo priorizando la seguridad de los espectadores.

El festival ha tenido que adaptar sus protocolos de atención al espectador y ha reforzado los canales de comunicación y gestión de retorno de entradas para poder garantizar la correcta atención a las peticiones recibidas. Desde el primer momento el festival ha seguido una política de retorno del dinero de las entradas para las personas afectadas por suspensiones, confinamientos u otras causas derivadas de la pandemia. Hasta el 15 de diciembre se habían devuelto 7.811 entradas.

 

Un festival social y educativo

Las restricciones de la pandemia también han condicionado los programas educativo y social del festival. No obstante, 5.071 personas se han beneficiado de los proyectos sociales.

A Tempo – Arts i Formació, el proyecto de la Fundació La Ciutat Invisible con el apoyo de la Fundación Banco Sabadell, también ha adaptado sus actividades a la situación actual. No obstante ha movilizado 3.999 participantes, entre ellos los artistas del festival que han seguido acercando las artes a los centros educativos trabajando con grupos reducidos. En total se han hecho 109 funciones de 6 espectáculos de pequeño formato en el marco de la actividad Temporada Alta en el Aula, en un total de 40 centros de Girona y Salt.

También se ha celebrado la II edición del Torneig de Dramatúrgia per a Instituts (Torneo de Dramaturgia para Institutos), en el cual han participado más de 70 jóvenes de ESO y Bachillerato de un total de 4 centros de Girona y Salt. A la vez, durante el primer trimestre del 2021, algunos artistas de la edición actual (Gabriel Calderón, Las Impuxibles y José y sus hermanas) compartirán con los institutos participantes material digital con propuestas de trabajo práctico relacionadas con las artes escénicas.

 

Los públicos del festival

Con la incorporación de una programación A Distancia y los problemas de desplazamientos y restricciones, el festival ha registrado un cambio de comportamiento entre su público. La programación online ha permitido llegar a nuevos espectadores, la mayoría de ellos de fuera del ámbito de Girona y Salt.

El 60,24% del público que ha participado en la programación presencial han sido nuevos compradores respecto a la anterior edición, una cifra ligeramente más baja que el 73,96% de TA19. En cuanto a la programación A Distancia, la cifra de nuevos compradores respeto anteriores ediciones, es más alta que en la programación presencial, llegando hasta el 84%.

En esta edición 2020, Temporada Alta ha afrontado el reto de replantear el festival y ha acabado logrando una buena respuesta por parte del público. Por un lado, los espectáculos presenciales han logrado buenas cifras de ocupación y, en cuanto a la programación virtual, ha conseguido llegar a público nunca presente en el festival. Una edición en la cual Temporada Alta quiere hacer un reconocimiento especial a los patrocinadores y entidades colaboradoras que han mantenido su compromiso con el proyecto a pesar de que este haya sido un año especialmente duro para las empresas.

Salir de la versión móvil