Casi 30 jóvenes de 13 a 17 años, procedentes de Zaragoza y Toulouse, han participado en esta iniciativa intercultural y artística de la Escuela de Circo Social de Zaragoza que ha llevado el arte circense a Graus, Benabarre y Campo
Los profesores de la Escuela de Circo Social y coordinadores de “Cirque à Dos”, Mónica Marco e Iván Benito, destacan la conexión que se ha ido creando entre el grupo de Zaragoza, formado por 10 jóvenes, y el de Toulouse, formado por 16. “El proyecto ha ido bastante bien, a pesar de que hemos tenido que realizar algunos cambios debido a las tormentas de la semana pasada”, señala Benito. Por su parte, Marco asegura que se ha cumplido el objetivo de “Cirque à Dos” que consistía en “el intercambio de dos escuelas socioeducativas en un proyecto transfronterizo que permite compartir las diferentes maneras de ver y entender el circo y de compartir diferencias culturales y de lengua y, en definitiva, que dos realidades similares pero tan diferentes se puedan juntar”.
Los primeros días del proyecto, como explica Mónica Marco, estuvieron protagonizados por diferentes dinámicas en las que los participantes pudieron “compartir sus conocimientos de forma autónoma para que se hicieran partícipes de su propio proceso educativo y circense”. Asegura la coordinadora que “poco a poco se generó un ambiente en el que cada uno ofrecía lo que realizaban en sus escuelas diariamente”. Se realizó incluso un taller en Graus abierto a los jóvenes del municipio. Las segunda parte de “Cirque à Dos” consistió en la gira por La Ribagorza que supuso para los jóvenes “un aliciente y motivación” y es que, como destaca Marco, “queremos que el circo y el arte salga a la calle y pueda ser accesible a todo el mundo”.
Los jóvenes de la Escuela de Circo Social de Zaragoza actuaron el jueves 6 en Campo con el espectáculo “Hoy empieza todo” y los procedentes de Toulouse lo hicieron el viernes 7 en Benabarre con “En transición”. “Cirque à Dos” concluyó ayer, sábado 8, en el festival NOCTE de Graus, donde se llevaron a cabo ambos espectáculos. Estos incluían diferentes técnicas circenses, tales como el trapecio, las telas, el aro, los malabares o el mástil, entre otras.
La sostenibilidad medioambiental también ha sido una parte importante en todas las fases del proyecto (planificación producción y ejecución), ya que se buscaba ofrecer una propuesta de ocio juvenil sostenible que tuviera en cuenta el impacto medioambiental y que aprovechara los recursos del entorno.
La Escuela de Circo Social
Desde el 2011, la Escuela de Circo Social es una asociación sin ánimo de lucro que promueve el circo como herramienta de cooperación entre la juventud de los diferentes barrios de la ciudad de Zaragoza desde el año 2011 apostado por un vínculo territorial. Esta propuesta educativa, comunitaria y artística parte de una cultura activa con la firme voluntad de transformación social del entorno y de su comunidad a través de la enseñanza práctica de las diversas disciplinas circenses (malabares, equilibrios, aéreos, acrobacia, clown, etc.), dando importancia al desarrollo integral y a la autonomía de la persona.