«Me imagino este proceso como un lugar en el que encontremos cuál es el folklore de nuestra generación. Tengo la sensación de que hay algo del folklore que es trasgeneracional y cultural. En mi caso no he vivido eso, pero sí que tengo una sensación parecida, una experiencia casi ritualística, cuando he bailado en festivales de música electrónica. Hay algo del tipo de danza, de la repetición de patrones de movimiento que comparten el folklore y la acción de bailar electrónica que me interesa, del beat y el pulso que hace que el cuerpo trascienda, se acompase y genere un estado a través de la danza que deja en evidencia al pensamiento», expone su creador, Alberto Alonso.
Sudar Folklore es la búsqueda de una identidad, la construcción de la posibilidad de pertenecer a un lugar, una celebración de poder bailar juntas y entender a través de la danza y la permanencia qué es lo que nos mantiene aquí o quizás bailar y sudar el peso de la tradición.