Static Shot, de la creadora francesa y directora de la compañía Maud Le Pladec, plasma lo artificial del mundo de la moda, fusionando la danza con la pasarela
La segunda pieza, Malón, la firma la creadora argentina afincada en Bruselas Ayelén Parolín y aborda el caos que puede originar la presencia de mucha gente en un mismo espacio
Aunque se trata de montajes muy distintos, tienen en común la búsqueda de nuevas formas de expresión, desafiando las convenciones de la danza
La primera de las piezas, Static Shot, de Maud Le Pladec, tiene en su ambigüedad su principal característica. Presenta un desfile de moda frío y futurista, fusionando la danza con la pasarela. Bailarines como estatuas, movimientos precisos y una estética minimalista llevan a reflexionar sobre lo artificial de este universo. “No deja indiferente a nadie. Si odias la artificialidad plástica del mundo de la moda y la danza fría e inexpresiva siempre podrás verla como una crítica feroz, pero si, por el contrario, es lo que te gusta y provoca, podrás identificarte y amarla. Y todos tan felices. Ahí radica su acierto”, afirma la creadora, actual directora de la compañía.
En un tono coral, desenfadado y colectivo, la compañía de Nancy presenta en esta misma velada Malón, de la creadora argentina afincada en Bruselas Ayelén Parolin. Por primera vez, la artista dispone de un equipo grande de bailarines y justamente aborda en su pieza el caos que puede originar la presencia de un montón de gente en un mismo espacio. De hecho, el término “malón” en Argentina se utiliza para referirse a una irrupción inesperada y desordenada de muchas personas en un lugar. A través de movimientos espontáneos y repetitivos, los bailarines crean una coreografía viva que evoca una transformación constante.
Sobre la compañía
El Ballet de Lorraine, con sede en la Ópera de Nancy, fue fundado en 1969 por Jean-Albert Cartier & Hélène Traîline, y es una de las pocas agrupaciones de ballet francesas que nació con vocación exclusiva por la danza contemporánea, de la que hoy es uno de los referentes principales en Europa. Ya convertida en Centro Coreográfico Nacional francés, atesora un repertorio que incluye a los grandes representantes de la modernidad del siglo XX, desde Graham a Cunningham, pasando por estrellas locales como Dominique Bagouet, Jean-Claude Gallotta o Angelin Preljocaj. La compañía promueve constantemente la nueva creación con espíritu vanguardista, como confirma este programa que presentan en Madrid, en el que las dos piezas, muy distintas entre sí, comparten la búsqueda de nuevas formas de expresión.