Twenty looks or Paris is burning at the Judson Church muestra una serie de producciones coreográficas de duración y tamaño diferentes
Judson Church is Ringing in Harlem es el formato hecho a medida que imagina un encuentro entre los pioneros posmodernos de la Judson Church y el voguing, baile de los afroamericanos de Harlem
El espectáculo se engloba dentro de la exposición Este puede ser el lugar. El museo performado, que se puede visitar en la Sala de Bóvedas de Condeduque
A principios de la década de los 60, dos estilos de baile surgieron en la escena de Nueva York: en Manhattan, la Judson Dance Theatre sentó las bases de la danza posmoderna, mientras en los clubes de Harlem, en el seno de la comunidad queer afrodescendiente y latina, surgió el voguing, una forma de danza underground inspirada por los editoriales de moda.
El coreógrafo Trajal Harrell se inspira en este contexto para desarrollar Twenty looks or Paris is burning at the Judson Church, una serie de producciones coreográficas de diferentes duraciones y tamaños –Extra Small (XS), Small (S), Medium (M), Large (L) y Extra Large (XL)– que invitan a especular sobre un cruce entre estas dos escenas.
A continuación, Judson Church is Ringing in Harlem es el formato made to measure (hecho a medida) donde la investigación coreográfica de la pieza anterior se pregunta qué hubiera sucedido si uno de los primeros posmodernos de la Judson Church hubiera ido a la escena ballroom de Harlem. Esta variación para tres intérpretes acoge el formalismo abstracto de la danza posmoderna y la exuberante performatividad del voguing.
Reinventar la danza
A fecha de hoy, Harrell, que ha basado buena parte de su obra en analizar y reinventar la cultura de la danza y la música vanguardistas de su país, sigue suscribiendo el lema del No manifiesto, de Yvonne Rainner, que decía aquello de “no al espectáculo, no al virtuosismo”. Un pensamiento que ha sido guía y parte esencial de su trabajo más complejo, celebrado y difundido: Twenty Looks o París is Burning at the Judson Church, proyecto largo que desarrolló entre 2009 y 2013.
Como coreógrafo, Harrell parecía sentir la necesidad de reivindicar y homenajear a los pioneros, a ese grupo de artistas reunidos en los años 60 en el efímero pero significativo grupo de la Judson, creadores posmodernos que abogaron por la libertad creativa y el derribo de las normativas impuestas a la danza. Pero al mismo tiempo rizaba el rizo imaginando cómo sería un encuentro entre los cultos posmodernos y quienes, simultáneamente, en otro lado de la misma ciudad de Nueva York, estaban construyendo el voguing, baile de los afroamericanos de Harlem, de la resistencia LGTBI. Baile que, progresivamente, iría evolucionando hasta popularizarse de la mano de una gran figura como la cantante Madonna.