A modo de viaje en el tiempo, In Paradisum propone un diálogo entre la música sacra y la popular, entre lo sagrado y lo mundano, la colectividad y el individuo. Una reflexión humanista sobre el concepto y la búsqueda de espiritualidad en nuestro tiempo. Un ritual escénico lleno de movimiento, ritmo, sutileza, unísono, pulsación, emoción y energía.
Desde la antigüedad, el ser humano ha intentado encontrar mecanismos o rituales colectivos para trascender y ha tenido, como individuo, la necesidad de sentirse parte de un todo. Antes eran las misas, los cultos, las peregrinaciones, las celebraciones paganas. Hoy son, tal vez, los festivales de música, los macro-conciertos, las raves. En definitiva, experiencias colectivas donde se congregan miles de personas con una actividad común entorno a la música y el cuerpo. El paraíso, más que un lugar, ¿es un estado físico y metal?
La danza actúa como vehículo expresivo y lenguaje primitivo a través de solos, duetos y coreografías grupales creadas, de manera fiel, sobre las diferentes voces de las polifonías corales de Tomás Luis de Victoria (1548-1611), uno de los compositores más relevantes y avanzados de su tiempo. Con un estilo innovador cuya influencia llega hasta el siglo XX, su música traspasa las fronteras del Renacimiento polifónico, su equilibrio y pureza, para anunciar ya la intensa calidad dramática y expresión apasionada barroca. En un deseo de recuperación y puesta en valor del patrimonio musical español, esta creación rinde homenaje, por primera vez desde la danza, a este genial compositor.
Además, la pieza propone un original concepto estético inspirado en la paleta cromática y lumínica de El Greco, contemporáneo de Tomas Luis de Victoria y comparado en ocasiones con él. La visionaria intensidad de su pintura evoca una trascendencia a la vez humana y divina; una santa locura entre lo terrenal y lo celestial que desemboca en un naturalismo espiritualista.
Danza, arte y música se dan la mano en In Paradisum, una danza polifónica.
Programa
El programa lo completa Remansos de Nacho Duato de una gran fuerza expresiva, geométrica y dinámica, inspirándose en el mundo de Lorca. Una ingeniosa pieza que lanza continuos guiños al espectador basados en la perspicacia de su movimiento.
Arriaga de Mar Aguiló, Pino Alosa y Joaquín De Luz. Con la música del genio bilbaíno como punto de partida, esta pieza une lo clásico, lo neoclásico y lo contemporáeo para emocionarnos a través de la música y el movimiento.