Coreógrafas, bailarinas y especialistas del sector se han reunido hoy en el Centro Coreográfico María Pagés en Fuenlabrada para analizar los programas de apoyo a la danza en España
En la cita, las 35 participantes han apuntado la necesidad de crear herramientas que afronten de manera integral las necesidades y desafíos del sector
Entre las medidas, se ha reclamado una mayor programación de danza en los teatros, recursos financieros, técnicos y humanos, así como un sistema de evaluación y seguimiento actualizado
Han estado presentes en esta edición: Vanessa Aibar, Eva Alonso, Natalia Álvarez Simó, Beatriz Arzamendi, Manuela Barrero, Isamay Benavente, Berta Cano, Mónica Carpintero, Marta Carrasco, Rafaela Carrasco, Mercedes de Córdoba, Valeria Cosi, Mado Dallery, Andrea Domingo, Marta Gálvez, Patricia Guerrero, Sara Jiménez, Roser López Espinosa, Vanessa Martins, Lucía Montes, Andrea Mora, Ana Morales, María Moreno, Claudia Morgana, Lorena Nogal, Marta Nogal, Melania Olcina, Nazareth Panadero, Olga Pericet, Sol Picó, Mónica Runde, Luna Sánchez, Jone San Martín e Irene Tena
Los Encuentros Coreográficos de Fuenlabrada han consolidado a lo largo de sus seis ediciones una red de coreógrafas con una voz colectiva para hacer frente a las demandas y desafíos del sector
El Encuentro, que se ha desarrollado desde las 10 hasta las 17.30 horas, se ha articulado en torno a dos mesas redondas de trabajo y una de conclusiones. Tras esta última, las participantes han expresado la necesidad urgente de medidas como la creación de un Plan Nacional de la Danza, un Centro Coreográfico Nacional y de un Centro Nacional de Difusión de la Danza, así como la importancia de propiciar un aumento del número de funciones de danza en todo el territorio nacional.
«Como representantes de la sociedad civil y profesionales activas en el ámbito de la danza, asumimos el compromiso de contribuir con nuestras ideas y propuestas al diseño de políticas eficaces que promuevan el acceso y desarrollo de esta disciplina artística. Estas aportaciones, surgidas de la práctica profesional y del análisis colectivo, pueden ofrecer una valiosa referencia para las instituciones competentes, especialmente en contextos donde escasean estudios de impacto o análisis independientes. De esta manera, buscamos incidir en el diseño de futuras políticas culturales que respondan mejor a las necesidades del sector y fomenten el crecimiento sostenible de la danza en España.
España cuenta con un notable talento coreográfico y dancístico. Cada año, los conservatorios forman nuevos profesionales con una sólida preparación, listos para integrarse en el mundo laboral. Nuestros artistas son altamente valorados y solicitados como creadores e intérpretes en algunas de las compañías de danza más prestigiosas a nivel mundial. No obstante, el ecosistema de la danza en España, compuesto por programas, contextos y actividades relacionadas, no logra absorber todo este impulso artístico y creativo, ni retener o recuperar el talento. Esto provoca una pérdida significativa para la sociedad en su conjunto.
Los programas de apoyo a la danza, diseñados hace años para impulsar el desarrollo de esta disciplina, no han sido objeto de evaluación y correcciones por lo que han quedado obsoletos. No se han adaptado a las necesidades actuales de los profesionales, lo que limita su capacidad para seguir fomentando su evolución en nuestro país.
Además, no solo han quedado rezagados los recursos públicos destinados inicialmente a una comunidad artística mucho menor, sino que también ha disminuido la ambición de estos programas, cuyo impacto ha ido perdiendo fuerza debido a la falta de actualización continua.
Por otro lado, se ha detectado una deficiencia en la comunicación de los programas públicos hacia el sector profesional, lo que ha provocado cierta desconexión y, en algunos casos, desinterés en participar en estas iniciativas.
Todas las propuestas de mejora deberían integrarse y coordinarse a través de un Plan Nacional para la Danza, una herramienta clave que actualmente no existe en nuestro país. Este plan debería estar diseñado para abordar de manera integral las necesidades y desafíos de la danza en España, asegurando la planificación a largo plazo y la sostenibilidad del sector.
El Plan Nacional para la Danza debería contemplar un enfoque estratégico que incluya plazos de ejecución claros, así como los recursos financieros, técnicos y humanos necesarios para llevarlo adelante con éxito. Su implementación permitiría articular de manera más eficiente los esfuerzos públicos y privados, consolidando un sistema de apoyo a la creación, formación, producción y difusión de la danza, que actualmente resulta insuficiente.
Además, este plan debe ser inclusivo, abarcando a todos los actores del ecosistema de la danza: desde los estudiantes y jóvenes profesionales, hasta los coreógrafos consolidados, compañías, conservatorios, centros de creación y gestores culturales. Solo de esta forma se podría garantizar un desarrollo armonioso y equitativo del ecosistema para nuestra disciplina en todas sus vertientes.
La creación de un Plan Nacional también permitiría fortalecer los vínculos internacionales, tejiendo relaciones que contribuyan a posicionar a España como un referente en el ámbito de la danza a nivel global. Asimismo, resultaría fundamental para retener y atraer talento, al crear un entorno propicio para el desarrollo de carreras sostenibles y evitar la fuga de nuestros mejores artistas hacia otros países donde actualmente encuentran mejores oportunidades.
Por último, este plan debería incluir un sistema de evaluación y seguimiento continuo que permita ajustar las políticas según las necesidades que vayan surgiendo y garantizar que el sector evolucione conforme a las exigencias de un entorno cultural y económico en constante transformación”.