Con coreografía, baile y dirección del creador granadino, la obra es un canto a la libertad del movimiento, al transformismo y a la pluralidad del baile, alcanzada en escena por siete bailaores que exploran y bucean en el universo de lo femenino desde lo masculino
Liñán y el resto de integrantes de este espectáculo -Manuel Betanzos, Jonatán Miro, Hugo López, Miguel Heredia, Víctor Martín y Daniel Ramos- recibirán el galardón el próximo 7 de septiembre, si las circunstancias sanitarias lo permiten, en la gala de la XXIII edición de los Premios Max de las Artes Escénicas, organizada por la Fundación SGAE en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, el Teatro Cervantes y el INAEM. La ceremonia será también retransmitida en directo a las 20h en La 2 de TVE.
“Este premio es un gran honor que nos ha llenado a todos de alegría, viene de un público que nos ha arropado mucho. Estamos emocionados de ver su reacción con este espectáculo y toda esa aceptación”, han sido las palabras del coreógrafo y bailaor granadino, que aprovecha también para recalcar su agradecimiento, sobre todo, en plena crisis de pandemia: “las circunstancias para los creadores y el mundo del arte cambian cada día, vivimos mucha incertidumbre. De momento, intentamos reubicarnos, luchar y mantener toda la ilusión, para que poco a poco podamos ir volviendo a los escenarios y seguir sustentándonos de nuestro trabajo en el mundo de la cultura».
Libertad y defensa del travestismo
La idea de ¡Viva! surgió de su memoria más íntima de la infancia, pues de pequeño se encerraba en su cuarto y se vestía con la falda verde de su madre, se adornaba el pelo con flores, se maquillaba y bailaba a escondidas: “ese baile era impensable fuera de esas cuatro paredes”, afirma Manuel. En unas circunstancias donde reglas sociales y artísticas de algún modo imponían que el artista se manifestara según su género, del aislamiento de la ilusión, el deseo y la necesidad nace esta obra que ha conseguido el Max del Público. “¡Viva! persigue trasladar el hecho del travestismo, tratarlo con honestidad y con formalidad, porque se convirtió en un hecho íntimo por miedo a las represalias sociales y artísticas. Socialmente, supone un grito a la libertad, lo que reivindicamos es hacerlo público y, para ello, quise contar con determinados compañeros que intuía y conocía podrían haber vivido experiencias similares a la mía”, aclara el bailaor.
En lo que respecta a lo artístico, le apetecía que “fuera un trabajo en común, una celebración en grupo, y que pudiera mostrar las distintas pluralidades que tiene el baile, sus distintas formas y la singularidad de cada una de ellas”. Junto a seis bailaores-bailarines, encargados de explorar y bucear en el fascinante universo del travestismo, exponen así la parte formal de estas identidades, que forman su propia naturaleza, entendiendo la transformación “no como una manera de enmascararse, sino más bien una desnudez” ante el público.
Ideado por el propio Liñán, que tomó también de referencia un extracto de Juego y teoría del duende de Federico García Lorca, el montaje cuenta con Alberto Velasco como asesor de escena, la dirección musical de Francisco Vinuesa y la ayuda en la coreografía del resto de intérpretes: los mencionados M. Betanzos, J. Miro, H. López, M. Heredia, V. Martín y D. Ramos (estos últimos, cedidos por el Ballet Nacional de España).
Este canto a la libertad del movimiento, donde lo masculino abraza a lo femenino como propio, “y los patrones de género en el flamenco se rompen desde la alegría y el gozo”, tomará las tablas del Generalife de Granada del 3 al 12 de agosto. En septiembre pasará por Alcalá de Henares y hará lo propio en Burgos en octubre, como paso previo del nuevo espectáculo que Manuel Liñán y Compañía tienen entre manos, Performance, que verá la luz el próximo octubre en el Teatro Conde Duque de Madrid.
A propósito del coreógrafo andaluz
Manuel Liñán (Granada, 1980). Artista y creador de arraigo flamenco que derrocha pureza en sí mismo y en el baile que transmite. Tras años de investigación hacia nuevas tendencias, se inclina por continuar con la tradición y llevarla hasta un punto insólito entre la genialidad y la simpleza, situándolo en la vanguardia flamenca. Sus espectáculos se caracterizan por un absoluto dominio del espacio escénico y por la capacidad de crear nuevos paradigmas, extrayendo de ellos el máximo potencial. Sobresale como bailaor pero también como coreógrafo y director. Es invitado en numerosas ocasiones para coreografiar espectáculos por compañías como el Ballet Nacional de España, Rafaela Carrasco, Teresa Nieto y el Nuevo Ballet Español. Bajo estas premisas surge Rew con Daniel Doña, un proyecto que le permite desarrollar un trabajo de coreografía y dirección conjunta. En 2008 comienza su andadura en solitario estrenándose con Tauro. Más tarde continúa con Mundo y aparte y Sinergia, espectáculos con los que tuvo la oportunidad de recorrer numerosos festivales de prestigio como el Festival de Jerez, que le valió el premio bailarín revelación 2012. Un año más tarde se alza con el Premio Max de las Artes Escénicas como mejor intérprete masculino de danza y el Premio de la crítica Flamenco Hoy como mejor bailaor. En 2014 estrena Nómada en Jerez, espectáculo de gran formato donde pone de manifiesto sus dotes como bailarín y coreógrafo. En 2016 presenta su trabajo Reversible que se hace con el premio de la Crítica del Festival jerezano. Actualmente se programa en relevantes citas especializadas como Festival de Nimes, Bienal de Holanda y Flamenco Festival de Londres. En 2017 recibe el Premio Nacional de Danza 2017 en la modalidad de Interpretación y repite en los Max. Ya en 2018 presenta Baile de autor, una propuesta íntima que estrena en el Teatro Villamarta y que continúa en gira nacional e internacional. Ahora ha podido sumar este nuevo Premio Max por¡Viva! al reconocimiento de la Crítica obtenido en el Festival de Jerez el pasado marzo.
Tres premios especiales y 19 categorías a concurso
Organizados por la Fundación SGAE desde 1998, los Premios Max, cuyo galardón está diseñado por el poeta y artista plástico Joan Brossa (Barcelona-1919/1998), impulsor de uno de los colectivos renovadores del arte español de posguerra, se han consolidado a lo largo de estos años como el reconocimiento más amplio en el ámbito de las Artes Escénicas en el Estado español, alcanzando cada vez un mayor número de seguidores y despertando el interés de compañías de todo tipo y de todo el territorio nacional.
Estos galardones celebran 23 años manteniendo sus tres premios especiales: Premio Max de Honor, que este año ha distinguido la vasta trayectoria como intérprete y coreógrafo de Nacho Duato; elPremio Max de Carácter Social o Aficionado, que engloba proyectos a favor de la integración y la proyección social y a compañías aficionadas con una sobresaliente contribución, que recayó sobre laEscuela Municipal de Teatro Ricardo Iniesta de Úbeda; y el Premio Max del Público, concedido a ¡Viva! de la Compañía de danza Manuel Liñán, al sumar el mayor número de votos a través de la aplicación online #VotaMax.
El Comité Organizador de la XXIII edición de los Premios Max de las Artes Escénicas está integrado por el dramaturgo y director Juan Luis Mira, director institucional de Artes Escénicas de la Fundación SGAE; Óscar Castaño ‘Garbitxu’, dramaturgo, director y presidente del Comité Territorial de SGAE en Euskadi; Paloma Pedrero, dramaturga y directora; los miembros del Colegio de Gran Derecho de la SGAE Eduardo Galán, dramaturgo y productor, así como la dramaturga y directora Yolanda García Serrano; el dramaturgo y director Alfonso Zurro y el coreógrafo y bailarín Daniel Doña.