Los que asistieron a esa ambiciosa primera edición salieron de las numerosas propuestas que se presentaron, entre las que destacó la espectacular danza vertical en una de las paredes del silo de Ellavled Alcano, intrigados y subyugados a partes iguales. “La videodanza es mucho más fácil de disfrutar que de explicar con palabras”, apunta Eduardo. Aun así, intentémoslo. Nos echan una mano las mexicanas Hayde Lachino y Nayeli Benhumea que en su libro Videodanza, de la escena a la pantalla dicen: “La danza, en su encuentro con las nuevas tecnologías electrónicas y digitales, sufrió la mayor desestabilización de su historia. Las nociones que hasta ahora teníamos sobre el movimiento, el espacio y el tiempo, se vieron trastocadas; se nos reveló que eran posibles otras convenciones diferentes a las heredadas desde el Renacimiento y que operan aún sobre la escena. El video, junto con otras tecnologías de la era electrónica y digital, propició un nuevo entendimiento de la danza y permitió romper con las inercias estéticas que prevalecían en ella desde hace más de tres siglos”.
No se trata, pues, de bailar para la cámara, sino de integrar las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías en la danza, variando la perspectiva, espacial y temporal, del espectador, estableciendo con él un diálogo diferente al clásico, pero siempre con el cuerpo como principal referente. Su conceptualización nace en los 60 en Nueva York, aunque antes ya había habido experimentos varios, como los de Loïe Fuller o Maya Derem, pero, como casi siempre ocurre, es con la democratización de la tecnología, con el abaratamiento de los costes y la llegada de las cámaras de vídeo caseras, cuando la videodanza toma fuerza. En el mundo hispanoparlante es bien acogida en Latinoamérica y en España se desarrolla especialmente en Barcelona.
Pero sí, tiene razón Eduardo, es mejor verlo que explicarlo. Vean, por ejemplo, el tráiler de la pasada edición del FIVA (http://fivalmagro.com/galeria.html) o las películas ganadoras del FIVER, el Festival Internacional de Videodanza de La Rioja, cuya mejor película de esta edición fue la finlandesa Cold Storage (http://fiverdance.com/portfolio_page/cold-storage/). Casi seguro que se quedan con ganas de más.
Pues ese más llega en la segunda edición del FIVA, que cambia de fecha, “para evitar el frío”, dice Akaida, y se celebrará del 15 al 24 de septiembre. “Ha costado mucho encontrar los apoyos, pero al final lo hemos conseguido sacar adelante”, asegura la bailarina con una sonrisa. El equipo del FIVA está especialmente agradecido a los ayuntamientos de Almagro y de Calzada. El primer fin de semana, el Silo de Almagro, un espacio remozado y revitalizado, será el escenario por el que pasarán exposiciones, proyecciones, funciones y talleres. Estos últimos, dedicados a los niños: el domingo 17 “Acrobacia aérea” y el sábado 23, “Spoken Word”, con un enfoque ludolingüístico. Son gratis y el último se desarrollará ya en el segundo de los paisajes de este FIVA 2.0, La Veleta. Por cierto, el viernes 22, el Festival tendrá como leitmotiv, la perspectiva de género. Akaida bailará “Nació una hembrita”, función que, con su visible embarazo, promete.
“De la convocatoria internacional recibimos más de 20 horas de material audiovisual de 28 países, tales como Alemania, Argentina, Bolivia, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, China, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Finlandia, Grecia, Holanda, Inglaterra, Indonesia, Italia, Japón, México, Paraguay, Perú, Polonia, Rusia, Suecia, Uruguay y Venezuela. Finalmente, la Selección Oficial FIVA 2017, quedó compuesta por 49 piezas de 19 países del todo el mundo agrupadas en cinco categorías: Videodanzas Españoles, Videodanzas Internacionales, Videodanzas Latinoamericanos, Videodanzas con Perspectiva de Género y Cortometrajes de danza. Las obras de la Selección Oficial se podrán disfrutar en seis programaciones distintas durante todo el festival”, explican los organizadores de un Festival que amenaza con seducir a todo el que se acerque a él. Están avisados.