Con José Antonio Irastorza como director musical, Nuria Castejón como directora de escena y coreógrafa, y dramaturgia de Álvaro Tato, la producción cuenta con el espacio escénico de Carmen Castañón, vestuario de Gabriela Salaverri e iluminación de Eduardo Bravo
El elenco lo compone una compañía de 12 bailarines
De lo que se trata en ‘Zarzuela en danza’ es de navegar, con el viento a favor y las velas bien abiertas, por los océanos infinitos de las obras maestras que para ser danzadas compusieron los genios indiscutibles del género en las dos orillas: Bretón, Chapí, Chueca, Vives, Giménez, Soutullo y Vert, Lleó, Lleó o Roig, con el flirteo añadido de alguna nueva canción popular.
Los bailarines son Cristina Arias, Marián Alquézar, David Acero, Ángel Capel, Andro Crespo, María Ángeles Fernandez, Lucía Fernández, Olivia Juberías, Daniel Morillo, Carla Prado, Luis Romero y Cristian Sandoval, y del indiscutible valor de la producción son también culpables la escenografía de Carmen Castañón, el vestuario de Gabriela Salaverri y la iluminación de Eduardo Bravo. Eduardo Cortés, a la guitarra flamenca y al cajón flamenco, acompañará a en escena a la compañía.
Tradición y travesía
Y ‘Zarzuela en danza’ es también tradición. Tradición de raíces profundas. Tradición por los cuatro costados. Tradición en cada poro abierto. Enseñanza de un aprendizaje que viene de lejos; de quienes fueron maestros y antes discípulos de otros maestros que a su vez fueron discípulos, y así hasta los límites del conocimiento. Nuria Castejón quiere así rendir homenaje a la prodigiosa herencia de sus padres: “el amor a la zarzuela y, al mismo tiempo, a mi profesión”, porque la zarzuela nos ha acompañado a lo largo de nuestras vidas, “como parte discreta y permanente de nuestras pasiones comunes y nuestros paisajes cotidianos”. Y avisa a navegantes: “Este es un espectáculo que los amantes de la zarzuela y de la danza no deben perderse, es un emocionante viaje a través de los parajes y horizontes de la Zarzuela, contado desde la Danza”.
Ambos directores nos proponen, a través de la dramaturgia creada por Álvaro Tato, un paseo que tiene como excusa y principio de aventura ese sueño del bailarín que persigue una sombra. Esperanzado asedio que milagrosamente deriva en un viaje de varios siglos, en una travesía que recorre los diversos estilos de danza que han jalonado la historia del género lírico español.