Masescena

Ellas crean (y bailan) en los museos

En la programación artística que dibuja el proyecto, y de manera especial durante los últimos años, la danza viene ocupando un lugar sobresaliente y numerosas propuestas firmadas por coreógrafas se han visto en este marco en la capital. “Hay un compromiso ético que se convierte en obligación para quienes nos dedicamos a la gestión pública: dar oportunidades a aquellos que menos las tienen. Y este es el caso de la danza. La danza no tiene las mismas oportunidades en las programaciones, tampoco dispone de espacios bien equipados y con una programación estable, siendo como es un lenguaje universal. Sin duda hay un mensaje reivindicativo. Tenemos mucho talento en nuestro país y se tiene que conocer. Son nuestra riqueza, nuestro petróleo. También hay un deseo de acercar la danza a todos los públicos y, por supuesto, provocar emociones”, declara la directora.

 

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 En esta edición en la que Ellas Crean cumple 15 años, la danza se alza protagonista en el cartel configurado, para reforzar ese mensaje reivindicativo que se presenta, de esta manera, en varias direcciones. Al frente de la programación diseñada, la coreógrafa y bailarina Mey-Ling Bisogno, encargada de coordinar las propuestas que se verán alrededor del movimiento. “He intentado lograr una representación lo más amplia posible del panorama de la danza contemporánea actual que abarque tanto a artistas consagradas como emergentes. Y que incluya también diversidad generacional”, comenta la creadora. “El reto ha sido tener que elegir solo a diez de entre tantas coreógrafas con excelentes trabajos”. María Pagés, Lucía Marote, Matxalen Bilbao, Asun Noales y las compañías Omos Uno, Lasala y Dinamo Danza, entre otras, son las coreógrafas y bailarinas que esbozan la danza en Ellas Crean“Cada trabajo de danza es único, las propuestas son muy diferentes entre ellas, pues cada una lleva el sello de su singular creadora. Sin embargo, el denominador común es la capacidad que tienen estos trabajos de proponer un diálogo con la arquitectura y las obras contenidas en cada museo”. Hace referencia Mey-Ling Bisogno a los espacios museísticos que acogerán todas estas propuestas, “un reto llenar de movimiento espacios dedicados a la contemplación”, apunta Concha Hernández. Y museos de la capital como el Cerralbo, el Lázaro Galdiano, el Museo de América, el Thyssen y el Museo del Romanticismo, serán escenario para la danza que arranca el 7 de marzo con Hueco, de Poliana Lima.

Al ser preguntadas por un diagnóstico sobre la visibilidad de la mujer en la danza, Concha Hernández y Mey-Ling Bisogno son muy claras. “Aparentemente es un sector donde hay una presencia de mujeres mayor que en otros sectores, pero hay una precarización muy grande, que a ellas les golpea más”. “Las coreógrafas somos proporcionalmente mucho más numerosas, sin embargo, seguimos representando un porcentaje mínimo dentro de las programaciones oficiales nacionales e internacionales. Si bien se ha notado un ligero cambio, gracias a ciertas iniciativas, no es suficiente, estamos muy lejos de alcanzar la paridad. Pero seguimos luchando”.

 

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