En 2009 la UNESCO reconoce su legado artístico como: “Patrimonio Universal de la Humanidad” (años antes incluso de que este nombramiento se le fuese otorgado al propio arte flamenco).
Su primera obra, “Cibayi” lo consagró como artista, y anticipó lo que sería su estilo: espectacular, efectista y vanguardista, pero con detalles y destellos de una singular belleza. Le siguieron “Pasión Gitana” (que se convierte en la obra española más vista en el mundo), “Soul”, “Live”, “De amor y de odio”, “Mi Soledad”, “Calé”, “Dicen de mi” y “Gitano”.
Con estos espectáculos ha pisado los escenarios más importantes del mundo, como el Royal Albert Hall (Londres, RU), Luna Park (Buenos Aires, Argentina), Tokio Forum (Japón) o el Radio City Music Hall (Nueva York, USA). Cabe destacar su actuación en el majestuoso Estadio Panathinaikó de Atenas (Grecia), construido en el Siglo IV A.C., siendo el único bailarín de la historia en actuar allí. En el Festival de la Canción de Viña del Mar, el más importante de Latinoamérica, fue el primer bailarín en participar (después de 42 ediciones).
El arte de Joaquín Cortés ha cautivado personalidades de todas las disciplinas artísticas, como es el caso de diseñadores de la talla de Giorgio Armani o Jean Paul Gaultier, quienes firmaron el vestuario de “Pasión Gitana” y “Mi Soledad” respectivamente. En el cine ha aparecido en películas de directores tan importantes como Pedro Almodóvar, Carlos Saura o Ciro Ipolito.
Estrellas internacionales de la música como Jennifer López o Alicia Keys solicitaron su colaboración en destacados momentos de sus respectivas carreras. Además, su imagen inspiró al director de videojuegos Hideo Kojima a crear el personaje de “Vamp”, de la saga “Metal Gear Solid”.
Embajador del Pueblo Romaní, creador de la Fundación Gitana Joaquín Cortés, Embajador por el cambio climático y estudioso de la danza; Joaquín Cortés continúa con su lucha por llevar la cultura a través de la música y la danza a todos los rincones.
ESENCIA
A veces basta con oler la piel de un hombre para conocer su historia.
Esto sucede con Cortés, que lleva en sus venas el rugir de un pueblo, la esencia de sus viajes.
La historia de Joaquín Cortés se escribe con el sudor y la furia de su alma, la cual se quiebra con cada golpe de tacón. Su cuerpo vibra haciéndonos a todos partícipes de su soledad, soledad que siempre le acompaña, soledad de un artista que va desde el sur de España a Nueva York, Tokio, Moscú o Kazajstán, soledad que comparte y nos hace estremecer profanando cada rincón de nuestros sentidos.
Acompañado del salvaje sonido de unas palmas que en la oscuridad siempre le tocan, unas voces que vienen del más profundo sentimiento, el temblar de unas guitarras… Joaquín Cortés nos envuelve en una tormenta tan dulce que solo queremos formar parte de su vida y de su historia…
Joaquín Cortés nos provoca a todos, nos seduce, nos desafía, le amamos y le odiamos a la vez, porque nos hace sentir vulnerables despojándonos poco a poco del control de nuestras propias emociones. Cortés nos acaricia con la suave figura que van dibujando sus manos, solo él nos produce ese extraño placer, una dulce euforia que nos hace sentir plenos. Al alejarse entre bambalinas descubrimos que su esencia nos envuelve y ya forma parte de nuestra piel, solo queremos volverlo a ver para volver a desafiarle, volver a odiarle y volver a amarle, solo queremos saber si él también se ha llevado parte de nosotros con él…
Esencia comienza con el deseo de un niño que lucha por lograr sus sueños, iniciándose en danza clásica y contemporánea, con las dificultades de la época. Un adolescente que deja su torso al aire frente a las críticas de todos aquellos que creen que Cortés ha hecho un sacrilegio con la cultura gitana, con el flamenco. Es de los primeros en llevar un elenco de bailarinas, una veintena de músicos y llenar plazas de toros. Su esfuerzo, sacrificio y pasión por el arte, desarrollan a una nueva estrella tan
carismática que logra ser reconocido en el mundo entero. Con la madurez pasa de ser ese gitano revolucionario a un reflejo en el que se miran la nuevas generaciones. Para muchos ya es un mito viviente.
Con esencia Cortés nos acoge en su brazos compartiendo su dolor, su fuerza, su carisma y su lucha. Su persona es el resultado de todo el amor que la gente le ha ido trasmitiendo en estos años. Él quiere devolvernos ese regalo y que sepamos que cada experiencia vivida con cada persona que ha pasado por su vida le ha dejado huella.
“Cada uno de vosotros sois ya parte de mi ser. Solo quiero que las personas que hayan formado parte de mi camino y aquellos que queden por llegar sientan que quiero seguir entregándome con sentimiento desbocado para que os llevéis mi esencia dentro de la piel, porque sin vosotros nada hubiera sido posible”.
