“Antonio renovó la forma de bailar y engrandeció aún más la danza española, además de ser el bailarín, coreógrafo y director más completo de la historia. Dominaba todas las disciplinas y creó montajes de folclore, danza estilizada, escuela bolera y flamenco maravillosos. Interpretó y coreografió películas tanto en España como en Hollywood. Era un genio y una de las figuras de la danza en España dotadas con un carisma especial. Antonio era único”, asegura Rubén Olmo.
Estrenado en el Teatro de la Maestranza de Sevilla el pasado 15 de abril, las coreografías seleccionadas del que fuera director del Ballet Nacional de España entre 1980 y 1983 son Sonatas, Zapateado, Fantasía Galaica y Vito de Gracia. Las tres primeras representan la cumbre de su talento dentro de tres estilos distintos: la escuela bolera, la estilización del flamenco y el folclore estilizado, mientras que la última es un paso a dos que Antonio interpretó junto a Rosario en la película Hollywood Canteen en 1944.
Para Rubén Olmo, Sonatas refleja la influencia de la técnica de la danza clásica en el estilo de Antonio, que creó para esta suite una estructura de ballet clásico para una coreografía de estilo bolero. La versión completa de esta obra no había vuelto a los escenarios desde su estreno en el Teatro de la Zarzuela en 1982 y la posterior gira. “Me parecía que era una obra muy rica como para que siguiera en el baúl. Tampoco podíamos dejar de incluir el Zapateado. Es el solo de flamenco estilizado que quizás le dio más éxito a Antonio Ruiz Soler”, señala el director. “Fantasía galaica es una de mis obras preferidas de Antonio, porque creo que es redonda. Todavía no se ha vuelto a crear una obra así”, concluye.
El Ballet Nacional de España ha intentado ser fiel en todo lo posible a la primera versión que estrenó Antonio de estas obras, para lo que se ha estudiado el archivo audiovisual y se ha recuperado y adaptado el vestuario original de su montaje en los años 80 que Antonio cedió al Ballet Nacional de España, que lo conservaba desde entonces. Para la escenografía ha encargado proyecciones audiovisuales al artista y bailaor José Maldonado y reutilizado elementos escenográficos de otros montajes. El Teatro Real ha prestado los arcos palaciegos utilizados en Sonatas, diseñados por Daniel Bianco para la producción Las bodas de Fígaro.
Lo que diferencia a este programa de homenajes anteriores es que a estas piezas clave de la trayectoria de Antonio se unen las creaciones inspiradas en su estilo Estampas flamencas, de Rubén Olmo y Miguel Ángel Corbacho, y Leyenda “Asturias”, de Carlos Vilán. Colaborador del maestro en los últimos años de su carrera, concibió Leyenda en 2016 especialmente para Esther Jurado, bailarina principal invitada del Ballet Nacional de España, que lo incluye ahora en su repertorio. Por su parte, Estampas flamencas recorre el flamenco tradicional desde sus orígenes, tanto de vestuario como musicalmente, a través de los palos flamencos habituales en los trabajos de Antonio: el zorongo, el martinete, el taranto y los caracoles. “En conjunto, es un programa muy completo que convencerá a los amantes de la danza española más clásica”, asegura Rubén Olmo.
Danza española inclusiva
Dentro de las actividades pedagógicas que el Ballet Nacional de España desarrolla de forma paralela a las representaciones, el pasado lunes 4 ofreció un taller pedagógico a un grupo de menores de la Asociación para Personas con Síndrome de Down de Murcia (ASSIDO), que forma parte de Plena inclusión Región de Murcia.
La danza es una herramienta de uso terapéutico comprobado que favorece el desarrollo de las habilidades sociales y sus capacidades físicas, psíquicas y cognitivas. Los niños asistieron al taller Bailando un tesoro en la sede de la asociación en la pedanía murciana de Casillas impartido por Maribel Gallardo y Belén Moreno. Las dos integrantes del equipo pedagógico del BNE acercaron la danza española a los niños a través del vestuario, las palmas, el calzado y las castañuelas.
La cumbre del talento de Antonio, en el Teatro Real de Madrid
El Ballet Nacional de España ofreció cuatro funciones de ‘Centenario Antonio Ruiz Soler’ del 13 al 16 de octubre de 2021. El programa estuvo también formado por coreografías de flamenco estilizado, folclore y escuela bolera de Antonio, y obras de Rubén Olmo, Miguel Ángel Corbacho y Carlos Vilán inspiradas en su estilo. La función del día 13 tuvo que ser suspendida por la huelga de técnicos del INAEM que afectó a esta producción del Ballet Nacional de España.
Hay vidas errantes en busca de un destino y destinos que están marcados desde el comienzo de la vida. En el caso de Antonio Ruiz Soler, su destino le encontró con solo cuatro años en las calles de Sevilla al ritmo de la música de un organillero y se convirtió desde entonces en Antonio el Bailarín. Triunfó en toda América con tan solo 20 años junto a Rosario y, a su vuelta a España, derramó su talento como bailarín, coreógrafo y director en decenas de coreografías y películas hasta su retirada de los escenarios en 1979. En 1981 sustituyó a Antonio Gades al frente del joven Ballet Nacional de España, con el que puso en escena una quincena de coreografías propias. Hasta su fallecimiento en 1996, sacó partido de su talento innato, haciendo crecer la danza española como pocos lo han logrado, regalándonos increíbles interpretaciones y coreografías a la altura de su destino.
Para celebrar el aniversario de su nacimiento, el director del Ballet Nacional de España, Rubén Olmo, ha diseñado el programa Centenario Antonio Ruiz Soler, que reúne montajes fieles al original de piezas clave de su trayectoria, así como creaciones inspiradas en su estilo firmadas por el director, Miguel Ángel Corbacho y Carlos Vilán.
Otras coreografías
El programa Centenario Antonio Ruiz Soler se diferencia de otros homenajes anteriores en que presenta, bajo el título de Estampas flamencas, coreografías creadas expresamente por Rubén Olmo y Miguel Ángel Corbacho siguiendo el estilo y la estética de los montajes flamencos que Antonio representó en los años 50, 60 y 70. “Hemos querido presentar un Martinete, Zorongo, Taranto y Caracoles que lleven al espectador a recordar su figura”, explica Rubén Olmo.
En este sentido, el vestuario de las bailarinas de Caracoles responden a esa arquetípica imagen flamenca asociada al boom turístico de España: batas de cola de lunares, flores en el pelo, caracoles en la mejilla y mantones de colores. Por su parte, el Martinete, palo flamenco reservado solo al cante que bailó Antonio por primera vez, pone el acento en la sobriedad del baile masculino en el flamenco tradicional. Las camisas con mangas de vuelo atadas a la cintura diseñadas por López de Santos copian la estética de Antonio al comienzo de su carrera en los años 30 y 40. Contrasta con la escenografía que se proyecta sobre el escenario de piezas audiovisuales, realizadas por José Maldonado, inspiradas por cada palo flamenco.
Completa el repaso a la carrera artística de Antonio el solo Leyenda, coreografía creada por Carlos Vilán para la composición Asturias, de Isaac Albéniz, otra de las piezas imprescindibles de los espectáculos de Antonio Ruiz Soler. Colaborador del maestro en los últimos años de su carrera, concibió Leyenda en 2016 especialmente para Esther Jurado, bailarina principal invitada del Ballet Nacional de España, que lo incluye ahora en su repertorio.
Antonio Ruiz Soler para jóvenes
Con el mismo objetivo divulgador de la vida y la trayectoria profesional de Antonio en el año del centenario de su nacimiento, el Ballet Nacional de España ha editado el folleto interactivo Antonio Ruiz Soler para jóvenes. Publicado con el apoyo de Acción Cultural Española (AC/E) y la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid, se trata del segundo número de la colección de publicaciones divulgativas #BNEnoscuenta que el Ballet Nacional de España puso en marcha en 2020.
La publicación, escrita por Elna Matamoros, maestra de ballet del Ballet Nacional de España, incluye imágenes del fotógrafo Juan Gyenes, destacado testigo de la vida social y artística de España en los años 50 y 60. Se han seleccionado tanto fotos de estudio como de escena, además de fotos privadas, de viajes y giras. Además, a través de la aplicación para dispositivos móviles #BNEnoscuenta, puede acompañarse la lectura con animaciones en 3D de realidad aumentada y vídeos de las coreografías de Antonio Ruiz Soler representadas por Ballet Nacional de España El sombrero de tres picos (Farruca del molinero), La taberna del toro (Taranto) y Zapateado.
La realidad aumentada facilita que los jóvenes vean en sus dispositivos móviles cómo bailaba Antonio el Bailarín. En lugar de imágenes en blanco y negro de sus actuaciones, el estudio The Role, con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid, ha desarrollado específicamente para esta publicación animaciones en 3D de tres de sus coreografías más destacadas: Martinete, Zapateado (Bis) y Sonatas (variación). La institución educativa prestó el traje de captura de movimiento para grabar los pasos de dos bailarines del Ballet Nacional de España, José Manuel Benítez y Cristian García, que dan vida a la figura animada de Antonio Ruiz Soler. El bailarín principal Francisco Velasco ha prestado su voz y su fisonomía a otro personaje animado, que se encarga de presentar la figura de Antonio Ruiz Soler.
Asimismo, han colaborado en el proceso de edición de este cuadernillo la maestra repetidora Maribel Gallardo, que ha grabado la interpretación de castañuelas que se escucha en Sonatas, mientras que el primer bailarín Sergio García ha asesorado en el proceso de corrección del movimiento de la figura animada para que se ajustara lo más posible al baile.
Esta publicación está disponible también en versión de lectura fácil para accesibilidad cognitiva.
Descarga: https://balletnacional.mcu.es/es/recursos/programas-de-mano/bnenoscuenta-antoniruizsoler.pdf/
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