Morau rinde un homenaje a la familia del teatro, actores, músicos, y técnicos de luces y sonido y para ello se ha inspirado en la película del mismo título dirigida por John Cassavetes en 1977
La obra ofrece la danza en diversas variantes como danza teatro, ópera y cabaret para celebrar el momento más electrizante: la noche del estreno
Morau, que desde su reputada agrupación barcelonesa La Veronal ha convertido el escenario en réplica poética de sitios concretos, gélidos y remotos como Islandia, Moscú o Japón, cuando no lo ha transformado todo en un edificio a la deriva por el espacio sideral, ha sentido necesidad esta vez de mirarlo y mostrarlo así, desnudo y negro, en su más pura esencia con Opening Night.
La Veronal regresa así a Condeduque tras el gran éxito que obtuvo en noviembre de 2020, tanto de crítica como de público, con el estreno de Sonoma en Madrid.
La pieza Opening Night exalta lo que siempre ha estado ahí, sea cual sea la representación de la noche. Es una loa a la tramoya, una prosternación ante focos y cortinas, una mirada franca a la platea. Manifiesta su nostalgia por la vieja diva que recibe flores al final y todos sus bailarines van de negro cerrado, quizá emulando a los invisibles, esos que vestidos de negro todos sabíamos que había que ignorar porque no existían en la ficción de la pieza, sino que eran los que cambiaban la escena.
“Opening Night quiere ser un hermoso homenaje al teatro, a su maquinaria, a sus sombras, al espacio y al tiempo que se cuela como el mercurio por todas sus grietas. Grietas que tienen las huellas de cientos de obras, de estrenos, grietas por las que me gusta andar, mirar los focos, la grada vacía, las cuerdas que sujetan los telones, el suelo de madera que cruje, las paredes desconchadas y todo ese espacio que cada día es capaz de transformarse y destruirse”, destaca el director artístico de La Veronal, Marcos Morau.
Como es usual en las cuidadísimas propuestas escénicas de La Veronal, la técnica kova, esa manera suya tan particular de hacer danza fragmentando y retorciendo cuerpos, se pone al servicio de este homenaje global a las mentiras que noche a noche nos cuenta el teatro y por las que nosotros pagamos ansiosos por ser engañados.
Marcos Morau, coreógrafo y Premio Nacional de Danza para La Veronal
Formado entre Barcelona y Nueva York, en fotografía, movimiento y teatro, Marcos Morau dirige desde hace más de diez años La Veronal como director, coreógrafo y diseñador de escenarios, vestuario e iluminación. Ha recorrido el mundo presentando sus trabajos en festivales, teatros, y varios contextos internacionales como el Théâtre national de Chaillot en París, la Bienal de Arte de Venecia, el Festival d’Avignon, Tanz Im August en Berlín, Festival RomaEuropa, SIDance Festival de Seúl o Sadler’s Wells en Londres, entre muchos otros.
Además de su trabajo con La Veronal, Marcos Morau es artista invitado en varias compañías y teatros de todo el mundo donde desarrolla nuevas creaciones, siempre a medio camino entre las artes escénicas y la danza: El Ballet de la Ópera de Gotemburgo, Ballet de Rhin, Royal Danish Ballet, Scapino Ballet, Carte Blanche, Ballet de Lorraine, Compañía Nacional de Danza, Ballet de la Ópera de Lucerna, entre muchos otros.
Premio Nacional de Danza más joven de España en 2013, el lenguaje de Marcos Morau es una herencia del movimiento abstracto y el teatro físico. Un poderoso lenguaje corporal basado en la aniquilación de toda lógica orgánica, diseccionando el movimiento y convirtiéndolo en una identidad única. Marcos Morau vive un momento espléndido. Su reputación internacional crece y su compañía conquista espacios donde se mueven los más grandes. El estreno de su emocionada Sonoma, homenaje a la mujer, que visitó a finales de 2020 Condeduque con todas las localidades agotadas, conquistó este pasado verano el Festival de Avignon, siendo ovacionada en el Palacio de los Papas, uno de los más prestigiosos, reputados y codiciados escenarios del planeta.
La actividad de Morau es persistente y frenética. Mientras que la compañía sigue girando con, al menos tres títulos (Pasionaria, Sonoma, Opening Night), el coreógrafo se prepara para estrenar este mismo año nuevas creaciones por encargo para el Ballet de Basel, Gauthier Dance Company, el Ballet de la Ópera de Zurich y una generosa colaboración con el joven colectivo navarro Led Silhouette, todo ello justo antes de un estreno que desde ya genera expectación e intriga: su versión de La bella durmiente para el Ballet de la Ópera de Lyon, que se estrenará en la ciudad francesa en noviembre de este año 2022.