Marcos Morau, director de la compañía, cuenta, entre otros galardones, con el Premio Nacional de Danza
Pasión contiene en su definición significados tan alejados como “inclinación muy viva de alguien hacia otra persona”, “acción de padecer” o, incluso, “lo contrario a la acción”. A La Veronal le seduce esta palabra tan única, capaz de definir al mismo tiempo acción e inacción, padecimiento y dicha, amor y muerte. Imaginan una Pasionaria en movimiento, un elenco de pasiones humanas desvelándose como animales mitológicos entre las páginas de un Bestiario.
En palabras de la compañía: “En escena vemos a 8 bailarines, que se mueven casi como nosotros, que hablan casi como nosotros, pero podríamos asegurar que les falta aquello que nos hace humanos. Del mismo modo que una pintura oscura de Rembrandt o de Caravaggio está hablándonos de la luz, en Pasionaria todo lo que no está, todo lo que falta, es lo que queremos poner en valor. Utilizamos los cuerpos de los bailarines y la escena misma como un espacio en el que esculpir en negativo, en el que mostrar el hueco, el vacío, la falta absoluta de pasión. Quizás Pasionaria no sea más que nuestra torpe forma de materializar un miedo, esperando, con suerte, ahuyentarlo”.
Uno de los recursos más utilizados en la historia del arte reciente consiste en sacar algo de su contexto y colocarlo en uno ajeno. Para provocar un efecto inesperado, con el fin de cambiar el punto de vista y por lo tanto ampliar las posibilidades de discurso alrededor de aquello que se mira. Siguiendo este camino formal de la descontextualización, “Pasionaria” coloca imágenes arrancadas de nuestra más cruda realidad en convivencia con otras de profunda abstracción en el escenario. La literalidad y las formas narrativas pierden su línea recta para diluirse en imágenes. Imágenes que se afirman, sin bordes, sin marcos, construidas a partir de un juego de imaginación de este planeta, de este universo que pareciéndose mucho al nuestro, es otro.
Marcos Morau (Valencia, 1982) estudia Coreografía en el Institut del Teatre de Barcelona, el Conservatorio Superior de Danza de Valencia y el Movement Research de Nueva York, obteniendo la máxima calificación en su proyecto final de carrera y el premio extraordinario del Institut del Teatre. Sus conocimientos artísticos no se limitan a la danza sino que se extienden a otras disciplinas como la fotografía y la dramaturgia, cursando un Máster en Teoría de la Dramaturgia. En 2005 crea La Veronal. La finalidad de su equipo artístico reside directamente en una constante búsqueda de nuevos soportes expresivos y referencias culturales -cine, literatura y fotografía principalmente- que apuestan por un lenguaje narrativo con la intención de formar espacios artísticos globales.
Marcos Morau ha sido galardonado con el Premio Nacional de Danza 2013, concedido por el Ministerio de Cultura, y otros renombrados reconocimientos como el premio FAD Sebastià Gasch, otorgado por la fundación FAD de las Artes y el Diseño. Con sus creaciones ha conseguido ganar premios en todos los certámenes coreográficos nacionales e internacionales a los que se ha presentado: Certamen Coreográfico
Internacional de Hannover, Certamen Coreográfico de Copenhague, Concurso Coreográfico de Madrid, Masdanza/Festival Internacional de Danza de las Islas Canarias, Mejor espectáculo en Fira Tàrrega por Los Pájaros Muertos y Premio Butaca para Siena, Islandia y Voronia consecutivamente, un premio anual concedido por los espectadores al Mejor Espectáculo de Danza en Barcelona.
Marcos Morau y su equipo han exportado también su sello a otras compañías de reconocida reputación internacional: Compañía Nacional de Danza, Scapino Ballet Rotterdam, Carte Blanche (Compañía Nacional de Danza Contemporánea de Noruega), Ballet de Lorraine o Ballet de la Opera de Göteborg, entre otros.
La Veronal está también presente en los últimos tiempos en algunos de los Festivales y teatros más importantes del mundo como el Théâtre National de Chaillot de París, la Biennale di Venezia, Tanz Im August Berlin, Julidans Amsterdam, Festival Roma Europa, SIDance Festival de Seúl, Sadlerʼs Wells en Londres o la Internationale Tanzmesse de Düsseldorf, el más importante escaparate para la danza en Europa.
Idea y dirección artística Marcos Morau
Coreografía Marcos Morau en colaboración con los intérpretes
Asistente de coreografía Lorena Nogal
Asesoramiento artístico y dramatúrgico Roberto Fratini, Celso Giménez
Intérpretes Àngela Boix, Chey Jurado, Ariadna Montfort, Núria Navarra, Lorena Nogal, Shay Partush, Marina Rodríguez, Sau Ching Wong
Diseño de escenografía Max Glaenzel
Diseño de vestuario Silvia Delagneau
Confección vestuario Mª Carmen Soriano
Máscaras y attrezzo GADGET Efectos Especiales
Cascos Ricardo Vergne
Prótesis Martí Doy
Construcción y confección de esferas Goretti Puente
Calzado Natalio Martín
Diseño de sonido Juan Cristóbal Saavedra
Diseño de vídeo: Joan Rodon, Esterina Zarrillo
Diseño de iluminación y dirección técnica Bernat Jansà
Asistencia técnica y efectos especiales David Pascual
Repetidora Estela Merlos
Producción ejecutiva Juan Manuel Gil Galindo y Cristina Goñi Adot
Coproducción Teatros del Canal (Madrid), Théâtre National de Chaillot (París), Les Théâtres de la Ville de Luxembourg (Luxemburgo), Sadler’s Wells (Londres), Tanz im August / HAU Hebbel am Ufer (Berlín), Temporada Alta – Festival de Tardor de Catalunya (Girona – Salt), Grec 2018 Festival de Barcelona – Institut de Cultura Ajuntament de Barcelona (Barcelona), Oriente Occidente Dance Festival (Rovereto, Italia)