El vestuario de esta creación ha sido diseñado por el propio Najarro y la música ha sido compuesta por el guitarrista y compositor José Luis Montón e interpretada en directo por él mismo a la guitarra, Thomas Potirón al violín, María Mezcle al cante y Odei Lizaso a la percusión.
Picasso y la danza
Picasso es, sin duda, uno de los pintores del siglo XX que más ha trabajado por las artes escénicas y, en especial, por la danza. Contribuyó a la realización de diez ballets, entre ellos seis ballets rusos para los que confeccionó los telones, los decorados y el vestuario. Para Toiles Étoiles, segunda parte del ciclo Picasso y la danza, Kader Belarbi, director de danza del Teatro del Capitole, ha propuesto a los coreógrafos contemporáneos volver a servirse de tres telones de Pablo Picasso: Cuadro flamenco (1921), El tren azul (1924) y La siesta de un fauno (1965).
Antonio Najarro ha trabajado muy duro con los bailarines de la compañía para impregnarles de la técnica, estética e interpretación de los cuatro estilos de la Danza Española: la Escuela Bolera, la Danza Tradicional, la Danza Estilizada y el Flamenco. El resultado es un ballet brillante, compuesto por seis coreografías diferentes: Jaleo, La Bolera Sevillana, La Tarara, Jinetes, La Corrida y Fin de Fiesta.
El telón ‘Cuadro Flamenco’ de Picasso ha inspirado a Najarro para recrear un tablao flamenco donde los bailarines especializados en la Danza Clásica, neoclásica y contemporánea, interpretan coreografías virtuosas llenas de pasos, quiebros de cintura, expresión artística y virtuosismo técnico propios de la Danza Española, aprovechando el gran nivel de los bailarines del Ballet du Capitole, y llevándolo al universo estético y artístico diferente.
La música
Para José Luis Montón, compositor de la música de ‘Tablao’: «componer es el juego más fascinante que existe para mi. Imaginar unas melodías y hacerlas habitar en un contexto armónico, rítmico y también de estilo y raíz. En el caso de la música para Danza la comunicación con el coreógrafo es esencial. Mi trabajo consiste en construir un decorado perfecto donde se pueda desarrollar la historia que el coreografo haya imaginado. Con Antonio Najarro este trabajo es especialmente gratificante porque siempre plantea retos en todos los sentidos (rítmico, fusión de estilos, climas), pero con una claridad y seguridad en el planteamiento que te ayuda mucho a encontrar lo que estás buscando. Así que mi música, que siempre tiene una raíz flamenca, dialoga e interactúa en ‘Tablao’ con otros estilos en un ejercicio de comunicación y convivencia, en la búsqueda de la belleza y la verdad».