Eduardo Ravara es editor de vídeo, artista audiovisual más bien. Este hispanoargentino se encontró con la bailarina venezolana Akaida Orozco y decidieron continuar el camino juntos, en el más amplio sentido de la palabra. Esta pareja funciona, para lo que nos interesa, como un símbolo, una metáfora de que lo mejor del Arte es siempre híbrido, mestizo, que uniendo vídeo y danza lo que surge es diferente, que abre a una ventana a un paisaje estimulante, uno que está aún por explorar, al menos en gran medida. No es que ellos inventaran la videodanza, ni mucho menos, pero desde hace un par de años están tratando de que esta planta exótica para nuestros cánones eche raíces en La Mancha. Asentados en La Veleta, la sede-vivienda-taller-teatro del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT), pusieron en marcha, con mucha ilusión y trabajo, entreverados con cierta dosis de inconsciencia o atrevimiento, como quieran llamarlo, el FIVA, el Festival Internacional de Videodanza de Almagro, que se celebró en noviembre del año pasado...