“Alicia fue una bailarina que desde mi infancia fue un ejemplo a seguir, no solo como artista sino como mujer trabajadora, luchadora, con ideales. Fue una leyenda de la danza, ha sido un mito y seguirá siéndolo porque marcó una forma de bailar y tenía una técnica maravillosa, una técnica que le permitió resaltar y hacer historia. Es una mujer que marcó una época grandiosa para la danza, para el ballet. Para mí fue un momento único cuando me invitó al Festival de La Habana para representar a España, estar allí, bailar con el Ballet Cubano, fue un gran orgullo. Con ella bailé el Lago de los Cisnes, una experiencia que siempre quedará en mi memoria. Recuerdo que hasta la función fue interrumpida por los aplausos del público. Pero quizás el mayor legado que nos ha dejado Alicia es su labor pedagógica junto con su exmarido Fernando Alonso, todo lo que le enseñó a las nuevas generaciones de bailarines, una labor que pudo hacer gracias a que a lo largo de su carrera tuvo el apoyo del gobierno cubano, demostrando la importancia que tiene el apoyo de las instituciones hacia el arte”.