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Rocío Molina estrena «Carnación» en la Bienal de Danza de Venecia

La performance, en colaboración con Niño de Elche, es el último trabajo de la bailaora, un recorrido abierto alrededor del deseo
Música sacra y música electrónica conviven en una pieza que invita a asomarse a la capacidad de liberación de la danza
Una coproducción entre la Bienal de Venecia, la Bienal de Flamenco de Sevilla, Grec 2023 Festival de Barcelona y el Teatro Español
La bailaora malagueña acaba de recibir el León de Plata de la Danza en esta edición de la Bienal por su capacidad para "recrear la tradición desde una aguda perspectiva contemporánea"

El título de la pieza hace referencia al proceso pictórico de coloración de la carne. Se trata de un trabajo que, desde una particular sensibilidad, realiza un recorrido abierto alrededor del deseo. Rocío Molina aborda las tensiones que el deseo produce, ya sea en la creación artística o en su forma más carnal, en una pieza en la que se encuentran la música sacra y la electrónica, la celebración de la fiesta, así como la represión y el placer íntimo de la atadura.

La obra, que cuenta con la codirección escénica de Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola, la colaboración en el diseño escénico y de vestuario de Julia Valencia, el diseño de vestuario de Leandro Cano y la iluminación de Carlos Marquerie, permite un lugar de encuentro entre la violencia, los cuidados y la ternura, la represión y el placer. De esta manera, las posibilidades del baile y de la voz nos conducen a abandonar etiquetas superficiales para comprender la capacidad de liberación de la danza en un mundo constreñido por el materialismo y la competitividad. Así observamos de forma reveladora que, como los brotes que afloran en lugares recónditos, existe una forma de belleza en la aridez violenta del deseo. 

La coreógrafa y bailaora malagueña recibió el pasado sábado el León de Plata de la Bienal de Danza de Venecia, un galardón que reconoce «un lenguaje artístico propio» a cargo de «una joven radical del flamenco internacional» que está «recreando la tradición desde una aguda perspectiva contemporánea». Un premio que se suma a la excelsa lista de reconocimientos en la carrera de la artista: Premio Nacional de Danza (2010), UK National Dance Award (2016 y 2019), Premios Max (2015, 2017, 2019), Premio Olivier de Londres (2018, nominación), entre otros. En los últimos años, la artista ha conquistado algunos de los templos más importantes de la danza y las artes escénicas como el Barbican Center de Londres, el New York City Center, el Esplanade de Singapur, el Festival Tanz Im August de Berlín. Además, Rocío Molina ha sido artista asociada al Teatro Nacional de Chaillot en París. 

 

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