Varios han sido los protagonistas que se han dado cita en el Teatro de la Zarzuela de Madrid para presentar la nueva producción. Daniel Bianco, director del Teatro de la Zarzuela de Madrid; Antonio Najarro, director del Ballet Nacional de España; Manuel Coves, director musical; Antonio Ruz, dirección y coreografía de Electra; Olga Pericet, colaboración coreográfica; Rosa García Andújar, diseño de vestuario; Olga García, diseño de iluminación; y Pablo Martín Caminero encargado de la música.
Daniel Bianco, director del Teatro de la Zarzuela de Madrid ejerció como maestro de ceremonias dando la bienvenida al Ballet Nacional de España a la que es, según palabras del propio Bianco, su casa. Además, destacó el momento especialya que la compañía estrena un espectáculo en el teatro que dirige. Bianco comentó que el Ballet Nacional de España, que dirige Antonio Najarro, es el paradigma de la danza española. En su repertorio están todos los estilos de baile de nuestro país, y a través de muy diferentes propuestas en toda la historia de la compañía se presenta en los más importantes teatros del mundo. Sus trabajos beben de la vanguardia y de la tradición. Y en un emocionante viaje paran en la Escuela Bolera, en la Danza Clásica Española, en el Folclore, en el Flamenco, y también en los Contemporáneo. Es un abanico abierto. En este momento, y desde el año 2011, es la primera propuesta de obra argumental bajo el mandato de Najarro. En nombre de todos los que trabajan en el Teatro de la Zarzuela indicó que es un placer recibir al Ballet Nacional de España, es un placer recibirlos, y sobre todo, es un placer que estrenen una producción en este teatro.
En segundo lugar tomó la palabra el director del Ballet Nacional de España, Antonio Najarro, quien agradeció la maravillosa acogida que la compañía recibe cada vez que visita el teatro. Actualmente Antonio Najarro lleva siete años al frente de la compañía de titularidad estatal. En este período la compañía ha afrontado seis producciones diferentes. Producciones en las que se ha compaginado al cincuenta por ciento exacto la nueva creación con la recuperación de repertorio. Obras de coreógrafos emblemáticos de la danza española que se han recuperado y al mismo tiempo nueva creación. Son ya más de veinte maestros y coreógrafos los que han pasado por el Ballet Nacional de España para dejar su legado, su sello, su personalidad que en la danza española tan importante es.
Principalmente, Najarro comentó el especial incapié puesto en crear un equipo. Un equipo en mayúsculas y con todos los significados que se le pueden atribuir a esta palabra. Una institución como el Ballet Nacional de España va hacia adelante, triunfa y llega al corazón del público cuando se trabaja en equipo. Es la clave del éxito y el director de la compañía confía mucho en ello. Esta forma de trabajar e intentar que vayan todos en una misma línea hace que, actualmente, bajo el punto de vista de su director, el Ballet se encuentre en un momento artistico maravilloso, en el que, tanto los bailarines, como los músicos, como los creativos, se sienten muy bien acogidos. Los bailarines son capaces de enfrentarse a cualquier reto, y en este caso ponía como ejemplo la producción de Electra. Recordemos que hace excasas semanas los bailarines estaban defendiendo en el Teatro Real de Madrid la Escuela Bolera, el Folclore, la Danza Española, la Danza Estilizada, y el Flamenco, con muchísimo éxito, y ahora se meten en la piel de un lenguaje totalmente diferente inculcado por Antonio Ruz y Olga Perecit.
Comentó sentirse orgulloso de sus artistas, de que sepan defender todos estos lenguajes y que, además, lo hagan con la generosidad con la que lo hacen. Es el objetivo que tiene que tener una compañía como el Ballet Nacional de España. Por este motivo, comenta Najarro, decidió afrontar una obra argumental, de principio a fin, la primera obra argumental bajo mi dirección, con todo lo que eso conlleva, con la responsabilidad y dificultad que ello conlleva, llevar una obra argumental de danza a buen puerto. Para ello, se ha intentado que los bailarines se nutrieran de nuevos lenguajes y siguieran creciendo como artistas.
Para finalizar, Antonio Najarro mostró sentirse feliz por volver a pisar los escenarios después de seis años. Se siente con el alma muy llena interpretando uno de los personajes, en concreto, a Egisto.
Por su parte, Antonio Ruz agradeció la oportunidad que le brindó Antonio Najarro y el Ballet Nacional de España de poder dirigir una producción grande, después de estar acostumbrado a dirigir una compañía privada pequeña. Aseguró ser un sueño. «Como coreógrafo independiente estoy condicionado siempre a pensar en pequeño y esto me dio la oportunidad de pensar en grande, dejar que la imaginación vuele, que el público sueñe».
En palabras de Ruz: «Electra surgió porque yo la busqué, no vino a mí. En las primeras reuniones Antonio me habló de un personaje femenino, que estaría muy bien hablar de las mujeres. Y yo dije, si, mujeres al poder. Apareció este mito maravilloso y es una gran oportunidad de revisitar los clásicos desde un punto de vista actual. Y apareció Electra. El equipo se empezó a formar. Sabía que no podía hacer esto solo y tampoco quería hacerlo solo. Ha sido un auténtico placer poder contar con la colaboración de Olga Pericet, con la que nunca había trabajado, y que ha sido un auténtico descubrimiento a nivel artístico pero también a nivel humano.
Colaborar con Olga García, en el apartado de iluminación, mi gran colaboradora desde hace más de diez años. Necesitaba sentirme en casa, y Olga forma parte de esa casa. Pablo Martín Caminero también ha trabajado en mi compañía y ha sido un gran aliado, compañero y cómplice en la composición musical. El trabajo con los bailarines del Ballet Nacional de España ha sido una experiencia maravillosa. Desde el principio no quise imponer ningún estilo, sino crear un diálogo con el lenguaje de danza española, flamenco y folclore que tiene el Ballet. El proceso con los bailarines ha sido de plena generosidad. Al principio, creo, tenían un poco de miedo pero enseguida empezamos a ver resultados. No sólo es un espectáculo de danza, sino una experiencia humana y sensorial, donde la danza convive con la luz, con el espacio y con la voz.
Manuel Coves, director musical, por su parte, agradeció estar de nuevo en el Teatro de la Zarzuela, así como poder volver a dirigir en una nueva producción del Ballet Nacional de España. Para Coves ha sido muy interesante poder empezar a vivir esta nueva obra desde los cimientos, desde el cero absoluto del espectáculo, de la idea en sí, de la obra. Desde el primer momento se ha estado en continuas conversaciones con los creadores de la música y el coreógrafo para intentar solucionar aquellos pequeños inconvenientes que han podido producirse en la orquesta sinfónica al emprender una obra nueva. En este caso nos encontramos con una música que es totalmente descriptiva, muy teatral, con unos momentos de pasión cuando la situación lo requiere, y otros muy intimistas, casi camerísticos, se podría decir. Hay una bulería que se ha pasado a orquesta, cuando quizás son géneros no tan orquestales, puesto que pueden ser más populares, o más folclóricos, y encarar este reto puede presentar problemas técnicos que para un grupo de sesenta o setenta personas puede ser complicado. Pero el hecho de estar en contacto desde el primer día ha hecho que todo sea mucho más llevadero a la hora de hacer crecer la obra y llegar al punto de éxtasis en esta función de Electra.