El público de esta 41º edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro disfruta de sus versos en los avisos cuando comienza la representación y para recordar apagar el teléfono móvil. La voz de José Sacristán alimenta, aún más, la genial creación de Tato.
Álvaro Tato, este personaje tan especial de nuestra escena, duda entre irse a cenar con García Lorca y Cervantes, pero al final elegiría a Cervantes por los pelos, aunque le gustaría invitar a una copa a Lorca después de la cena. Se iría al cine, sin duda, con Chaplin, y al teatro iría con su querido Yayo Cáceres, para luego poder hablar de mil cosas.
Sus autores favoritos son Lope de Vega, Machado y Lorca, y no dice Cervantes porque antes lo invitó a cenar. Lo tiene que perdonar porque invita él.
Su actor preferido es, y el que primero le viene a la cabeza, Moliere. Aunque no lo ha visto nunca interpretar, pero de alguna manera siente que lo ha visto, casi lo huele buscando el chiste, llegando el humor al rincón más profundo del alma humana. Está seguro que escribía después de hecho. Acusa un gran peripatetismo.
Marta Poveda es su actriz favorita, a quien admira, quiere y ama. Porque ha respirado mucho su talento. En broma dice que Marta actuando es como un dingo, un animal que tiene todo de un perro, pero además es salvaje e impredecible. Me sorprende lo que ha llegado a construir de la mano de Helena Pimenta.