El Teatro Alcázar, hoy conocido como Teatro Cofidís Alcázar, fue el primer espacio que comenzó a gestionar. Además, se llena de orgullo al indicarlo. Fue en ese mismo espacio donde hace unos días recibía al equipo de Masescena para concedernos una entrevista. Entró en la sala muy decidido, y pidiendo disculpas porque se tenía que marchar a otro teatro para verificar una pantalla. Tan sólo tardaría unos veinte minutos en ir y volver. En aquel momento agradecí enormemente que se tuviera que marchar. Fueron quince o veinte minutos en los cuales pude disfrutar, a solas, y en silencio, del patio de butacas del Teatro Alcázar de Madrid desde su escenario. Observé cada detalle, los palcos… La de grandes noches de teatro que habrá albergado en su interior. Cuántos grandes de la escena habrán pisado sus tablas. La verdad es que no hay nada más siniestro que un patio de butacas en silencio, vacío, y a media luz.
Personalmente, Enrique Salaberría, si pudiera elegir, se iría de cena con su familia, al teatro con su familia, y al cine, con su familia, claro. Considera que la vida es para vivirla con la familia. De su infancia, el primer recuerdo que le viene a la cabeza es con apenas cuatro años metido dentro de un remolino de agua, ahí, en el interior.